Se dice que si tenemos un verdadero amigo en esta vida, somos genuinamente
afortunados. La amistad verdadera ocurre cuando hay amor auténtico entre dos
personas, cuando cada una está dispuesta a sacrificarse por la otra. Un
verdadero amigo estará presente cuando lo necesites. Es el tipo de relación que
se crea a través del cariño por parte de ambos. Tus necesidades se vuelven las
suyas. Este tipo de cercanía es sentir que la otra persona forma parte de ti,
del mismo modo en el que tu pierna y brazo son parte de tu cuerpo.
Es un amor
que buscamos experimentar al menos una vez en la vida. La verdad es que amar a
alguien de este modo es amar al Creador, ya que el amor y el Creador son lo
mismo. Tener una amistad verdadera implica cambiar algunos de nuestros
propios deseos por los de la otra persona. Si tu amigo necesita ayuda
y te la pide, ¿irías a ayudarlo? ¿Estás dispuesto a dar cuando no es fácil
hacerlo? Cuando genuinamente amas a la otra persona, la respuesta es simple:
por supuesto que sí. Siempre llegará el momento en el que no podremos
sencillamente hablar de amor, sino que tendremos que demostrarlo. En ese
momento revelamos la Luz que fuimos destinados a revelar en este mundo. Cuando
amamos a nuestro prójimo, encendemos la chispa Divina que está en nuestro
interior y la convertimos en una poderosa Luz. Este es nuestro principal
destino y propósito. Esta semana escuchamos el llamado del amor. Estamos ante
el día conocido como el 9 de Av. Es el día en el que se genera una enorme
cantidad de Luz. Sin embargo, a lo largo de la historia ha sido un día de
negatividad porque esta Luz puede abrumarnos cuando no se canaliza
adecuadamente. Pero este año, al usar el poder presente esta semana, podemos
finalmente escuchar el llamado del amor por nuestro prójimo, el fin del juicio
y del odio gratuito. Ser un canal de bondad amorosa nos da la capacidad de usar
esta Luz del 9 de Av para beneficio del mundo. Esta semana somos llamados a no
simplemente hablar de amor, sino a demostrarlo.
Nuestra ayuda de la semana es la porción Devarim. Devarim significa “las
palabras de Moshé”. Finalmente, después de cuarenta años, Moshé expresó sus
sentimientos a los israelitas. Les recordó todos los errores que habían
cometido a lo largo de los años, expresó libremente su preocupación. Al igual
que un amoroso padre, abrió su corazón para recomendarles cómo tener éxito en
su misión hacia la Tierra Prometida. Moshé recontó los años y repitió a los
israelitas todas las veces que habían dudado, se habían quejado y habían
actuado con poca certeza en la Energía Divina que los guiaba. También les
recordó cuando el Creador les concedió éxito en conquistar tierras y vencer a
sus enemigos. Esto se convirtió en un momento crucial para los israelitas.
Despertaron ante la necesidad urgente de dejar de actuar con miedo y comenzar a
actuar con amor por el Creador y por los demás. Devarim es el primer capítulo
del último libro de la Torá. Este último libro habla de nuestro mundo físico y,
en consecuencia, de todas las acciones que realizamos en él. Somos alentados a
poner en práctica nuestra sabiduría, dejar de pelear con los demás y comenzar
de una vez por todas a amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros
mismos. En la historia, el 9 de Av fueron destruidos ambos Templos porque el
pueblo sencillamente no se llevaba bien entre sí. Cada año, al seguir actuando
de la misma manera, es como si los Templos fueran destruidos nuevamente.
Devarim cae siempre en la semana antes del noveno día de Leo para
inspirarnos a recorrer el camino del amor. Esta semana recibimos la visión de
nuestro futuro y nos volvemos conscientes de la magnitud de nuestra situación
como comunidad global. Tratar a nuestro prójimo con dignidad humana no
debe seguir siendo una opción, sino una necesidad vital. Nuestro
planeta añora paz y armonía.
Moshé nos visita a cada uno de nosotros esta semana, nos motiva a
prepararnos para la poderosa Luz que se aproxima. La Luz disponible el 9 de Av
es conocida como la Luz de Mashíaj, un tiempo en el que todo caos, dolor y
sufrimiento son eliminados de la faz de la tierra. Esta increíble Luz será
nuestro gran regalo, si tan sólo estamos dispuestos a canalizarla con amor y
cariño por los demás. Moshé les recordó a los israelitas que la Energía Divina
continuaría guiándolos y apoyándolos. Él prometió que el Creador lucharía por
ellos en ese momento y en el futuro. Les imploró a los israelitas, y a nosotros
esta semana, que por fin abramos nuestro corazón para alcanzar unidad con los
demás. Ya que de este modo podremos unirnos con la Divinidad. Moshé nos visita
con la esperanza de que este sea el año en el que finalmente estemos abiertos a
tener en cuenta que sólo a través del amor podremos crear el mundo de nuestros
sueños.
En tus meditaciones de esta semana, imagínate que estás al inicio de un
puente sobre el agua. Comienzas a atravesarlo y observas que hay alguien a lo
lejos que camina hacia ti. A medida que te acercas, empiezas a ver que es tu
viejo amigo, alguien a quien amas mucho, pero que recientemente perdieron
contacto. Ambos continúan caminando hacia el otro y comienzas a sentir el amor
creciendo de nuevo en tu corazón. De repente, te sientes más ligero y libre.
Dejas atrás el ego, los celos y los miedos. Sólo hay amor. Ambos se encuentran
a mitad del puente y se abrazan con lágrimas en los ojos. Te reuniste con tu
amigo y este amor mutuo, como la electricidad, recorre todo el mundo.
El amor es la fuente de energía que puede eliminar, de una vez por
todas, el dolor y el caos de nuestro mundo. Ya que el amor y Mashíaj son lo
mismo. Cuando estamos abiertos a permitir que otro ser humano entre en nuestro
corazón, es como si permitiésemos que el Creador hiciera lo mismo.
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