Este 22 de Noviembre de 2017 a las 3:04 UT, entró
el Sol a Sagitario y se quedará allí hasta el 21 de Diciembre para llenar
nuestra vida de una energía más optimista y esperanzadora. Durante esta
etapa sentiremos una sensación general de armonía y bienestar interior,
liberados de situaciones complejas y daremos paso a sentirnos más felices con
quienes somos.
Somos capaces de reunir el valor necesario para
traspasar límites, abrirnos a nuevas formas de pensar y, a pesar de que
podemos estar propensos a la exageración de nuestras expectativas, tener la
oportunidad de nutrir nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra
visión de vida bajo esta energía solar.
La alegría es parte de la felicidad, pero ser
felices es algo más que estar contentos.
Nuestra satisfacción con la vida está relacionada
con nuestras expectativas, logros y autoestima. Cuando percibimos una distancia
pequeña entre nuestros logros y nuestros deseos o expectativas, nos sentimos
satisfechos y realizados. Cuando la distancia es muy grande, nos sentimos
frustrados y fracasados. Ponernos expectativas altas pero alcanzables y
trabajar adecuadamente para lograrlas, venciendo los obstáculos y manejando los
errores, depende de tener una buena
autoestima.
La gratitud significa honrar la sabiduría de todas las experiencias que
ocurren en la vida. Además, vivir agradecidos nos permite establecer una
conexión más profunda con las personas. Viviendo agradecidos, somos capaces de
bendecir y encontrar la bondad en todo lo que nos rodea.
Creemos ridículo el tener que agradecer por todo
aquello que creemos como carencias, defectos y problemas, pero ¿Qué pasaría si
en vez de quejarnos, agradeciéramos cada circunstancia que nos acontece? y si
en vez de acumular odio, envidia y rencor ¿nos sintiéramos afortunados por lo
que somos, sabemos y vivimos?
La clave es la comprensión del reconocimiento de la
vida como un espacio diseñado para nuestra transformación, para nuestro
crecimiento y para nuestro retorno a la Divinidad. Comprendiéndolo de esta
forma, entenderemos que cada situación y cada persona que aparecen en nuestro
camino están allí para crear el entorno por el que avanzaremos hacia nuestra
evolución espiritual.
Agradecer es entregarse al presente y vivir cada
momento convencidos de que todo es como tiene que ser, más allá de cualquier
concepto y aceptando que ningún ser humano está en este mundo para
ocasionarnos daño o hacernos sufrir. Solo ante esta comprensión podremos transformar
nuestra actitud de rechazo en una actitud de confianza hacia la
existencia en la que todo nos es dado.
Es así como empezaremos a enfocar nuestra atención
en lo que somos y tenemos, restándole importancia al empeño por lo que creemos
que nos hace falta. Es también una forma de mantenernos en el Aquí y el Ahora,
sin quejas del pasado ni expectativas del futuro, simplemente recibiendo y
apreciando.
Convirtamos el agradecimiento en nuestra práctica
espiritual. Empecemos por lo que puede parecer más sencillo pero que siempre
pasamos por alto: agradezcamos por un día nuevo y la oportunidad de ser mejores
que el día anterior, por el sol que nos despierta cada mañana, por la lluvia
que refresca, por las plantas que purifican el aire, por la familia y los amigos.
Agradezcamos en definitiva por una vida en la que el simple acto de respirar es
un maravilloso milagro.
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