MICHAEL BERG
Encontré algunas enseñanzas para la semana de Vayetsé, algunas de las
cuales ya había visto antes, que son el tipo de enseñanzas que alegran el alma.
Y considero que si podemos conectarnos con estas enseñanzas no sólo nos
alegrarán, sino que también pueden darnos un nuevo entendimiento sobre cómo
vivir nuestra vida y continuar nuestro trabajo espiritual.
Una de estas enseñanzas es del Ramjal, el gran kabbalista que escribió
un comentario sobre la Idrá Rabá, la Gran Asamblea, una sección del
Zóhar en la que Rav Shimón bar
Yojái revela todos los secretos. La Idrá
Rabá también es, como ya sabemos, el nombre de la cueva en Israel en
la que ocurrieron estas grandes revelaciones. El Ramjal escribe un comentario
sobre esa sección y, en la página 107 de dicho comentario, explica el concepto
del tiempo. Al hablar de la creación de este mundo el Zóhar usa el término
“tiempo”, como cuando se describe el momento después de que algo ocurrió, la
continuación del proceso de creación. Sin embargo, Rav Áshlag explica que, en el
plano espiritual, el tiempo como lo conocemos (el tiempo cronológico) no
existe. Así pues, el Ramjal quiere explicar qué significa que el Zóhar nos diga
que en el proceso de creación hubo tiempo.
Tal y como Rav Áshlag y el Ramjal nos dicen, el tiempo no existe en los
Mundos Superiores; allí sólo hay Luz. No obstante, en el proceso de las
vasijas, o recibir Luz, hay un concepto de tiempo… pero no como lo conocemos.
Entonces, ¿cuál es el secreto del tiempo? Que cada día y momento que vivimos es
otra pieza del rompecabezas de la corrección de nuestra alma. Cada día es
único. El Ramjal nos dice que no se trata sólo de entender que cada día, si lo
vivimos como debemos, si nos conectamos como debemos y si hacemos restricción
como debemos, lo corregimos o lo elevamos.
El Ramjal usa un ejemplo que me agrada para explicar esto. Él dice que
diariamente tenemos que abrir un conducto de Luz. Es una manera muy hermosa de
concebir nuestro trabajo espiritual. Debemos imaginarnos que el conducto de hoy
es grande y que por eso es necesario girar varias veces el grifo para abrirlo.
Del mismo modo que con el grifo, si lo giramos una vez, quizá salgan unas
gotas, luego lo abres más y más agua empieza a salir. Por eso, cuando nos
despertamos en la mañana, nuestra conciencia debe ser que hoy queremos comenzar
a abrir el conducto, el canal de Luz que brillará hacia nuestra alma y el mundo
entero para siempre.
Según el Ramjal, lo que ocurre en realidad es que somos constantemente
bañados por la Luz de los conductos que abrimos días antes. Eso significa que
si abrimos un canal a su máxima capacidad el día de hoy, esa Luz comenzará a
fluir hacia nosotros, y el mundo, hoy y por siempre. Pienso que es un hermoso e
inspirador entendimiento sobre el propósito de nuestro trabajo espiritual y la
concepción de nuestro trabajo diario. ¿Cuál es el propósito de la totalidad de
las conexiones de hoy? Abrir el grifo y, si lo abrimos completamente, esa Luz
brillará sobre nosotros y el mundo hoy y siempre.
Si tuviéramos una visión de nuestra alma, y asumiendo que hemos vivido
cientos de miles de días —en la mayoría de los cuales hemos abierto los grifos
en cierta medida— y multiplicamos esos días por 365, entonces el resultado es
la cantidad de grifos que una persona necesita. Es como tener una gran ducha
con muchos flujos de agua. Así es exactamente la visión del alma; el alma que
estamos desarrollando es nuestra propia ducha espiritual y su totalidad es la
cantidad de días y años que nos ha dado en los que abrimos un grifo tras otro.
Para la mayoría de nosotros son obvios los días en los que no abrimos
por completo el grifo y nos sentimos espiritualmente sedientos. Pero el día de
hoy, y cada nuevo día, tenemos la oportunidad de abrir el grifo, y la belleza
de ese trabajo espiritual es que esos grifos permanezcan abiertos. Abrimos el
grifo y permanece abierto, nos sacia y brilla sobre nosotros desde ese momento
para siempre, para nosotros y el mundo, porque este es el orden espiritual del
trabajo. El propósito del trabajo espiritual es abrir los grifos de Luz para
que brillen sobre nuestra alma. Y esa Luz que brilla sobre nuestra alma no sólo
es para nosotros, también continúa brillando sobre el resto del mundo. Eso
significa que el canal de Luz que abrimos ayer no sólo brilló para nosotros
ayer, sino que continúa brillando tanto para el mundo como para nosotros desde
ese momento para siempre.
El Ramjal dice que la cantidad de días que a una persona le dan para
vivir es la cantidad exacta de flujos de Luz que necesita abrir y reparar. Es
decir, la cantidad de días que nos dan es la cantidad de pequeños flujos de Luz
que debemos abrir. La cantidad de días que tenemos es la cantidad de fuerzas,
flujos y canales que necesitamos abrir. Y cuando completamos ese proceso,
completamos el propósito de nuestra alma en este mundo. Entonces, ¿qué ocurre
cuando un alma deja este mundo, cuando alguien termina su corrección? Va a los
Mundos Superiores y sigue siendo alimentado por los canales de Luz que abrió
mientras estaba en este mundo, y entonces esos canales de Luz brillan sobre él
y continuarán haciéndolo continuamente por siempre.
Esto es lo que significa inmortalidad, esto es lo que significa
eternidad. ¿Cómo alcanzamos la inmortalidad? La inmortalidad, el alma conectada
al cuerpo, necesita tener cierta cantidad de Luz fluyendo hacia ella para
mantenerla alimentada por siempre. Ahora, si sólo tenemos abierto el 70% de
esos conductos, no tenemos inmortalidad; debemos abrir otro 30%. Pero cuando
una persona abre el 100% de los canales que necesita su alma, obtiene
eternidad, obtiene inmortalidad. Por lo tanto, desafortunadamente, la gente no
alcanza la inmortalidad porque en toda una vida nunca abre todos los canales
que necesitaba abrir. Nuestro trabajo es abrir suficientes grifos para la
eternidad, suficientes canales de Luz, para nosotros por siempre. Aún no hemos
hecho eso y, mientras no lo hagamos, no podremos vivir por siempre.
El Ramjal dice que este es el concepto de eternidad en este mundo: abrir
un canal de Luz, luego otro, después otro más. Y para regresar al tema del
tiempo, dice que cuando una persona completa su trabajo espiritual, se eleva al
plano más allá del tiempo. Porque, según su explicación, el tiempo es la
abertura de un canal, luego otro y otro más porque, en este cuerpo, el alma no
puede abrirlos todos al mismo tiempo. Pero una vez que una persona completa ese
proceso, trasciende el plano del tiempo porque tiene suficiente Luz para ser
alimentado por siempre.
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