Se dice que las palabras tienen el poder de
construir o destruir. Nuestras palabras y el poder del habla son regalos
increíbles que recibimos del Creador. Nos distinguimos de todas las demás
creaciones en la tierra gracias a esta capacidad. La boca se conecta con
nuestro mundo físico, donde las cosas se
manifiestan. Es a través del poder de nuestras palabras que en realidad podemos crear y llevar a cabo nuestros pensamientos. Al principio solamente pensamos en una idea, pero cuando comenzamos a hablar de ella es que esta obtiene vida y comienza el proceso de manifestarse en nuestra vida. El poder del habla no puede subestimarse. Podemos limitarnos inconscientemente según las palabras que usemos. Si las palabras tienen el poder de construir o destruir, ¿por qué escogeríamos hacer lo segundo? La verdad es que solo decimos palabras de negatividad debido a la negatividad interior. Desafortunadamente, los miedos y las envidias podrían hacer que hablemos de formas que nos destruyen a nosotros y a los demás. Podríamos impedir que alguien realice una acción positiva con palabras que desmotivan, degradan o causan temor. Sin embargo, por otro lado, podemos escoger ser como ángeles cada día para los demás y ayudarlos a alcanzar grandes cosas al motivarlos con palabras positivas de aliento. Tenemos un poder colosal en lo que decimos. Solo cuando hablamos desde el corazón es que usamos el hermoso regalo del habla para crear la positividad que necesitamos en este mundo. Esta semana, el Creador nos da el regalo de la protección contra el habla maliciosa. El Creador elimina temores y celos a fin de que lo único que quede sea un espacio de energía positiva. Somos purificados de nuestro propio egoísmo y nuestra envidia, y también de la de los demás. Todo lo que queda es amor y palabras de amor. Esta semana, recibimos el poder de hablar desde el corazón.
manifiestan. Es a través del poder de nuestras palabras que en realidad podemos crear y llevar a cabo nuestros pensamientos. Al principio solamente pensamos en una idea, pero cuando comenzamos a hablar de ella es que esta obtiene vida y comienza el proceso de manifestarse en nuestra vida. El poder del habla no puede subestimarse. Podemos limitarnos inconscientemente según las palabras que usemos. Si las palabras tienen el poder de construir o destruir, ¿por qué escogeríamos hacer lo segundo? La verdad es que solo decimos palabras de negatividad debido a la negatividad interior. Desafortunadamente, los miedos y las envidias podrían hacer que hablemos de formas que nos destruyen a nosotros y a los demás. Podríamos impedir que alguien realice una acción positiva con palabras que desmotivan, degradan o causan temor. Sin embargo, por otro lado, podemos escoger ser como ángeles cada día para los demás y ayudarlos a alcanzar grandes cosas al motivarlos con palabras positivas de aliento. Tenemos un poder colosal en lo que decimos. Solo cuando hablamos desde el corazón es que usamos el hermoso regalo del habla para crear la positividad que necesitamos en este mundo. Esta semana, el Creador nos da el regalo de la protección contra el habla maliciosa. El Creador elimina temores y celos a fin de que lo único que quede sea un espacio de energía positiva. Somos purificados de nuestro propio egoísmo y nuestra envidia, y también de la de los demás. Todo lo que queda es amor y palabras de amor. Esta semana, recibimos el poder de hablar desde el corazón.
"LAS PALABRAS TIENEN EL PODER DE CONSTRUIR O
DESTRUIR."
