Por Jennifer
Hoffman
http://enlighteninglife.com
Traducción:
Rosa García
La ascensión se
basa sobre todo en nuestra disposición a aceptar nuevas verdades acerca de
nosotros mismos, de nuestro potencial y posibilidades, de nuestra humanidad
(individual y colectiva), del Universo y de nuestro universo personal.
Es un paso
hacia nuevas realidades que requiere que abramos nuestros corazones y nuestras
mentes a la posibilidad de que nuestro mundo sea muy diferente del que
conocemos. Y, también, de que seamos diferentes de lo que imaginamos en el
contexto de nuestras verdades actuales. La
creencia de que la Ascensión es algo
que nos ocurre, (no algo en lo que participamos activamente y que forma parte
de nuestra transformación), no nos permite darnos cuenta de que lo que
consideramos verdad forma parte del proceso, al igual que nuestra disposición a
expandirnos, aceptar y abrazar nuevas verdades.
La Ascensión no
consiste en un salto repentino a una nueva realidad, sino en una progresión constante
cuyo resultado son diferentes cambios de percepción y de conciencia. Abrazamos
nuevas verdades cuando nuestra realidad actual no puede satisfacer una nueva
verdad que deseamos integrar y con la que deseamos alinearnos. Por ejemplo, la
nueva verdad de que merecemos ser felices invitará al cambio cuando nuestra
actual situación de vida no pueda expandirse para abarcar nuevos niveles de
felicidad. Tal vez, ahora creamos que merecemos un trabajo que nos ofrezca
mejores condiciones, un sueldo mayor y más reconocimiento, cuando nuestro
trabajo actual no nos proporciona nada de eso. Nuestras nuevas verdades invitan
a que ascendemos a nuevas realidades.
Pero, como
sabemos, no siempre es fácil. La subida de la Ascensión viene acompañada de un
descenso. La Ascensión no es una línea recta, sino que es más bien esférica,
como una pelota, y llega a abarcar todos los aspectos de nuestra realidad.
Expandir nuestra realidad para que comprenda e integre nuevas verdades e
también supone tener que desafiar las antiguas.
Y ahí es donde
la Ascensión se convierte en una elección entre verdades. Una nueva verdad en
una faceta desafiará todas las verdades que creíamos respecto a todo. Y algunas
de nuestras verdades son como altares sagrados que nunca cuestionamos, o cosas que
creemos ciertas en toda situación. Y, resulta mucho más difícil elegir la
Ascensión cuando relaciones o situaciones que amamos sólo puedan permanecer
intactas si no abrazamos nuevas verdades.
Nuestro deseo
de Ascensión determina nuestra disposición a dejar ir las viejas verdades que
impidan la llegada de otras nuevas. Pero, si no estamos seguros, entonces se
creará una lucha entre ambas. Podríamos encontrar razones para no permitir que
las nuevas verdades sean válidas para nosotros. Expandirnos hacia nuevas
verdades podría traer cambios a nuestras vidas para los cuales no estamos
preparados, de manera que nos tomamos nuestro tiempo, retrasamos el proceso,
nos demoramos, bloqueamos nuestro crecimiento, limitamos nuestras opciones… Y
así no tener que elegir entre nuestra antigua realidad y la nueva (para la que
no estamos preparados); entre una vieja verdad y una nueva.
Sin embargo, al
final nos vemos obligados a elegir un sendero de verdad. Ascender hacia nuevas
verdades será nuestra única opción y, si estamos preparados, lo haremos. Si no
lo estamos, intentaremos demorar el proceso tanto como nos sea posible; es así
para todos nosotros. No podremos aceptar una nueva verdad hasta que estemos
completamente preparados para dejar ir la anterior. Y, al margen de lo cierta
que sea, no veremos la “verdad” de una nueva verdad hasta que podamos
alinearnos con ella, integrarla y abrazarla. Puede que esto nos cree
dificultades cuando busquemos personas afines a nosotros y, en su lugar, lo que
obtengamos sea rechazo, crítica y juicio. No es algo personal: lo que ocurre en
ese caso es que otros no pueden alinearse con nuestra verdad.
Limítate a
proyectar tu luz y a establecer tu propia verdad, y no te preocupes acerca de
lo que otros dicen o hacen. El papel y la misión del alma de cada persona en
este proceso son diferentes, incluso para aquellas que se niegan a él. Y, al
final, la verdad será quien nos haga libres a unos y quien refuerce las paredes
de la prisión de otros. Todos caminamos el sendero que es el más adecuado y el
mejor para nosotros. Si una nueva verdad nos libera de una realidad limitante,
entonces ascenderemos a otra realidad distinta que esté alineada con nuestra
verdad.
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Derechos de
autor reservados © 2017 por Jennifer Hoffman. Pueden citar, traducir,
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