Hay que
reconocerlo: todos mentimos en algún momento.
Cualquier
cónyuge que quiera mantener la paz en casa sabe que debe responder con mucho
cuidado si la contestación sincera a la pregunta “Cariño, ¿cómo me veo con este
vestido?” va a ser dolorosa.
Ahora
bien, no me malinterpreten. No estoy defendiendo el arte de mentir, simplemente
estoy señalando que mentir está en nuestro ADN.
"SI UNA PERSONA ESTÁ MINTIENDO SIEMPRE, NO LE IRÁ BIEN EN NINGUNA
CLASE DE RELACIÓN".
El arte
de mentir es una de las primeras lecciones que aprendemos en el “Manual de
supervivencia del alma”, es decir, la Torá. El Oponente (también conocido como
la Serpiente) engatusó a Eva en el Jardín de Edén al mezclar la verdad con
mentiras. El Creador dijo a Adán que esperara seis horas antes de que Eva y él
pudieran comer del Árbol del Conocimiento. Además, dijo que si comían del Árbol
del Conocimiento antes de ese período, morirían.
Cuando
Adán le dijo la noticia a Eva, añadió sus propias palabras: “No comas del árbol
y ni siquiera lo toques, o morirás”.
Debido a
que mezcló la verdad con una mentirilla, la Serpiente usó esa mentira como una
entrada para convencer a Eva de que comiera el fruto prohibido, ella la
compartió después con Adán, y hemos estado pagando por ello desde entonces.
Tal como
dice el Rey Shlomó en Proverbios (12:9):
“Los labios veraces permanecerán para siempre, pero la lengua mentirosa, solo por un momento”.
“Los labios veraces permanecerán para siempre, pero la lengua mentirosa, solo por un momento”.
En otras
palabras, si una persona está mintiendo siempre, no le irá bien en ninguna
clase de relación.
Sin
embargo, los sabios han enseñado que la unidad y la armonía en un matrimonio es
más importante que expresar nuestra verdad. De hecho, uno podría “cambiar la
verdad” con el fin de mantener la paz (Talmud, Yevamot 65b).
¿Cuándo
mentir es una acción de compartir?
Aharón el
Sumo Sacerdote era conocido como el “pacificador”. Él intentaba cultivar la paz
entre cónyuges enojados y entre amigos. Él era conocido por decirle a una
persona que la otra parte se había disculpado y quería reconciliarse. Cuando la
persona escuchaba esto, expresaba interés en reconciliarse y instaurar la paz
en la relación. Aharón después iba con la otra persona y le decía este hecho.
Con lo cual todos se reconciliaban (Pirkéi Avot 1:12).
Los
sabios enseñaban que mentir de este modo a fin de mantener la paz revela una
enorme cantidad de Luz. La siguiente historia explica la importancia del arte
de mentir:
Hace unos
200 años, en un pueblito de Europa Oriental, un kabbalista y su estudiante
fueron a una posada modesta para cenar. Mientras comían su sopa, el dueño de la
posada les preguntó si les había gustado la sopa. El kabbalista mintió y dijo
que estaba deliciosa. Su estudiante dio su sincera opinión: “La sopa sabe bien.
Habría sabido mucho mejor si tuviera sal”.
El dueño
le agradeció por su crítica. El maestro estaba furioso con su estudiante. El
estudiante no entendía por qué su maestro estaba tan enojado. “Me pidió mi
opinión sincera, así que le dije la verdad. ¿Cuál es el problema?”.
El
kabbalista explicó que la cocinera que preparó la sopa era una viuda que tenía
hijos que mantener. Ella había tenido un día muy duro y olvidó agregar sal a la
sopa. El dueño fue a la cocina y despidió a la cocinera por su incompetencia.
El maestro explicó al estudiante que por hablar su “verdad” imprudentemente,
provocó que esta mujer cayera en la pobreza
La
misericordia y la unidad son metas espirituales más elevadas que la verdad.
He aquí
algunos ejemplos prácticos de cuándo podría ser una mejor idea no contar toda
la verdad:
·
Para practicar la humildad o la modestia.
· Para proteger a alguien de un daño o una incomodidad.
· Para evitar avergonzar a alguien.
· Para proteger a alguien de un daño o una incomodidad.
· Para evitar avergonzar a alguien.
Por
último, cuando es el momento de decir la verdad, si sabes que va a doler,
encuentra la manera más gentil de hacerlo por el bien de la otra persona.
Conclusión:
antes de decir algo, considera cómo va a ser recibido lo que vas a decir. ¿Te
estás comunicando conscientemente con amor y compasión, o simplemente te ocupas
con tu versión de la verdad?
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