La Luna llena en Tauro tendrá
lugar este sábado 4 de noviembre de 2017
Se avecina una Luna llena en
Tauro de sensualidad que desea acariciarnos con su brillo para conectarnos con
nuestras necesidades más terrenales y sensoriales.
Esta tendrá lugar en el grado
11 de Tauro, un signo de naturaleza femenina y, por lo tanto, energéticamente
receptivo. Es además un signo correspondiente al elemento tierra, que lo hace
ser fecundo, productivo. No es de
extrañar que sea un escenario donde la Luna se encuentre muy cómoda, es, de
hecho, su signo de exaltación, allí sus cualidades naturales pueden expresarse
de manera resaltante.
Una de esas cualidades
lunares es la nutrición que se ve potencialmente favorecida en
este signo
vinculado a la tierra y sus recursos.
Otra de ellas es la
sensibilidad, que puede ser expresada fácilmente en este signo a manera de
sensorialidad.
Con la Luna en Tauro,
nuestros cinco sentidos se vuelven más sensibles y solemos experimentar una
mayor necesidad de satisfacerlos, por ello es una Luna ideal para recrearnos en
la belleza, ya sea aquella que nos ofrece la naturaleza o la que podemos
disfrutar a través de arte, así como para degustar de una deliciosa comida, una
aromática infusión o un agradable masaje.
Es momento igualmente de
hacer mayor conciencia de nuestro cuerpo, que es nuestra manifestación física,
el templo donde habitamos, y honrarlo cuidándolo todo lo bien que se merece.
Tauro también nos conecta con
el tema del autoestima, con la capacidad de querernos y valorarnos y puede que
con la Luna llena en este signo estemos más sensibles en este sentido y
necesitemos recordarnos a nosotros mismos cuan valiosos somos simplemente por
el hecho de estar experimentando esta aventura evolutiva llamada vida y, sobre
todo, por el hecho de ser en esencia la Vida misma que se expresa a través de
nuestros cinco sentidos y que tiene la oportunidad de desarrollar su potencial
creador dentro de este juego que esa conciencia que somos diseñó para
conocerse.
Pero a veces creemos
erróneamente que somos más o menos valiosos en función de un verbo que es muy
habitual para Tauro, el tener.
Tauro representa de alguna
manera la manifestación física de la energía, evidenciada principalmente en
nuestros cuerpos y en toda creación de la naturaleza, es un signo que responde
al principio germinativo de la Vida y, por lo tanto, está vinculado a los
recursos que hacen posible la supervivencia o preservación de su manifestación
en el plano físico.
Desde el instante en que nos
identificamos con el cuerpo físico nos apegamos a este y pasa a convertirse en
nuestra posesión, en nuestro primer recurso, en este caso como contenedor de la
Vida que somos y como nuestro vehículo de interacción con el mudo que nos rodea
y del cual formamos parte.
Este cuerpo sostiene y
preserva su existencia por medio de recursos capaces de nutrir y proteger y de sus
cinco sentidos a través de los cuales percibimos el mundo circundante y
advertimos, entre otras cosas, las oportunidades de supervivencia y las
posibles amenazas a ella.
Hasta aquí todo es básico y
natural pero, lamentablemente, el ser humano se ha empeñado en delegar en esos
recursos su identidad y su valía generando así apegos, deseos y ambición
desmedidos, de manera que “el tener” se ha convertido en una necesidad per sé
para llenar el vacío procedente del desconocimiento propio.
Y es que, ignorando nuestro imponderable valor
simplemente por el hecho de Ser y de existir, hemos devenido en una sociedad
materialista y consumista que desvirtúa los valores esenciales del Ser humano.
Evidentemente no hay nada de
malo en tener aquello que necesitamos, de alguna manera ello nos permite a
través de ciertos recursos sostener la existencia en este plano y sentirnos a
gusto y a salvo en él. El problema surge
cuando el deseo y los apegos rigen nuestra existencia y “el tener” se convierte
en una forma de intentar llenar vacíos
interiores.
Este, digamos, es el lado más
denso de la energía de Tauro, cuya expresión puede verse sintetizada en eso que
llamamos dinero.
No sería raro, en este
sentido, que en esta Luna el tema del dinero y las posesiones nos preocupe más
de lo habitual, seguramente esto nos lleve a estar más concentrados en trabajar
y sostener todo aquello que sentimos que, de alguna manera, nos da seguridad.
El lado más elevado de la
vibración de Tauro lo podemos encontrar, por su parte, en la belleza, la paz y
el amor que nos ofrece la naturaleza y en el sano deleite de nuestros cinco
sentidos, así como en la conciencia corporal que nos acerca al cuerpo como algo
Sagrado.
También en la sensualidad y
en la fertilidad que este signo nos ofrece, lo cual está vinculado al
sostenimiento de la vida como proceso creativo, es por ello que este signo
resuena perfectamente con el simbolismo de La Emperatriz en el Tarot.
Con la Luna llena en Tauro
sentiremos pues la inquietud de ser fértiles, fecundos, de arar el terreno
donde podremos sembrar las semillas de nuestro potencial creativo para verlas
brotar y florecer.
Nuestro mundo emocional
tenderá, durante esta Luna, hacia la paz y el sosiego propios del signo,
respondiendo con serenidad a la transformadora energía del Sol en Escorpio que
puede verse amplificada por Júpiter quien se encuentra acompañando al astro rey
en ese signo, proponiéndonos un profundo viaje al territorio de la sombra donde
el Sol, como una lámpara en la obscuridad, nos hará tomar conciencia de
nuestros miedos, traumas y conflictos interiores así como también de nuestras
cualidades y talentos reprimidos para poder aprehenderlos, transmutando e
integrando a nuestra personalidad todo ese poderoso potencial interior de forma
sana y creativa.
Neptuno, quien prosigue su
lento recorrido por el signo de Piscis, se encontrará formando un trígono con la conjunción Sol/Júpiter en Escorpio y
un sextil con la Luna en Tauro, aportando su perspectiva profundamente espiritual,
su inspiración y ese sentimiento de amor incondicional que lo caracteriza para
sostenernos en ese viaje a lo más profundo de nuestro interior que nos invitará
a descubrir la antorcha que habita en nuestra oscuridad para, con ella,
iluminar desde allí el florecimiento de la belleza del alma representado por la
Luna llena en Tauro.
Esta configuración será,
igualmente, muy favorecedora para
disfrutar del tantra, del estudio del esoterismo y de la filosofía profunda y,
así mismo, potenciará nuestro psiquismo y nos facilitará la práctica de la
meditación.
Aprovechemos pues la impronta
energética de esta Luna llena y el trabajo interno que nos propone y
disfrutemos al máximo de sus beneficios.
Que encontremos en nuestra
alma toda la paz y la belleza que nos reconfortará ante la intensidad de nuestro
proceso evolutivo y sepamos, así mismo, abrazar el profundo aprendizaje que
este entraña.
Nathacha Oura
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