En el mundo cristiano de hoy muchos soportan sus creencias y forma de ver la vida en los textos que aparecen enmarcados en la Biblia tradicional, haciendo de los Evangelios canónicos la fuente única de acceso al Jesús que desean imitar. Sin embargo, cuando se conoce quienes escogieron los evangelios que habían de ser canonizados y cuales rechazados, tal vez se puede entender que ese Cristo que creen "conocer" no es más que una invención manipulada, y que éste, si es que fue real, se encuentra más cerca de lo que creen.
Tal vez, al igual que yo, muchos están realmente cansados de sesgos e interpretaciones privadas de los textos antiguos fraguadas por los comerciantes de la fe, quienes desde siglos atrás se han apoderado del conocimiento religioso, y se han levantado como poseedores de una divinidad inventada, que tiene las características propias de sus inventores: machismo, misoginia, exclusivismo, etc...; y la han venido inyectando a la humanidad a través de la espada, disfrazada de ciencia y camuflada como verdad.
Un ejemplo claro de eso lo encontramos en la historia de María Magdalena, que ya sea verdad o mentira, igual encierra un cúmulo de situaciones que nos dan una luz del talante de los líderes religiosos, quienes no pudiendo aceptar la superioridad de una mujer, la condenaron al olvido.
Ahora bien, ¿quién fue María Magdalena?:
Cabe señalar que no pretendo decir que la historia o el personaje en sí de María Magdalena es real o ficticio, mi intención es demostrar la forma en que quienes se apropian de la fe han manipulado la verdad para hacer a un lado a un personaje femenino que tal vez tuvo una mayor incidencia en la formación del cristianismo primitivo, dejando mal parada su estructura patriarcal y mostrando a un Cristo más humano y con ideas más liberales.
María Magdalena es una
mujer mencionada en los evangelios, tanto canónicos como apócrifos, como una de
las discípulas más cercanas a Jesús, su nombre es designado por su
lugar de procedencia, Magdala. Para los católicos, anglicanos y
ortodoxos es considerada santa, y según algunas tradiciones era:
La mujer hallada en
adulterio, la cual Jesús salvó de ser lapidada y luego le dijo "ni yo te
condeno, ve y no peques más". [1]
La mujer que unge los pies
de Jesús con perfume y los seca con sus cabellos. [2]
María de Betania, hermana
de Lázaro, quien según el evangelio de Juan es la misma que unge los pies de
Jesús. [3]
Dichas tradiciones carecen de una base estructural bien fundamentada, por lo que las mismas no pueden ser tenidas en cuenta al ser solo simples conjeturas, que muy posiblemente hayan sido desarrolladas con la intención de desacreditar a la mujer que podía hacer caer la supuesta autoridad de sus difamadores.
Sin embargo, de los evangelios canónicos podemos aprender de ella lo siguiente:
Había sido curada por Jesús
de una "posesión demoníaca" (siete demonios). [4]
Contribuía económicamente
en la labor evangelizadora de Jesús. [5]
Estuvo presente en
la crucifixión de Jesús, contrario a la mayoría de los apóstoles
quienes lo dejaron solo. [6]
Estuvo presente en la
sepultura y se quedó hasta ver donde fue puesto el cuerpo. [7]
Fue testigo, junto a otras
mujeres, de la resurrección de Jesús, comunicándolo a los
apóstoles. [8]
Fue la primera persona en
ver a Jesús resucitado y en comunicarlo, o sea, fue la primera testigo
de la resurrección, una labor apostólica. [9]
Si eso lo llegamos a extraer de los cuatro evangelios que fueron canonizados, escapando de la censura machista, ¿se pueden imaginar lo que obtendremos de los que se consideran apócrifos?
A continuación el evangelio
de María Magdalena según llegó hasta nuestros días, tomado de dos fragmentos
datados entre los años 120 y 180 d.C. No se puede asegurarse una autoría directa
de María, y se le llama así por la mención en el texto de una mujer con ese
nombre que tenía una afiliación muy cercana a Jesús o el "Salvador".
