El
Creador es la Causa Original. Todas las cosas que han sucedido después son
simplemente el efecto. Mientras que el Creador es comparado con el sol,
nosotros somos comparados con la luna. Toda la Creación es como la luna y es el
efecto. Al igual que la luna, nosotros no generamos Luz propia, sino que
canalizamos y
reflejamos la Luz que irradiamos. Somos las vasijas para la Causa
Original. Nuestro propósito espiritual al venir a este mundo es desarrollar la
capacidad de revelar la Luz del Creador y usarla para eliminar la oscuridad.
Este mundo es como la luna, puesto que no ofrece Luz propia. Pero dediquemos un
momento a pensar en cuántas cosas hermosas existen y contemplar todo el bien
que hemos creado a lo largo de la historia de la humanidad. Quizá este mundo no
ofrezca Luz propia, pero estamos aquí. Cada uno de nosotros tiene
el privilegio divino de ser vasija para el Creador y revelar amor y belleza.
Tan solo mira a tu alrededor. ¿Puedes ver todas las maravillas que la humanidad
ha creado y logrado? El amor de generaciones tras generaciones de familias. Los
momentos de gran liderazgo y cambio social en los que hemos luchado por
libertad y dignidad humana. Las magistrales obras de arte, literatura y música
que se encuentran en todos los rincones del mundo. Pero más importante aún,
reconozcamos los muchos corazones que han estado abiertos y las acciones de
amor que se han realizado a lo largo de miles de años aquí en la tierra. La Luz
se ha estado construyendo lentamente. Con cada año que transcurre, hemos
revelado lentamente cada vez más bondad. Esta semana, tomamos las riendas de la
acción y nos comprometemos a revelar la Luz definitiva que este mundo necesita.
Vemos a nuestro mundo, al igual que la luna, desarrollarse lentamente y aumentando
su brillo a lo largo de la historia. Nos comprometemos con nuestro camino
espiritual para revelar la Luz que el mundo y nosotros necesitamos. Estamos muy
cerca de lograr todo lo que se nos envió a hacer aquí, y esta semana damos otro
paso más hacia el objetivo espiritual más auténtico.
"QUIZÁ ESTE MUNDO NO OFREZCA LUZ PROPIA, PERO ESTAMOS AQUÍ".
Nuestra
porción esta semana es la primera porción de un libro nuevo de la Torá.
Comenzamos el cuarto de cinco libros con la porción de Bemidbar. Bemidbar
significa “en el desierto”. Los israelitas habían estado viajando por el
desierto desde su liberación de Egipto. El desierto es un lugar donde se cree
que nada existe. Está carente de Luz. Nuestro mundo es como el desierto.
Efectivamente, estamos bemidar. Esta porción nos presenta la
energía del cuarto libro de la Torá, el cual está más relacionado con nuestro
mundo y las acciones que llevamos a cabo en él. La vida puede parecerse a un
desierto, indistintamente del clima en el que vivamos. Después de Egipto, los
israelitas fueron tomados bajo el ala del Creador y emprendieron su camino
espiritual. El desierto es el entorno necesario para esta tarea sagrada. Solo
en la oscuridad podemos revelar Luz, dado que solo se puede divisar nuestra
pequeña Luz cuando se nos da el espacio y la distancia del Creador. En
Bemidbar, los israelitas recibieron una energía vital nueva para prosperar en
el desierto de la vida. El Creador le pide a Moshé que faculte y fortalezca a
los israelitas a través de un censo, a fin de que obtengan la valentía para
seguir avanzando en el camino de revelar Luz en este mundo. Se crearon
campamentos y grupos entre los israelitas. Sin embargo, en un nivel más
profundo, los israelitas en realidad estaban siendo elevados por encima de las
influencias negativas del Zodíaco y los elementos de la naturaleza. Nosotros
también recibimos la misma ayuda divina esta semana. Bemidbar viene a nosotros
a fin de impulsarnos en nuestro viaje espiritual. Nos ayuda a superar los
desafíos y las tendencias que nos impiden amarnos unos a otros y revelar la Luz
en nuestro “mundo desértico”. Bemidbar también menciona la tarea particular de
los levitas con relación al Tabernáculo. Los levitas fueron los israelitas que
no participaron en la creación del Becerro de Oro. Aun cuando
estaban en Egipto, eran extraordinariamente espirituales e inspiraban a otros
israelitas a buscar una relación con el Creador. Leemos sobre los levitas para
recibir más energía para ser espirituales, amorosos, atentos y fuertes en
nuestra relación con el Creador. Previamente en la Torá, Moshé había
solicitado: “El que esté por el Eterno, que venga a mí”. Todos los levitas
acudieron a él. Bemidbar ofrece el poder necesario para revelar la Luz del
Creador en este mundo y acercarnos a Él. Somos solo como la luna, pero a través
de los regalos de Bemidbar, recibimos la capacidad de volvernos al Creador y
reflejar Su gran Luz en todo el mundo para así eliminar la oscuridad existente.
"LA LUZ LLENA TODO NUESTRO MUNDO".
A veces
la vida puede ser un lugar de frialdad, miedos y dudas. Puede sentirse como el
desierto. Sin nuestro cuidado y esfuerzo espiritual, el mundo puede alejarse de
la Luz como una luna menguante. Pero no tiene que ser así. Vinimos a este mundo
a unificar la luna y el sol. Estamos aquí para ser el vehículo a través del
cual la luna pueda brillar como el sol. Estamos aquí para abrir nuestro corazón
y amarnos unos a otros tanto como podamos. En el proceso, reflejamos y
revelamos la totalidad de la Luz del Creador, lo cual elimina el dolor y el
sufrimiento del panorama humano. Se trata nada menos que de nuestro propósito y
razón para existir. Esta semana, recibimos la fortaleza y la capacidad para
crear Luz en los lugares donde antes no había. Nos otorgan el poder de
transformar la luna en el sol y encender la Luz dentro de nosotros y el mundo.
En tus
meditaciones, transpórtate al cielo nocturno. Visualiza una luna llena hermosa
y brillante. Es el sol de medianoche. Brilla intensamente y en todo su
esplendor. Ilumina todo el cielo. Está llena y en su punto máximo. Ahora,
visualízate de la misma manera. Visualízate alcanzando tu potencial. Imagínate
teniendo la vida que deseas. Estás haciendo lo que amas y cada día manifiestas
los deseos más auténticos de tu corazón. Eres una fuerza de amor y compartir en
este mundo. Ve tu potencial en lo que eres capaz de manifestar, crear y
contribuir. Siente cómo se abre tu corazón y visualízalo dando amor a todo y a
todos. Estás resplandeciente como el sol. Aunque puede que no tengamos Luz
propia, esto no importa en absoluto. Somos uno con el Creador y somos uno con
la Luz. Ya no hay diferencia entre el sol y la luna, entre causa y efecto,
entre el Creador y nosotros. Todo se ha unificado y ahora la Luz llena todo
nuestro mundo.
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