Por Michael
Berg
Una de mis historias favoritas del Midrash es sobre Shaúl, el primer rey
de Israel. Fue elegido como rey porque era un alma muy elevada y por la
increíble cantidad de trabajo y Luz que podía revelar en este mundo. El Profeta
Shmuel guio a Shaúl en todo lo que debía hacer. Sin adentrarnos en la historia
completa, hubo un momento en la vida de Shaúl en el que decidió, por buenas
razones, no escuchar a Shmuel.
Los años pasaron y el Profeta Shmuel dejó este mundo. Shaúl siguió
siendo rey y estaba por iniciar su última batalla, si bien no sabía que sería
la última. Shaúl tenía miedo de luchar esta batalla, por eso, aunque usualmente
no lo hacía y no sea algo que los kabbalistas digan que debamos hacer, se
dirigió a una mujer que podía invocar a las almas de los muertos y le pidió que
invocara a su maestro y guía, Shmuel, quien ya había dejado este mundo.
A través de esta mujer, Shaúl le preguntó a Shmuel: “¿Cómo terminará la
batalla que estoy por enfrentar?”, a lo que Shmuel respondió: “En esta batalla
morirás y el reino será entregado a alguien que conoces”. Shmuel no dijo aquí
lo que había dicho antes, que el reino sería entregado al amigo de Shaúl que
era mejor que él; simplemente dijo que el reino sería entregado a alguien más.
Al principio Shaúl fue estremecido por la noticia de su muerte, pero
luego le dijo a Shmuel: “Cuando estabas vivo y me hablaste de la pérdida de mi
liderazgo, dijiste que sería entregado a David, alguien que era mejor que yo.
Pero ahora me dices que el reino será entregado a David, como si no fuese mejor
que yo. Entonces, ¿por qué en aquel momento me dijiste que él era mejor que yo
y ahora me dices que no?”.
Shmuel, desde el mundo de las almas, dijo: “El mundo en el que aún
resides está lleno de mentiras. Así pues, te dije algo que en realidad no era
cierto. Ya que, a decir verdad, el Rey David no es mejor alma que tú. En el
mundo en el que estás, puedo decir cosas que no son exactamente correctas
porque es un mundo lleno de mentiras. Pero ahora estoy en el mundo de la
verdad, el mundo de las almas, en el que sólo puedo decir la verdad exacta y,
por lo tanto, todo lo que puedo decirte es sí, morirás. Y sí, el reino le será
entregado a David, pero ahora no puedo decirte la mentira de que él es mejor
que tú”.
Es una historia interesante en varios niveles, pero, para mí, una de las
lecciones clave es entender este mundo. Tenemos que saber que este es un mundo
de mentiras. A menudo hacemos cosas, decimos cosas y, a veces, incluso pensamos
cosas que no son verdaderas; por verdad me refiero a la verdad sobre quienes
somos, y lo que sabemos que es correcto o bueno. Muchas veces decimos cosas que
sabemos que no son ciertas o que podrían no serlo, pero debido a las
circunstancias, nos encontramos en la situación en la que no tenemos que
obligatoriamente mentir, sino más bien, decir algo que no es 100% verdadero.
Muchas veces, debido a las circunstancias, actuamos en un modo que no es
completamente engañoso, pero que de algún modo no es realmente verdadero para
nosotros. Esa es la verdad de este mundo; todos nosotros, tanto consciente como
subconscientemente, mentimos.
Hay un libro llamado: Los cinco grandes arrepentimientos de los
moribundos. La autora habló con gente que estaba muriendo y le
preguntó cuáles eran los arrepentimientos de su vida.
Todos son muy esclarecedores, pero el mayor arrepentimiento de la gente
que estaba por morir era que no vivieron una vida sincera con ellos mismos;
vivieron vidas guiadas por las circunstancias y por otras personas, en lugar de
por su propia verdad. Sé que “mentiras” es una palabra fuerte para la mayoría
de nosotros. Pero, realmente, mentiras es cuando vivimos, hablamos y a menudo
pensamos en maneras que no forman parte de nuestra esencia.
Esto me lleva al nuevo mes de Kislev, o Sagitario, al que estamos
entrando. En el mes de Kislev tenemos la oportunidad de conectar con la Luz
Oculta y recibirla, dicha Luz tiene bendiciones ilimitadas en su interior y la
capacidad de despertar milagros en nuestra vida. Y la manera de conectarnos y
recibir todos estos regalos es primero pedirle a la Luz que nos abra los ojos
ante nuestra verdad.
¿Alguna vez nos hemos fijado en lo que hacemos, sea grande o pequeño, y
vemos cuánto es sincero y cuánto es una mentira? De nuevo, con mentira me
refiero a algo que en realidad no forma parte de nuestra esencia, pero que,
debido a las circunstancias, a veces es una necesidad. No se trata de echarles
verdades en la cara a los demás sin importar nada porque eso tampoco es bueno,
esa no es la idea. El asunto es llevar una vida que sea más auténtica con
nuestra propia esencia. Estoy seguro de que si cada uno de nosotros se tomara
cinco minutos para pensar sobre el día de hoy, encontraríamos cosas que hicimos
que no fueron sinceras, actitudes que no iban de acuerdo con lo que sabemos que
es nuestra esencia o con lo que sabemos que es correcto. Y de, digamos, diez
veces en las que hicimos o dijimos algo que no era genuino, quizá sólo dos eran
necesarias.
El mes de Kislev es el mes en el que la Luz Oculta comienza a revelarse.
Por lo tanto, una de las primeras cosas que tenemos que hacer para prepararnos
a fin de recibir la Luz Oculta en el mes de Kislev es pedir que esta Luz nos
ayude a ver la verdad. Necesitamos pedir que esta Luz nos ayude a ver las cosas
que hacemos, decimos y pensamos que no van conforme a lo que sabemos que es
verdad. Ya que en la medida en la que seamos atraídos por el mundo de mentiras,
en esa misma medida seremos incapaces de recibir la Luz Oculta o conectarnos
con ella.
Ese es el primer paso en el trabajo de Kislev. Al entrar en este nuevo
mes, debemos tomarnos el tiempo para pedir que la Luz Oculta, que nos ayuda a
ver, nos dé el regalo de ver por nosotros mismos y ver de qué maneras hemos
sido atraídos a este mundo de mentiras. Repito, es cierto que a veces en este
mundo eso es necesario. Sin embargo, debido a que vivimos en este mundo, la
realidad es que hemos sido arrastrados por él. Y para prepararnos para recibir
la gran Luz en este mes, una de las primeras cosas que debemos hacer es pedirle
a la Luz que nos ayude a ver.
Si las cosas que hacemos, decimos y hasta pensamos son una consecuencia
de los pensamientos y los deseos de los demás y, además, no son fieles a
quienes somos, no son verdad. En este nuevo mes de Kislev, podemos pedir el
regalo de ver cuándo no estamos actuando de acuerdo a nuestra verdad y pedirle
a la Luz que nos ayude a cambiar a partir de eso.
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