Como todos saben, en esta parte del mundo hemos estado muy golpeados por
terribles huracanes y terremotos. Se ha levantado mucho dolor y casi se nos
pasa el tiempo de enviarte esta comunicación, concentrados en todo este
movimiento. Pero aquí estamos, dispuestas a compartir contigo nuestros
pensamientos.
El mejor antídoto para los tiempos duros es enfocarnos en la belleza de la Creación. Hay una cierta sensibilidad que se desarrolla al amar la belleza de la naturaleza, un sentido especial que nos conecta con las conciencias de luz que pueblan los mundos invisibles y son la fuerza de vida detrás
La belleza nos rodea todo el tiempo pero no la vemos porque estamos enfocados en la parte física, y esto nos hace vulnerables, débiles, mortales. Pero si nos identificáramos con el centro del Universo, con la fuente de la vida, con el Creador, nos acercaríamos a Aquel que es inmortal, omnisciente, omnipotente. Dice el Maestro Omraam Mikhael Aivanhov queconocerse en fundirse en la inmensidad de Dios. Y en esa inmensidad vivimos, inmersos en el cuerpo de la Madre Divina y su infinita inteligencia que va ordenando cada partícula del Universo para ofrecernos este espectáculo que llamamos Vida.
Cuando nos negamos el
contacto con la vida que nos rodea y su canto celestial, nos vamos perdiendo de
nosotros mismos, y al buscar desesperados a qué aferrarnos empezamos la
historia de los apegos. Los apegos nos hacen mucho daño, nos ocasionan mucho
sufrimiento y miedo porque todo lo externo, en un instante, se puede perder.
Ten presente siempre que tú
eres la Conciencia, eres uno con el Eterno. Las limitaciones y debilidades, los
instintos y las pasiones están inscritas en la sustancia que has tomado para
transformar y redimir. Tú eres el Alma. Eres una gota del Océano de la Divinidad.
Muchas vece me pregunté el por qué al ver la belleza de la naturaleza como puede ser una quebrada, un río, una montaña, un bello amanecer o un atardecer, la luna, las estrellas, el mar … nos llenamos de gozo. Como cuando uno retorna a su hogar después de un largo viaje. De alguna manera creo que este contacto nos permite vernos a nosotros mismos en la bendita y profunda unidad que a todos nos contiene. Es la gota de agua que mira las maravillas del océano y se da cuenta que ella es parte y es también todo el océano, porque no hay distancias, ni diferencias, ni separaciones entre una gota y otra. Porque al fundirse con la inmensidad, uno es la inmensidad. Sí, conocerse es fundirse en la inmensidad de Dios.
Busquemos la ayuda de la Madre Divina para que podamos ser en espíritu y en verdad lo que somos, y tomando la dirección correcta sentir a cada paso de la existencia ese gozo especial que da el contacto con lo divino. La Madre nos ayuda ofreciéndonos un espectáculo de belleza sin igual todos los días en las infinitas manifestaciones de la naturaleza. Cultiva el asombro. El asombro ante el milagro de la vida siempre viene con una dosis de alegría. Aprende a maravillarte ante la belleza de una flor, toma conciencia de la vida abundante que te rodea y reconócete en ella.
Nuestra vida moderna nos ha hecho rudos, como si la piel se hubiera curtido y no permite que las ondas celestiales nos lleguen Trabajemos para desarrollar la sensibilidad y retomar la comunicación con la abundante vida que nos rodea. La percepción es la puerta por donde todo entra. No te enfoques en lo grotesco, lo prosaico, lo vulgar. Llena tu vida de cosas bellas utilizando inteligentemente el poder de percibir. Sé selectivo y no le des entrada en tu vida a la fealdad. Tu vida es el poema que escribes en la Matriz del Tiempo. Ahora que hay tanta necesidad de paz y contento, que ese poema sea un canto de alabanza al Creador y su creación.
Con un amor muy grande,
Carmen Santiago
No hay comentarios:
Publicar un comentario