By PHILEAS
Una viejita vendía castañas en las inmediaciones de la estación de tren,
cuando un viajero de Minsk le preguntó: “Dígame. ¿Cómo es la gente de esta
ciudad?”
Ante la pregunta, la anciana respondió: “¿Y cómo es la gente de tu ciudad?”
– En mi ciudad, la gente es egoísta, orgullosa y mezquina.
– Pues aquí la gente es igual. – respondió la vendedora.
A los pocos minutos apareció otro viajero que, tras comprarle castañas,
le preguntó: “Recién llego de Minsk. ¿Cómo es la gente de esta ciudad?”
Y la anciana volvió a retrucar: “¿Y cómo es la gente de tu ciudad?”
– La gente de mi ciudad es amable, altruista y solidaria.
– Pues aquí la gente es igual.
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