Por Karen Berg
La meditación es la práctica que
consiste en concentrar nuestra conciencia y despertarla aún más. En lugar de
una mente vacilante que se parece a una vela que oscila con el viento, con la
meditación aprendemos a permanecer quietos, a dirigir y orientar nuestra
energía. Curiosamente, cuando la llama de la vela no oscila puede brillar con
más intensidad. La meditación es un regalo de los sabios para ayudarnos en
nuestro camino espiritual. Los
sabios sabían que la vida tiene un modo de
evitar que descubramos nuestro mundo interior y las fuerzas que residen
allí. La meditación nos ofrece el silencio para escuchar nuestra voz
interior y, a la larga, conectarnos con la chispa de Divinidad que está dentro
de todos nosotros. Todos tenemos un tesoro interior, sin embargo, el mundo
exterior puede crear suficientes distracciones como para hacernos ignorarlo o
para que ni siquiera estemos conscientes de su existencia. Para mí, la espiritualidad
siempre ha consistido en la revelación de nuestra propia Divinidad. La
espiritualidad en sí es el reconocimiento de que todos nosotros en esta querida
tierra compartimos una chispa divina en nuestro corazón. Tal y como dijo Ana
Frank: “Sigo creyendo, a pesar de todo, que la gente es verdaderamente buena de
corazón”. Esta semana el universo nos pide que concentremos nuestra atención en
lo que es bueno y nos alejemos de la negatividad. Somos llamados a ver lo
bueno, actuar con bondad y, más importante aún, no prestarles atención a los
ruidos que evitan que revelemos nuestra Divinidad inherente. Al igual que la
belleza de la flor de loto que florece en el barro, esta semana nuestros
chakras superiores se abren mientras salimos de la negatividad que a menudo
intenta impedir nuestro crecimiento.
Nuestra guía hacia la energía del
cosmos esta semana es la historia de Balak. Aparece un nuevo personaje. Balak,
el rey de otra nación, escuchó las victorias recientes y los milagros de los
israelitas, y sabía que eran personas bendecidas. Dado que sintió que podía ser
derrotado por los israelitas, ideó un plan para eliminarlos. Balak representa
nuestro aspecto interior que odia las cosas que no entendemos o a las que les
tenemos miedo. Muy a menudo, en lugar de aprender a integrarnos en el juego de
la vida, lo rechazamos. Balak decidió recurrir al poder de un profeta negativo
y hechicero maligno llamado Bilaam para que lo ayudara. Aunque Bilaam fuese
negativo, tenía una voz interior y una conciencia de la Divinidad. No aceptó
unir fuerzas con Balak al principio, pero al final aceptó ayudarlo. Ambos
conspiraron para aniquilar a los israelitas, pero su plan no funcionó porque
los israelitas tenían la protección del Creador. Cada vez que Bilaam intentaba
maldecirlos con su magia, la maldición se convertía en una bendición. Bilaam
estaba lleno de odio y era maligno, pero dentro de él estaba la Luz del Creador
y no podía ignorarla. Bilaam luchó por revelar esta Luz ya que había permitido
que el barro y el odio lo dominaran. Después de tres intentos fallidos de
maldecir a los israelitas, Bilaam pasó por una transformación espiritual y al
final los bendijo. Balak estaba furioso y rompió todo vínculo con él. Bilaam
luchó y logró revelar su fuerza de amor, pese a su odio y maldad. A fin de
cuentas, con la ayuda del Creador, pudo despertar su Luz interior para crear
bendiciones en lugar de maldiciones. Esta es realmente una historia hermosa y
poderosa. Un mensaje para todos nosotros.
Como siempre, la Torá es nuestro
espejo. Es nuestra historia y nuestro futuro. Leemos sobre nosotros mismos.
Esta semana podemos excavar en búsqueda de diamantes enterrados en nuestro
corazón. Bilaam y Balak son como nosotros, pero afortunadamente, también lo es
el Creador. La flor de loto florece a pesar del agua turbia de donde se
encuentra. Sentimos miedo, celos y odio, pero podemos ver que esas
características no nos sirven de nada. Debemos soltarlas si deseamos vivir la
alegría y las bendiciones que el universo quiere otorgarnos. El odio es un
veneno que tomamos esperando que la otra persona muera. Decidir soltar la
negatividad es únicamente para nuestra propia conveniencia, aunque sintamos que
tenemos buenas razones para aferrarnos a dicha negatividad. Si estamos
dispuestos a concentrar nuestra energía en lo bueno que tenemos por dentro y en
dejar de alimentarnos de la negatividad que está en el exterior, podremos crear
un nuevo nivel más alto de conciencia. Tenemos este regalo de autorrealización
esta semana y con él viene una miríada de bendiciones. El mundo es nuestro
espejo. Si proyectamos amor y nos concentramos en él, creamos un mundo de amor.
Nosotros somos los más beneficiados de nuestros propios actos bondadosos,
incluso más que la persona a quien los dirigimos. En la vida hay decisiones que
tomar, y sólo de nosotros depende el camino que escojamos recorrer. Todos
deseamos ser felices y sentir paz y alegría. Si esta semana le pedimos al
Creador que nos ayude a elegir el camino del amor, sé que recibiremos el apoyo
y la fuerza para hacerlo.
Esta semana les recomiendo
practicar la herramienta ancestral de la meditación. Busca una habitación
tranquila en la que te sientas seguro. Enciende una vela y siéntate frente a
ella. No cruces los brazos ni las piernas. Inhala y exhala lentamente varias
veces. Cierra los ojos y viaja a tu interior. La llama de la vela está serena y
brilla con intensidad. Sé más consciente de tu esencia. Tienes Divinidad dentro
de ti. El amor late en tu interior. Comienza a despertar un amor por el mundo y
por cada una de las almas que están en él. Las diferencias que hay entre
nosotros no importan tanto como las similitudes.
Elige concentrarte en lo bueno
que existe en el mundo y en tu interior. Recuerda que la Luz está en todas
partes. Para conectarnos con ella sólo necesitamos reconocer que está allí, ya
que hay una profunda verdad espiritual que impregna al cosmos esta y todas las
semanas: cuando sólo ves lo bueno, sólo experimentarás cosas buenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario