By PHILEAS
En
esta nueva serie de artículos cortos del blog mi intención es comentar algunos
aspectos de la película “Matrix” de los hermanos Wachowski en forma de
“píldoras”, tratando de establecer una relación entre el recordado film y
algunos aspectos importantes de la Filosofía Iniciática.
El
título de estos artículos (“Una píldora roja”) remite a un pasaje fundamental
de la primera película, el momento en el que el protagonista (Neo) debe optar
entre tomar una píldora roja y aventurarse en el mundo real o elegir otra
píldora de color azul y permanecer en el mundo ilusorio de Matrix.
Morfeo, su mentor, le muestra las dos píldoras y lo
anima a elegir, diciendo: “Esta es tu última oportunidad. Después de
esto, no hay vuelta atrás. Toma la píldora azul: el cuento termina, despiertas
en tu cama y creerás lo que quieras creer. Toma la píldora roja: permaneces en
el país de las maravillas y te mostraré qué tan profundo llega la madriguera
del conejo. Recuerda, todo lo que estoy ofreciendo es la verdad, nada más”.
Las
dos píldoras de Matrix representan las dos orientaciones del Alma, las dos
alternativas que aparecen ante nosotros todos los días: una nos empuja a la
materia, a lo conocido, a una realidad que está afuera y que puede medirse,
pesarse y olerse, mientras que la otra nos conduce al espíritu, a lo
desconocido, a una realidad más grande que se sitúa por encima de lo sensorial.
Y entre estos dos mundos (Materia y Espíritu) se sitúa nuestra Alma, tironeada
hacia arriba y hacia abajo, hacia adentro y hacia afuera.
La encrucijada de Neo es la misma que
experimentamos nosotros cada uno de nuestros días y se muestra muy bien en
el arcano 6 del tarot (“El enamorado”). En esta carta se nos muestra
a un joven que se encuentra entre dos mujeres, una más vieja (su madre) y otra
más joven (su amada), las cuales representan el mundo de confort (lo conocido)
y el mundo de la aventura (lo desconocido). Esta escena no es nueva y nos
recuerda a Hércules en la encrucijada, teniendo que elegir entre el vicio (el
camino más agradable y fácil) y la virtud (el camino largo y pedregoso).
En
cada encrucijada, en cada elección que hacemos (grande o pequeña) estamos
apostando por el hombre nuevo o por el hombre viejo, por salir de la
Matrix o por permanecer en ella. No hay casualidades así como tampoco hay
acciones inocuas. Todas las decisiones que tomamos están teñidas de Dharma o de
Karma, es decir que nos conectan a nuestro propósito o nos alejan de él.
De ahí la importancia del discernimiento (viveka)
como primera condición discipular, ya que nos permite diferenciar lo aparente
de lo real a fin de alinear nuestra vida con lo Bueno, lo Bello, lo Justo
y lo Verdadero. Sin embargo, es importante recordar que Viveka está íntimamente
ligada al desapego o la renuncia (vairagya), es decir abandonar todo aquello
que nos encadena, que no nos permite alcanzar la plenitud. Cuando se opta por
un camino, se renuncia a otro y esa es una condición indispensable para los
nobles caminantes del Sendero Iniciático. De elegir conscientemente y de
renunciar, al unísono.
Pero,
¡cuidado! renunciar no quiere decir abandonar nuestra familia, nuestro trabajo,
nuestros amigos (bueno, tal vez algunos sí) sino renunciar a todo aquello que
nos empantana en la materia y que no nos permite elevarnos.
En
otra familia, renunciar a lo que no somos y aceptar lo que somos: almas
encarnadas intentando recordar el camino a casa.
El
camino no elegido (Robert Frost)
Dos
caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;
Entonces
tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.
Y
ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.
Debo
estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.
Traducción:
María Fernanda Celtasso
Encrucijadas
La renuncia
No hay comentarios:
Publicar un comentario