EVANGELIO DE MARÍA MAGDALENA
(Fragmento griego) Papiros Rylands 463 y Oxyrhynchus 3225. Siglo III
«... lo restante del camino, de la medida justa, del tiempo, del siglo, descanso en silencio». Dicho que hubo esto, María calló, como si el Salvador le hubiera hablado (solamente) hasta aquí. Entonces dice Andrés: «Hermanos, qué os parece de lo dicho? Porque yo, de mi parte, no creo que haya hablado esto el Salvador, pues parecía no estar de acuerdo con su pensamiento». Pedro dice: «¿Pero es que, preguntado el Señor por estas cuestiones, iba a hablar a una mujer ocultamente y en secreto para que todos (la) escucháramos? ¿Acaso iba a querer presentarla como más digna que nosotros?»
[Laguna]
...del Salvador?». Leví dice a Pedro: «Siempre tienes la cólera
a tu lado, y ahora mismo discutes con la mujer enfrentándote con ella. Si el
Salvador la ha juzgado digna, ¿quién eres tú para despreciarla? De todas
maneras, Él, al verla, la ha amado din duda. Avergoncémonos más bien, y,
revestidos del hombre perfecto, cumplamos aquello que nos fue mandado.
Prediquemos el evangelio sin restringir ni legislar, (sino) como dijo el
Salvador». Terminado que hubo Leví estas palabras, se marchó y se puso
a predicar el evangelio según María.
Fuente: Los
Evangelios Apócrifos, por Aurelio De Santos Otero, BAC
En este pequeño aunque muy
elocuente fragmento griego, el más corto de los dos que aún se conservan,
podemos encontrar la raíz de la razón por la que la "Madre Iglesia"
ubicó a Pedro como la columna vertebral de su fe, y la causa de
que se canonizaran los evangelios que le daban a éste prominencia sobre
los demás discípulos, pues al fin y al cabo, las organizaciones se parecen
a sus líderes. Pedro, demostrando un completo machismo y un celo acérrimo hacia
María por la aparente preferencia del "Salvador" hacia ella, no podía
aceptar que "quizá" una mujer pudiera ser más "digna" que
un hombre, algo que aún encontramos en la ortodoxia cristiana actual.
EVANGELIO DE
MARÍA
(Fragmento copto) Papiro Berolinense Gnóstico 8052,1.
[Faltan las páginas 1-6].
PALABRAS DE
JESÚS
La materia y el mundo
7 [...] entonces, ¿será destruida o no la materia?
El Salvador dijo: «Todas las naturalezas, todas las producciones y todas las
criaturas se hallan implicadas entre sí, y se disolverán otra vez en
su propia raíz, pues la naturaleza de la materia se disuelve en lo que
pertenece únicamente a su naturaleza. Quién tenga oídos para escuchar, que
escuche.
La materia y el pecado
Pedro le dijo: «Puesto que nos lo has explicado todo, explícanos también esto:
¿cuál es el pecado del mundo?». El Salvador dijo: «No hay pecado,
sin embargo vosotros cometéis pecado cuando practicáis las obras de
la naturaleza del adulterio denominada «pecado». Por esto el bien
vino entre vosotros, hacia lo que es propio de toda naturaleza, para restaurarla
en su raíz».
Prosiguió todavía y dijo: «Por esto enfermáis y morís, puesto que 8 [practicáis lo que os extravía. Que quien pueda
comprender] comprenda. [La materia engendró] una pasión carente de la
semejanza, puesto que procedió de un acto contra natura. Entonces se produce un
trastorno en todo el cuerpo. Por esto os dije: Estad en armonía (con
la naturaleza), y si no estáis en armonía, sí que estáis en armonía
ante las diversas semejanzas de la naturaleza. Quien tenga oídos para escuchar,
que escuche».
Últimos preceptos
Después de decir todo esto, el Bienaventurado se despidió de todos ellos
diciendo: «La paz sea con vosotros, que mi paz surja entre vosotros. Vigilad
para que nadie os extravíe diciendo: «Helo aquí, helo aquí», pues el hijo del
hombre está dentro de vosotros; seguidlo. Los que lo busquen lo
hallarán. Id y proclamad el evangelio del reino. No 9 impongáis más preceptos que los que yo he
establecido para vosotros, y no deis ninguna ley, como el legislador, para que
no seáis atenazados por ella».
Dicho esto, partió.
