El pasado 22 de julio de 2018, a las 21:00 UT, regresó el Sol a su casa
y, al igual que hace un año, no hay mejor augurio para un periodo espectacular,
sobre todo si tenemos en cuenta que el próximo viernes 27 de Julio a las 4:21
pm llegará la tan esperada Luna de Sangre, luna llena a 4º en Acuario
acompañada además del Eclipse Lunar más largo de este siglo, con casi cuatro
horas de duración.
Leo, siendo un signo de fuego reina en el corazón del verano, que es
cuando el Sol se encuentra en su máximo apogeo. Simbolizado por un León, que
encarna un aspecto regio, de gran fuerza y poder, este signo representa la
realeza y personifica la independencia,
el valor, el liderazgo, la seguridad en
sí mismo.
Cuando hablamos del Sol, hablamos de nosotros mismos. El Astro rey ha
llegado a su casa, y nos hará brillar desde nuestra propia esencia,
experimentando abiertamente nuestra fuerza de voluntad y ganas de sentirnos
orgullosos de nuestros esfuerzos. Además, algo en nosotros morirá dando espacio
a algo nuevo. Durante este periodo nos sentiremos motivados a acercamos más a
nuestro Yo esencial. Es hora de comprometernos a purificar los niveles en los
que nos encontramos, pues el paso siguiente será la transmutación para elevar
nuestra consciencia a planos superiores.
Si a diario sigues mis bitácoras,habrás comenzado a entender y a
asimilar tu verdadera esencia, que no es más que la pureza y la potencia de
nuestro verdadero ser. Somos luz, amor y sabiduría. Cuando has escuchado decir
“cada cabeza es un mundo” pues, déjame decirte que ese pensamiento está muy
alejado de la realidad, cada ser humano es una galaxia entera y existe la
fórmula no tan secreta para sincronizarnos los unos con los otros.
Reconocer nuestras limitaciones es parte importante y primordial de este
gran progreso, tanto espiritual como material. La negación de nuestras
emociones, el desgaste que ocasiona tener que ocultarlas y la lucha propia por
hacerlas desaparecer solo generan ansiedad, agotamiento y un severo sentimiento
de frustración ante la idea de que en muchas ocasiones continuamos reaccionando
de la manera que más nos decepciona de nosotros mismos, repitiéndolo una y
otra, y otra vez.
A medida que asumamos nuestras emociones, entendiendo que no son buenas
o malas, sino sentimientos que se presentan para experimentarlos, vivamos y
aceptemos desde la mejor disposición de reconocer su causa,estaremos
construyendo un puente directo a nuestro progreso. Es necesario que entendamos
la raíz de nuestras limitaciones, lo que somos capaces o no de manejar, nuestros
temores, lo que nos descontrola y hasta dónde somos capaces de llegar con
nuestra forma de pensar.
No tiene sentido alguno sumergirnos en diálogos inútiles con nosotros
mismos, en nuestra mente, tratando de justificar que lo que pensamos o
sentimos, o si en determinado momento fue o es bueno o malo. El verdadero
sentido está en reconocer ese sentimiento, indagar, buscar su causa, analizar
nuestra reacción física ante la situación que nos generó ese pensamiento y ese
accionar. Es justo allí, en ese momento en el que nos encontramos de
frente a nuestra emoción, cuando ésta se desvanece ante nosotros
El conocimiento de nosotros mismos es el verdadero descubrimiento de lo
que nos place y de lo que nos avergüenza, de los que nos genera alegría y
tristeza, de lo que nos duele y de lo que sabemos que
necesitamos reconocer.El proceso de expandir nuestra propia luz
interior, significa ir recorriendo nuestros propios caminos de oscuridad, y
hacerlo sin temores, sin tratar de ocultar nada, reconociéndonos, aceptándonos
y amándonos tal cual somos, sólo así, desde nuestra propia verdad, podremos
transformar aquello que sabemos debe ser de otra manera.
Te invito a que invadas tu cuerpo de tu propia luz, permitiendo que tu
sabiduría se propague en ti, aceptando tus debilidades, pues sabrás
perfectamente cada una de tus virtudes, especialmente la de reconocer tus
propias limitaciones. Este conocimiento te dará la libertad plena de
transformarlas.
Durante este periodo donde el Sol estará transitando por su propia casa,
te recomiendo que a diario, busques un espacio tranquilo, donde puedas estar en
contacto directo con el Sol, preferiblemente en la mañana, y medites utilizando
el mantra de la Compasión, OM MANI PADME HUM. Este es uno de los
mantras más conocidos del budismo. Con seis sílabas poderosas, encarna la
compasión y la bendición de todos los Buddhas, e invoca en especial la
bendición del Buddha de la compasión.
Se dice que ver el mantra escrito tiene el mismo efecto, las enseñanzas
explican que cada una de las seis sílabas que componen el
mantra, tienen una virtud específica y poderosa para provocar la
trasformación en distintos aspectos de nuestro ser. Cuando lo pronunciamos, se
purifican las emociones negativas, protegiéndonos de las distintas formas de enfermedad,
recibiendo virtudes y bendiciones.
OM: Simboliza el cuerpo, habla y mente pura.
MANI: Significa “joya” y es la intención altruista de lograr la claridad de
mente, compasión y amor.
PADME: Significa “loto” y simboliza la sabiduría.
HUM: Indica la indivisibilidad.
Realiza este mantra con disciplina durante 21 días, y verás en poco
tiempo la transformación de tu ser, y la de tu propia Luz venciendo tus más
profundas oscuridades.
Imagen: Siddhartha Gautama Buddha – Intervenida
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