Bienvenidos al nuevo mes de Leo, Av en hebreo y cuya
traducción es “padre”. Este es un mes de Luz extraordinaria que
ningún otro momento del año ofrece. Es nuestra oportunidad para brillar y convertirnos
en todo lo que estamos destinados a ser.
El cuerpo celeste que influirá sobre nosotros durante los próximos
treinta días es el mismísimo centro de nuestro sistema solar, el Sol. Sólo al
mes de Leo se le concedió el
privilegio de tener al Sol como su regente, y
debido a eso, nuestra conexión con la energía Divina estará al máximo. La
cantidad de positividad y bendiciones disponibles en el mes de Leo no se
compara con la de ningún otro mes del año. Sabemos que, sin el Sol, la Tierra
no sería capaz de albergar vida. El Sol es la energía esencial de vida de la
cual todo ser viviente depende.
Representa la Luz Infinita del Creador y esta energía está presente en
este mes más que en cualquier otro momento del año. Debido a eso, la chispa de
Divinidad que está dentro de cada uno de nosotros recibe la oportunidad de
brillar con más intensidad que nunca. Esta chispa es nuestro “gen de Dios” y su
esencia es el amor. El Sol concede su energía al mundo este mes, por eso es el
mejor momento para activar el amor que reside en nuestro corazón. Del mismo
modo que el Sol brilla, nosotros también brillamos. Llegó el momento de que
proveamos y sustentemos a los demás del mismo modo en el que el Creador y el
Sol lo hacen con nosotros.
Nos ponemos en los zapatos del Creador. Este es el momento para dejar
atrás todo sentimiento de inferioridad y seguir los pasos de nuestro “Padre”.
Al igual que el corazón en el cuerpo humano, podemos bombear y distribuir
energía a los demás. El Sol nos inspira a despertar nuestro Deseo de Compartir
innato.
Típicamente, el mes de Leo es considerado un mes negativo porque, cuando
aumenta la positividad, la negatividad también debe aumentar con el fin de
mantener un equilibrio en el universo. A todos nos encanta un hermoso día en el
que el sol brilla con intensidad, no obstante, hemos aprendido que necesitamos
protegernos de los peligros de la insolación. Sin luz solar no podría haber
vida, pero esta también es capaz de quemar y causar sequía extrema.
Debido a este potencial de negatividad, a lo largo de la historia han
ocurrido tragedias en el mes de Leo, incluyendo la destrucción de ambos Templos
Sagrados. Sin embargo, como siempre, nuestra meta es conectarnos sólo con el
potencial positivo y las bendiciones que el mes desea otorgarnos. Este mes es
conocido como el mes en el que la Conciencia de Mashíaj finalmente nacerá en
nuestro mundo. Cerca de la mitad del mes, la Luz y la energía de compartir se
maximizan y alcanzan su máximo esplendor, de ese modo irradian la energía más
intensa del año. Este punto máximo de la fuerza de compartir de la Luz es
conocido como la Conciencia de Mashíaj. A fin de conectarnos con la positividad
de esta Luz y no ser quemados por ella, debemos preguntarnos: ¿Qué es la
Conciencia de Mashíaj y cómo nos alineamos con ella? La conciencia más alineada
con esta energía es el Amor Simple. El Amor Simple actuará como nuestro
bloqueador solar y nos permitirá canalizar satisfactoriamente la Luz, de ese
modo se evita toda negatividad. La Conciencia de Mashíaj podrá finalmente nacer
dentro de cada uno de nosotros. Este mes es necesario, más que en cualquier
otro momento del año, que despertemos nuestra capacidad para dar amor gratuito
y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
El león es el símbolo de Leo y es considerado como una de las Entidades
Sagradas que canalizan energía a nuestro mundo. El valor numérico de la palabra
león es 216, el número total de letras en la tabla de los 72 Nombres de Dios.
Los 72 Nombres de Dios son la fórmula que se usó para alcanzar el nivel de la
mente sobre la materia, para manifestar el milagro de la separación del Mar
Rojo. A partir de eso podemos ver ahora que en este mes tenemos el poder para
despertar al Creador que llevamos por dentro y con él la habilidad para crear
milagros en nuestra vida. Mente sobre materia es nuestro destino, ya que es el
momento en el que el amor y el cariño por los demás llenan nuestro mundo. En
nuestro futuro seremos los jefes de nuestra vida y crearemos nuestra propia
prosperidad y armonía. Después de esperar un año, este potencial y poder por
fin es activado. Al llegar a los últimos dos meses del calendario hebreo,
comenzamos a ver cómo se materializará nuestro destino a fin de cuentas.
Nuestro cuerpo celeste regente, el Sol, es tan masivo que dentro de él
podrían entrar un millón de planetas Tierra. Representa el 99 % de la masa de
todo el sistema solar. Por eso no es de sorprender que los leo suelan ser
personas impresionantes, líderes natos, personas que terminan en posiciones
importantes. Nosotros recibimos esta alta estima por nuestra propia imagen
durante todo el mes para ayudarnos a despertar nuestro destino y a ser más como
el Creador. De esta forma, cada uno de nosotros puede contribuir a la presencia
del amor en el mundo, cambiamos el equilibrio de la balanza y nos acercamos a
un mundo en el que la paz y la armonía sean comunes. Cada vez que elegimos amar
al prójimo en lugar de la apatía o el odio, atraemos más Luz a nuestro mundo.
Cada vez que actuamos con bondad amorosa nos conectamos más con nuestra esencia
Divina. Todos nos volvemos líderes, guiamos a los demás en el camino del amor y
la iluminación. Este es el momento para convertirnos en protagonistas de
nuestra vida y conectarnos con la vasta fuente de energía que está disponible.
El Amor Simple es nuestra clave para manifestar todos los regalos que
nos esperan este mes. Dado que la Divinidad está en nuestro interior, la única
manera de amarnos completamente es amar a los demás. Porque el Creador está
dentro de cada uno de nosotros y, por lo tanto, una parte nuestra vive dentro
del prójimo. Ha llegado el momento de despertar ese amor y, de este modo,
podemos canalizar la gran energía positiva que se comienza a manifestar. La
capacidad para crear milagros está en nuestras manos. El mes de Leo es nuestra
mejor oportunidad del año para atraer la Luz del Creador y ofrecer a todos
bendiciones que van más allá de nuestra imaginación.
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