INTERMEDIO
Ellos, sin embargo, estaban entristecidos y lloraban amargamente diciendo:
«¿Cómo iremos hacia los gentiles y predicaremos el evangelio del reino del hijo
del hombre? Si no han tenido con él ninguna consideración, ¿cómo la tendrán con
nosotros?».
Entonces Mariam se levantó, los saludó a todos y dijo a sus hermanos:
«No lloréis y no os entristezcáis; no vaciléis más, pues su gracia descenderá
sobre todos vosotros y os protegerá. Antes bien, alabemos su grandeza,
pues nos ha preparado y nos ha hecho hombres». Dicho esto,
Mariam convirtió sus corazones al bien y comenzaron a comentar las palabras del
[Salvador].
10 Pedro dijo: «Mariam, hermana,
nosotros sabemos que el Salvador te apreciaba más que a las demás mujeres.
Danos cuenta de las palabras del Salvador que recuerdes, que tú conoces y
nosotros no, que nosotros no hemos escuchado». Mariam respondió
diciendo: «Lo que está escondido para vosotros os lo anunciare». Entonces
comenzó el siguiente relato:
PALABRAS DE MARÍA MAGDALENA
Visión de María
«Yo —dijo— vi al Señor en una visión y le dije: «Señor, hoy te he visto en una
visión». Él respondió y me dijo: «Bienaventurada eres, pues no te has turbado
al Verme, pues allí donde está el Intelecto, allí está el tesoro».
Yo le dije: «Señor, ahora, el que ve la visión ¿la ve en alma o en espíritu?».
El Salvador respondió y dijo: «No la ve ni en alma ni en espíritu, sino
que es el Intelecto que se halla en medio de ellos el que ve la
visión, y él es el que [...]».
[Laguna: faltan las páginas 11-14].
La ascensión del alma
15 [...] a él, y la Concupiscencia dijo: «No te he
visto bajar y ahora te veo subir. ¿Por qué mientes, si me perteneces?». El alma
respondió diciendo: «Yo te he visto, pero tú no me has visto ni me has
reconocido. Por la vestimenta, que era tuya, y no me reconociste». Una vez
dicho esto, (el alma) se apartó con gran alegría y seguidamente cayó en manos
de la tercera potestad, la llamada Ignorancia. Esta interrogó al
alma diciendo: «¿A dónde vas? En maldad estás atenazada; puesto que estás
dominada, no juzgues». El alma dijo: «¿Por qué me juzgas tú a mí, si yo no te
he juzgado? Yo he sido dominada, pero no he dominado. No he sido reconocida,
pero be sabido que el universo está siendo disuelto, tanto en las cosas
terrenales 16 como en las cosas celestiales».
Una vez el alma hubo sobrepasado la tercera potestad, continuó ascendiendo y
divisó la cuarta potestad, la de siete formas. La primera forma es
la tiniebla; la segunda, la concupiscencia; la tercera, la ignorancia; la
cuarta, la envidia de muerte; la quinta, el reino de la carne; la sexta, la
loca inteligencia de la carne; la séptima, la sabiduría irascible. Estas son
las siete potestades de la ira, las cuales preguntan al alma: «¿De
dónde vienes, homicida? ¿A dónde vas, dueña del espacio?». El alma respondió
diciendo: «Lo que me ata ha sido matado y lo que me atenaza ha sido aniquilado,
y mi concupiscencia se ha disipado y mi ignorancia ha perecido. A un mundo he
sido precipitada 17 desde un mundo, y a una imagen desde
una imagen celestial. La ligadura del olvido dura un instante. En adelante
alcanzaré el reposo del tiempo (kairós), del tiempo (chrónos), (el reposo) de
la eternidad, en silencio».
EPÍLOGO
María Magdalena reveladora de Jesús
Después de decir todo esto, Mariam permaneció en silencio, dado que el Salvador
había hablado con ella hasta aquí. Entonces, Andrés habló y dijo a
los hermanos: «Decid lo que os parece acerca de lo que ha dicho. Yo, por
mi parte, no creo que el Salvador haya dicho estas cosas. Estas doctrinas son
bien extrañas». Pedro respondió hablando de los mismos temas
y les interrogó acerca del Salvador: «¿Ha hablado con una mujer sin que
lo sepamos, y no manifiestamente, de modo que todos debamos volvernos y
escucharla? ¿Es que la ha preferido a nosotros?. 18 Entonces Mariam se echó a llorar y dijo a Pedro:
«Pedro, hermano mío, ¿qué piensas? ¿Supones acaso que yo he reflexionado estas
cosas por mí misma o que miento respecto al Salvador?
