By PHILEAS
Vivimos en un “gozne del tiempo”, y estamos presenciando la desaparición paulatina de una época que irá dando paso a otra: del hierro al oro.
A este
período final del Kali-Yuga e inicio del Satya-Yuga lo podemos relacionar
simbólicamente con la letra “Z”, ya que en su forma geométrica se
puede observar una energía que ingresa y una energía que se retira.
En
estos momentos de derrumbe e incertidumbre, donde el materialismo lo contamina
todo, se están conformando pequeñas células de resistencia –no políticas sino
espirituales– a este sistema que conformarán la Vanguardia de ese mundo que
anhelamos.
Este
período “Z” es crepuscular porque la transición del hierro al oro no puede ser
inmediata sino gradual. Dicen los Puranas: “Cada edad está
precedida de un período de amanecer y seguida de un período de crepúsculo.
Estos períodos de transición (amsha) al comienzo y al final de cada yuga duran
una décima parte de la duración del yuga”. (1)
Jorge Ángel Livraga, al referirse a la era de Acuario, la dividía en tres partes: una de “hielo”, otra de “líquido” y otra de “vapor”. La primera etapa (hielo) se caracteriza por una paralización general, grandes cambios climáticos, escasez de alimentos y combustibles, terremotos y maremotos, estado de guerra general, aumento del individualismo, derrumbe de los sistemas materialistas, etc., todos síntomas que tienen en común un endurecimiento del ser humano simbolizado por el hielo. (2)
No
obstante, el hielo se irá derritiendo y dará paso a la segunda etapa líquida,
con una paulatina disolución de las viejas formas, para pasar más tarde a una
tercera etapa gaseosa donde la tendencia “será de elevación y espiritualidad”,
donde “se irá plasmando un renacimiento en base a los “módulos de
supervivencia” que hayan resistido. Una humanidad muy mermada en número, pero
altamente optimista y espiritualizada, irá conformando una civilización que
hará gran culto a la tradición, a las cosas bellas y al esoterismo. Los
Misterios habrán vuelto a la Tierra”. (3)
Teniendo
en cuenta esta visión de Acuario como período “Z”, el propio Livraga y otros
pensadores como Umberto Eco o Albert Schweitzer, por ejemplo, trazaron un
paralelismo entre nuestro tiempo y la Edad Media, llegando a hablar de una
“Nueva Edad Media”. Afirma Livraga: “Esta Edad de Acuario –cuyas
características se reflejan como Edad Media– va a dar nacimiento a un nuevo
tipo de hombre, a un nuevo tipo de Civilización y a una nueva forma de
Cultura”. (4)
El
primero en referirse a esta “Nueva Edad Media” fue el ruso Nikolái
Berdiáyev, quien afirmó en 1924: “El poder del mal será más fuerte,
adquirirá formas nuevas y nos provocará sufrimientos nuevos. Pero al hombre le
queda abierta la puerta del libre albedrío, la libertad de elección (…) Del
ejercicio de nuestra libertad y de los empeños creadores del hombre dependen
muchas cosas. Por lo mismo, la posibilidad de los dos caminos está dada. Yo
presiento el crecimiento de las fuerzas del mal, pero quería resaltar los
rasgos positivos posibles de la sociedad venidera (…) Ante el presagio de la
noche, uno puede armarse para la lucha contra el mal; se puede abrir los ojos
al conocimiento”. (5)
Luego
de Berdiáyev, otros pensadores han comprobado la exactitud de muchas de sus
afirmaciones y el semiólogo Umberto Eco postuló, por ejemplo,
que el derrumbe de la “Pax Romana” del Imperio Romano puede equipararse con el
fracaso de la “Pax Americana” de los Estados Unidos, preguntándose: “¿Qué
necesitamos para hacer una buena Edad Media? Ante todo una gran Paz que se
degrada, un gran poder estatal internacional que había unificado el mundo bajo
una lengua, costumbres, ideología, religión, arte y tecnología y que, en un
momento dado, a causa de la propia ingobernable complejidad, se derrumba. Y se
derrumba por la presión que en sus fronteras ejercen los «bárbaros», que no son
necesariamente incultos, sino que son portadores de nuevas costumbres y de
nuevas visiones del mundo”. (6)
El
lector puede interpretar estas enseñanzas como una realidad histórica, como una
fantasía repetida por doquier o simplemente como una hipótesis, eso no es tan
importante. Lo realmente valioso es que –detrás de ella– hay un concepto
escondido que es de capital importancia: Hay otro mundo posible,
una alternativa válida a este “sálvese quien pueda” en el que estamos inmersos.
Notas del texto
(1)
Linga Purana, 1.4, 3-6
(2) Livraga, Jorge: “Cartas a Delia y Fernando”
(3) Livraga: op. cit.
(4) Livraga, Jorge: “Magia, religión y ciencia para el III milenio”, tomo II
(5) Berdiáyev, Nikolái: “La nueva edad media”
(6) Eco, Umberto: “La estrategia de la ilusión”
(2) Livraga, Jorge: “Cartas a Delia y Fernando”
(3) Livraga: op. cit.
(4) Livraga, Jorge: “Magia, religión y ciencia para el III milenio”, tomo II
(5) Berdiáyev, Nikolái: “La nueva edad media”
(6) Eco, Umberto: “La estrategia de la ilusión”
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