Nuestra porción y medicina espiritual esta semana
es Metsorá. Metsorá se leerá esta semana en lo que se conoce como
el Gran Shabat o Shabat Hagadol. Shabat Hagadol es considerado
como el Shabat más poderoso de todo el año porque antecede al invaluable regalo
y festividad de Pésaj. La porción de Metsorá y Shabat Hagadol son un poderoso
duo diseñado para prepararnos. Es un gran alivio entender que el Creador
siempre está proporcionándonos las herramientas y los medios para mejorar
nuestra vida y llenarla de bendiciones. Pésaj es uno de esos regalos anuales
que mejoran nuestra vida. Al dividir la palabra metsorá en dos
palabras, tenemos motsí ra, el significado se aproxima a “hablar
negatividad”. Pésaj también puede dividirse en dos palabras, pe saj,
que significa “boca que habla”. A partir de aquí podemos comenzar a ver una
importante conexión entre nuestra porción y la festividad. En Metsorá se habla
de la enfermedad de la lepra, junto con sus tratamientos y cura. El sacerdote
ayuda a curar a las personas y objetos afectados. Aprendemos que su causa
verdadera es hablar negatividad. La negatividad interior que se manifiesta en
habla maliciosa suele regresar al hablante de diversas maneras, la más severa
de ellas es la plaga de la lepra. A través de varias técnicas de purificación,
el leproso toma conciencia de su negatividad. Mediante el autoanálisis y el
deseo de cambiar, el sacerdote puede ayudar a sanar al leproso. Esta porción
ayuda en el proceso de purificación de todos nosotros, pero fundamentalmente
fue diseñada para sanarnos en el nivel de la semilla al eliminar aquello que
genera el deseo de destruir a los demás con nuestras palabras en un principio.
Metsorá nos ayuda a eliminar nuestros propios miedos que se esconden detrás de
nuestras palabras negativas. Quizá cuando ya no sintamos tanto temor, ya no
estaremos inclinados a atacar verbalmente a otras personas. Cuando el amor es
lo único que habita en nuestro interior, el amor es lo único que se expresa.
"LAS PALABRAS DEL CORAZÓN NOS LIBERAN."
La belleza de esta semana es que recibimos una
doble dosis de energía, dado que Metsorá se leerá en Shabat Hagadol. Shabat
Hagadol también nos ayuda a deshacernos de la negatividad, el egoísmo y los
temores en preparación para Pésaj. Cuando nuestra supervivencia se siente
amenazada, estamos en un modo animal que impide que abramos nuestro corazón y
pensemos en los demás. Shabat Hagadol elimina estos temores y nos permite
recibir a totalidad la festividad de Pésaj, cuando ocurre la eliminación final
de nuestra negatividad y recibimos la libertad definitiva. Una libertad que nos
permite amar, ser valientes y cumplir nuestro propósito. Es entonces cuando
podemos pe saj o “hablar con la boca” solo palabras de amor y
palabras del corazón. Cuando podemos usar nuestras palabras para levantarnos
unos a otros y enseñarles a nuestros amigos, familiares e hijos que el Creador
ciertamente nos ama. Cuando hablamos la verdad de que cada uno tiene a la
Divinidad en su interior y que podemos lograr cualquier cosa que nos
determinemos lograr. En lugar de hablar falsedades de negatividad, podemos
hablar la verdad del amor que existe. Nos decimos a nosotros y a los demás que
el Creador nos ama a cada uno de nosotros y estará siempre presente. Nunca
tenemos que temer o preocuparnos porque haya carencia. Nunca tenemos que sentir
que debemos competir con otras personas. Cada uno de nosotros tiene un
propósito hermoso e invaluable en la tierra. No usamos la boca para destruir,
sino únicamente para levantarnos unos a otros. Debemos usar el habla para
recordarnos unos a otros que somos amados, que podemos alcanzar cualquier cosa
y que nos espera una vida de dicha y bendiciones. Hay grandeza y un poder
asombroso en el habla una vez que aprendemos a decir la verdad de nuestro
corazón.
Esta semana en tus meditaciones, afirma tu ser con
verdades universales. Las afirmaciones son una herramienta importante y
efectiva para mejorar nuestra vida. Esta semana, repítete: “La Divinidad habita
dentro de mí, soy un ser divino. El amor vive dentro de mí, soy amado”.
Reafirma esto en las mañanas y en las noches durante la semana. Permite que
esto expulse tus miedos y tu oscuridad. Permite que te vigorice en tu propio
poder y potencial. Siente el amor del Creador y el amor que tienes en tu
interior. Entonces, y solo entonces, habla desde este espacio. Háblales a los
demás para edificarlos. Recuérdales que son amados también y que pueden lograr
grandes cosas. Usa tus palabras para ser un canal del Creador. Permite que los
demás sepan que son hermosos y perfectos tal como fueron creados. Cuando hablas
con los demás desde el corazón, entonces puedes hablar la verdad, ya que las
palabras del corazón no solo nos edifican y nos sanan… nos liberan.
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