Entonces Leví habló y dijo a Pedro: «Pedro, siempre fuiste
impulsivo. Ahora te veo ejercitándote contra una mujer como si fuera un
adversario. Sin embargo, si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú para
rechazarla? Bien cierto es que el Salvador la conoce perfectamente; por
esto la amó más que a nosotros. Más bien, pues, avergoncémonos y
revistámonos del hombre perfecto, partamos tal como nos lo ordenó y prediquemos
el evangelio, sin establecer otro precepto ni otra ley fuera de lo que dijo el
Salvador».
Luego que 19 [Leví hubo dicho estas palabras], se
pusieron en camino para anunciar y predicar. El evangelio según Mariam.
Fuente: Textos Gnósticos - Biblioteca Nag Hammadi II, por Antonio Piñero. Editorial Trotta www.trotta.es
Nota: la numeración del
fragmento copto corresponde a las páginas del manuscrito
Muy elocuentes estas palabras en cuanto a la aceptación y predilección que "El Salvador" tenía hacia María, quien enseñó a los apóstoles las palabras de éste y, según el relato, luego de la discusión en la que Pedro demostró sus prejuicios hacia la mujer, "se pusieron en camino para anunciar y predicar el evangelio según María".
Claramente este evangelio despreciado por los primeros líderes
cristianos demuestra que no es por causa de género que el "Salvador"
aceptaba y elegía a sus discípulos, pues según María el "nos ha preparado y nos ha hecho hombres", lo que podría llevarnos a la interpretación de
que poco importan los géneros para abrazar las enseñanzas de Jesús y liderar en
su obra.
El texto apócrifo encierra
doctrinas interesantes como esa que dice que "no hay pecado"
sino aquel que "está en contra de la naturaleza", o aquella
sobre "la materia y que todas las criaturas se disolverán y
se unirán nuevamente", o la de "las siete potestades de
la ira", doctrinas que se hacen retiñentes en los oídos de Pedro
y Andrés, y cualquiera de pensamientos iguales, quienes no pudiendo entenderlas
por los prejuicios hacia quien la mujer de quien procedían, se les dificultó
aceptarlas y la llamaron "extraña".
Ahora bien, en otro de los
llamados evangelios apócrifos, el Evangelio de Felipe, encontramos una
interesante afirmación sobre María Magdalena y su relación con Jesús:
32. Tres (eran
las que) caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de
ésta y Magdalena, a quien se designa como su compañera.
María es, en efecto, su hermana, su madre y su compañera .
55. La Sofía —a quien llaman «la
estéril »— es la madre de los ángeles; la compañera [de Cristo es maría] Magdalena.
[El Señor amaba a María] más que a [todos] los discípulos (y) la besó en la
[boca repetidas] veces. Los demás [...] le dijeron: «¿Por qué [la
quieres] más que a todos nosotros?» El Salvador respondió y les dijo: «¿A qué
se debe el que no os quiera a vosotros tanto como a ella?». [10]
Fuente: Los
Evangelios Apócrifos, por Aurelio De Santos Otero, BAC
Desde mi punto de vista, tal vez aceptando a una María tan cercana al "Señor", tanto que la besaba repetidamente en la boca, pudiera la interpretación religiosa actual recapitular sus posturas sobre un Jesús divino y lejano a las pasiones humanas, o tal vez moderar un poco la posición de la mujer dentro de su liderazgo, pues al fin y al cabo si Jesús, siendo el "jefe", ubicó a una mujer sobre los hombres (incluyendo a Pedro), entonces ¿por que razón sus "siervos" no lo pueden aceptar e imitar?
Notas:
1 - Juan 8: 3-11
2 - Mateo 26: 6-13
3 - Juan 12: 1-8
4 - Lucas 8: 2
5 - Lucas 8: 1-3
6 - Marcos 15: 45-47
7 - Mateo 27: 61-66
8 - Mateo 28: 1-15
9 - Juan 20: 11-18
10 - Evangelio de Felipe 1: 32, 55
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