Por
Karen Berg Oct 14th, 2017
Esta
semana resulta ser la semana de mi cumpleaños, por eso, obviamente, siempre he
sentido una afinidad con la porción de esta semana, es decir, Nóaj: la historia
de Nóaj y el arca.
En
esta porción hay infinita sabiduría, y cada vez que la estudio encuentro cosas
nuevas. Este año, me gustaría compartir con ustedes tres lecciones importantes
que creo que nos beneficiarán a todos. Espero que se sientan tan identificados
con ellas
como yo me sentí.
Mi
deseo de cumpleaños es que cada uno de ustedes pueda tomar al menos algo de
estas enseñanzas e internalizarlo esta semana, que su vida sea mejorada gracias
a ellas y que, como resultado, el mundo mejore.
1. Desarrolla empatía por toda la humanidad.
Aunque Nóaj ciertamente fue diligente en llevar a cabo las instrucciones del
Creador para la construcción del arca y reunir a los animales, no le rogó a
Dios que el resto de la gente del mundo fuese salvada (como sí lo hizo Moshé,
por ejemplo). ¡Esta es una lección poderosa! Cuando alguien nos dice que un
miembro de su familia está enfermo o que alguien está sufriendo, ¿realmente
intentamos ponernos en sus zapatos? Cuando escuchamos que una persona está
pasando por dificultades, ¿nos esforzamos de alguna forma para mejorar su
situación? La porción de Nóaj nos recuerda que ser espiritual es ser consciente
del Creador y también de las muchas personas en nuestra vida.
2. Ve la Luz… en todos. El Midrash habla del
hecho de que Nóaj se aseguró cuidadosamente de alimentar a cada animal del
arca. Para nosotros, esto es un recordatorio del poder que tenemos de estar
conscientes de la Luz en cada ser viviente; desde la mosca que busca nuestro
desayuno hasta el perro de la familia, desde nuestros seres queridos que tanto
apreciamos hasta la persona sin hogar que vemos en la calle. Mientras más
podamos reconocer y apreciar lo Divino en todas las cosas, más divinidad
obtendremos en nuestro día a día.
3. Aprecia el Zóhar y el poder de la unidad. A
lo largo de los años he escuchado muchas historias de milagros sobre el poder
del Zóhar, el libro de sabiduría ancestral del que proviene todo el
conocimiento kabbalístico. Por ejemplo, una vez escuché una hermosa historia
sobre una pareja cuyo bebé había sido diagnosticado con sordera después de
haberle realizado no sólo uno, sino dos exámenes separados. Sin embargo, antes
del tercero, un amigo les regaló un Zóhar y luego se sentaron juntos a
estudiarlo.
Cuando
le realizaron el tercer examen, ¿adivinen qué? Su audición era normal. Es
sorprendente, ¿no? Pero la sorpresa no es el milagro. Lo sorprendente es el
Zóhar, sus enseñanzas, la unidad, la amistad que inspiró la entrega del Zóhar y
el cariño entre las personas que permitió que ocurriera tal milagro. Un hilo es
fácil de romper, pero si unes cien hilos, nunca podrás romperlos. La unión de
todos nosotros es lo que crea estos milagros. Por esa razón, cuando el Rav y yo
nos dedicamos a construir Centros de Kabbalah en todo el mundo, lo hicimos no
sólo para que se convirtieran en lugares de aprendizaje, sino también en
lugares de amistad. Puede que enfrentemos desafíos en nuestra vida, pero
mientras estemos unidos, mientras tengamos una comunidad de amigos, siempre habrá
un par de manos adicional para ayudarnos a enfrentar la tormenta.
Aunque
estas tres enseñanzas son brevemente sacadas de la porción de esta semana,
considero que podemos beneficiarnos al aplicarlas en nuestra vida en cualquier
día de la semana, cualquier semana del mes, cualquier mes del año.
Mientras
respiremos, tenemos un propósito; y ese propósito es encender la chispa divina
del Creador que está dentro de nosotros y hacer del mundo un lugar mejor. En
esta, mi semana de cumpleaños, oro para que todos encontremos ese propósito y
alcancemos dicha meta.
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