Por Karen Berg
La luna llena ha acompañado a la
humanidad durante toda su existencia. Antes de la aparición de la luz
artificial, la oscuridad de la noche era vasta e impenetrable. Para los seres
humanos, viajar de noche era peligroso y una inmersión en lo desconocido.
Dependían de los períodos en los que la luna estaba más llena para realizar sus
viajes. Una noche iluminada por un “sol de medianoche” se convertía en una
compañera leal y confiable. La
luna, en su punto más lleno o cerca de este, crea
cierta magia para todos los seres en el mundo. Durante las lunas llenas se
acelera el crecimiento de la vegetación, aumenta la reproducción en los humanos
y en los animales, crece la fuerza de las mareas e incluso los bebés tienden a
nacer. Además, la Kabbalah enseña que las almas justas se presentan durante la
luna llena, ofrecen sabiduría y una conexión más profunda con los Mundos
Superiores. El poder de la luz de la luna puede palidecer ante la majestuosidad
e intensidad del gran sol, pero vivimos en un mundo de paradojas. Lo que parece
insignificante y pequeño a menudo es de gran importancia. Nosotros los humanos
representamos la inteligencia lunar, mientras que el Creador representa la
solar.
Nuestros cuerpos simbolizan la
vasija y la luna, mientras que nuestra alma es el brillante sol que nos
suministra espíritu y energía. Nosotros no producimos Luz propia, sólo
canalizamos y reflejamos la energía de lo Divino. Se dice que podemos
sobrevivir sin agua y alimento, pero no nos puede faltar la Luz del Creador ni
una milésima de segundo. Esta semana, nosotros, vasija y cuerpos, somos
elevados al nivel de completitud y unificación total. Nuestra vasija, que suele
tener dificultades para albergar la energía de Divinidad, finalmente logra
unirse a ella. Somos restaurados, completados y alcanzamos nuestro nivel más
alto. Brillamos en la noche y alcanzamos nuestro mayor esplendor para
convertirnos en el Sol de Medianoche.
Nuestro invaluable regalo de la
semana es la famosa porción de la Torá llamada Pinjás. La porción de Pinjás es
conocida por los kabbalistas como la porción definitiva de sanación. Esta
semana y esta porción nos ayudan a sanar energía de todo tipo: física,
emocional y espiritual. Es un regalo importante que nos da el universo sólo
cuando comienza a acercarse el fin del calendario kabbalístico y podemos
canalizar la energía de todo el año. La historia de Pinjás cuenta el relato de
Pinjás (Fineas), el nieto de Aharón el Sumo Sacerdote, y su noble acto para
salvar a los israelitas. Detuvo por sí solo y valientemente una plaga que se
desarrolló entre ellos. Pinjás realizó acciones altruistas para salvar al
pueblo y no pensó en las consecuencias que eso representaría para él. Actuó con
virtud y nobleza pura. Activó la Luz de Compartir dentro de él, una Luz que
está dentro de todos nosotros. Se fortaleció por completo y llevó Luz a la
oscuridad. Este fenomenal sacrificio y acto de compartir le concedió que su
nombre fuese el título de esta porción. Pinjás nos mostró el camino para hacer
lo mismo a fin de crear sanación y restauración en todos los niveles de nuestro
ser. Mientras la historia continúa, leemos que Moshé nombra a su sucesor. El
Creador le informó a Moshé que no entraría con los israelitas a la Tierra
Prometida y que necesitaba nombrar a un nuevo líder. Yehoshúa fue asignado como
el nuevo sucesor y Moshé le transfirió su energía de liderazgo.
Esta porción nos ofrece la
revelación completa y la madurez de nosotros, la vasija. Esta semana, al vivir
los últimos días del mes lunar de Cáncer, en el que somos regidos por la luna,
la energía de todo el año y todo nuestro trabajo es canalizado hacia nuestro
ser. Ahora es nuestro momento para brillar intensamente en la noche como la
vasija y la luna. Este es nuestro momento para activar al Creador que llevamos
por dentro y actuar sólo con dignidad humana y bondad amorosa. De este modo
podemos ser como el sol y regir de igual manera en el cielo. Después de un
ciclo anual de trabajo espiritual finalmente podemos albergar la energía del
Creador e irradiar nuestro esplendor. Con esto podemos experimentar la gama
entera de Divinidad para recibir la sanación suprema. Somos nutridos,
restaurados y revitalizados como nunca antes. Nuestro cuerpo recibe la ayuda
para renovarse y nuestro espíritu quebrantado es recompuesto. Esta es una
semana en la que estudiantes de Kabbalah de todo el mundo hacen un esfuerzo
adicional para conectarse con esta porción debido a la invaluable y beneficiosa
energía que esta ofrece.
Esta semana en tu meditación,
visualízate completo y lleno, conectado totalmente con el maravilloso amor del
Creador. Al paso que transformamos nuestras acciones egoístas en altruismo,
beneficencia verdadera y sacrificio por los demás, nos llenamos de las
bendiciones cósmicas de la Luz, el amor y la poderosa fuerza de la Divinidad.
Se sanan todas las heridas. Se reparan los corazones rotos. Se renueva nuestro
frágil espíritu. Se nutre nuestro cuerpo y recibe la energía para sanar.
Brillamos en la noche, regimos como el sol en el cielo. Al igual que una pequeña
vela, podemos iluminar la habitación oscura que es el mundo, eliminar el caos,
el odio, los miedos y las lágrimas de la faz de la tierra. Nos volvemos
una nueva fuente de amor y bondad para el mundo y todos sus habitantes que con
tanta premura la necesitan. Es nuestro momento de brillar. Somos el
Sol de Medianoche.
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