Michael
Berg
La
porción de Nóaj, a mi parecer, está llena de muchas enseñanzas emocionantes e
importantes; enseñanzas que, si realmente entendemos, tienen el poder de
cambiar nuestro trabajo espiritual en un modo muy positivo.
Por
eso, quiero compartir algo de Rav Áshlag, quien pregunta cuál es el secreto del
alma. Él dice que antes de venir a este mundo, el alma es un pequeño aspecto
con gran potencial. Es una pequeña chispa de Luz conectada a su Fuente, la Luz
del Creador. Y entonces él pregunta por qué fue creado el
mundo. ¿Qué significa
eso?
Creo
que la mayoría de nosotros cree que el alma es un ser perfecto y completo que
entra en el cuerpo y luego luchamos junto a ella para permitirle reconectarse
con la Luz del Creador. Pero Rav Áshlag dice algo completamente diferente. Él
dice que antes de entrar en nuestro cuerpo, cada una de nuestras almas era una
pequeña chispa con gran potencial, pero no revelado. Así pues, si esa chispa
permanece en los Mundos Superiores en un estado perfecto, nunca se expandirá ni
se convertirá en lo que está destinada a ser. Nunca se convertirá en la
totalidad de la Luz del Creador que necesita ser revelada. Y el propósito de
venir a este mundo es permitirle al alma expandirse y convertirse completamente
en todo lo que puede llegar a ser.
Por
lo tanto, la razón por la que nuestra alma, una pequeña chispa con gran
potencial, viene a nuestro cuerpo es para revelar ese potencial. Nuestra alma
es la Luz del Creador, pero no como cuando está al 100% en los Mundos
Superiores. Y cuando viene a este mundo, nuestro trabajo no es reconectarla,
sino que, al ser una pequeña chispa, nuestra lucha (nuestro trabajo espiritual)
es permitirle expandirse. Por eso, cada vez que compartimos, nos conectamos con
el Zóhar y demás, lo que en realidad hacemos es permitirle a nuestra alma
expandirse un poco más. Y la lucha entre el cuerpo y el alma es lo que le
permite a esta última crecer cada vez más.
Este
es un maravilloso descubrimiento sobre quienes somos; somos el Creador que
desea manifestarse más significativamente… y ese es el propósito del trabajo
espiritual. Cuando el alma —que en realidad es la Luz del Creador deseando
expandirse más— ingresa al cuerpo, forcejea con él. Pero sólo a través de esa
lucha puede revelar su potencial y expandirse tan ampliamente como necesite.
Entonces, ella usa las herramientas y la sabiduría, que son, de hecho, la Luz
del Creador expandida.
Por
ejemplo, digamos que nuestra alma, desde que nació hasta hoy, sólo se ha
revelado 20% y desea expandirse; el Zóhar es una de las mejores herramientas
que tenemos para permitir la expansión del Creador, que es nuestra alma. En
consecuencia, cuando estudiamos el Zóhar e internalizamos su Luz, nos
expandimos con ella y comienza a formar parte de nosotros. Así pues, la
sabiduría somos nosotros y es la Luz del Creador. Nuestra alma viene a este
mundo con un gran potencial y la única manera en la que puede ser revelado es a
través de la lucha del cuerpo y el alma, lo cual le permite expandirse. Las
herramientas para la expansión del alma, y también la Luz que es el alma
expandida, son la sabiduría y las herramientas.
Entonces,
para regresar al ejemplo del Zóhar, digamos que nuestra alma está 20%
expandida, 20% revelada, luego leemos el Zóhar y expandimos nuestra alma 5% más
a través de esa lectura. Por tanto ese 5% más es en realidad la Luz del Zóhar
que se convierte en nosotros. Nosotros somos ese aspecto de la Luz del Creador
que está siendo expandido.
Así
pues, Rav Áshlag dice que este es el secreto: la Luz del Creador, el trabajo
espiritual, la sabiduría y yo somos todos uno, porque todo esto es la expansión
de la Luz del Creador. Nuestra alma es Luz del Creador potencial que aún no
está expandida. El uso de las herramientas y el estudio de la sabiduría son
tanto la Luz que permite la expansión como la Luz de la expansión.
¿Qué
da vida espiritual? El nivel de conciencia que tengamos. El alma, antes de
llegar a este mundo, era el aspecto pequeño del Creador con gran potencial sin
revelar, aunque estuviera conectada y unificada con la Luz del Creador. Pero es
una pequeñísima chispa potencial del Creador, y eso es todo lo que tiene en los
Mundos Superiores. Si no ingresa en el cuerpo ni lucha por expandirse,
permanecerá pequeña y sin revelarse.
En
los Escritos del Arí dice que el Creador quería revelar Su sagrado Nombre. Este
también es el secreto del significado de lo que dice el Arí con respecto a la
razón de la creación del mundo, la cual era que el Creador revelara Su
potencial. Es decir, revelarnos a nosotros, el potencial de la Luz del Creador.
Nosotros nos expandimos con las herramientas que son la Luz que se convierte en
nuestra expansión.
La
gente está triste, aburrida o deprimida porque necesitamos ser más de lo que
somos, en otras palabras, nuestra alma necesita expandirse más. Una vez que permitamos
que nuestra alma se expanda, una vez que veamos nuestro trabajo espiritual de
este modo, tendremos emoción, entendimiento y felicidad como resultado. Del
mismo modo que un globo, comenzamos como algo pequeño, restringidos dentro de
un pequeño balón, luego comenzamos a expandirnos. Y si nuestra alma es esa Luz
del Creador sin expandir, no seremos felices; o quizá lo seremos un poco, pero
no para siempre.
Por
lo tanto, cada acción espiritual que realizamos debe ser con esta conciencia:
Estoy creando el camino para la expansión de mi alma. La Luz que revele con
esta acción será parte de mí, ahora mi alma es mucho más grande y cada acción
que haga es la expansión de mi alma, que, en realidad, es la expansión de la
Luz del Creador y el propósito de la creación de este mundo.
Para
mí, lo principal de todo esto es entender que nuestra alma, antes de venir a
este mundo, e incluso en su estado actual, es una fracción de lo que debe
llegar a convertirse. El trabajo espiritual no consiste simplemente en luchar por
ser espiritual o luchar por mantener nuestra alma pura. Más bien consiste en
luchar por expandir nuestra alma a través de los caminos de las herramientas y
la sabiduría de la Kabbalah. Si no expandimos nuestra alma, no seremos felices,
plenos, inspirados ni entenderemos más cosas. Este es el propósito de la vida,
el propósito de la creación del mundo: revelar al Creador. Nosotros somos la
chispa del Creador que aún no está revelada, la chispa del Creador que aún no
está expandida.
Nuestra
alma necesita expandirse, por eso estamos en este mundo. Si podemos entender
este secreto que nos dice Rav Áshlag, podemos cambiar y llenar nuestro trabajo
espiritual con un propósito totalmente nuevo y emocionante.
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