Centro Holística Hayden

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31 de agosto de 2019

El principio de correspondencia y la Astrología Transpersonal. ¿Por qué el mundo está como está?


SerMasYo

El hombre nace libre y, sin embargo, en todas partes se encuentra encadenado.
Estas palabras de Jean Jacques Rousseau, pensador del siglo XVIII, ilustran a la perfección lo que muchos sentimos hoy en día, esa sensación de que, a pesar de los avances tecnológicos y científicos de los últimos siglos, algo nos falta.
Vivimos, supuestamente, en “el mejor de los mundos”, en una sociedad donde abundan la libertad y los medios materiales para mejorar nuestra calidad de vida.
Y, sin embargo, vivimos con miedo, con incertidumbre ante el futuro.

Miedos reales y miedos ficticios, cercanos y lejanos. Inseguridad y ansiedad.
Basta con leer un periódico para comprobar la magnitud del caos y el horror que nos rodea.
Guerras económicas, sociales o políticas en medio mundo (con el consentimiento o patrocinio del otro medio).
Personas que mueren brutalmente a manos de sus parejas. Éxodos masivos. Erosión creciente del tejido social, a pesar del auge de las llamadas “tecnologías de la comunicación”.
Estados que espían a otros estados, a sus propios ciudadanos, y a todo el mundo en nombre de la “seguridad” (¿de quién?).
Y la lista sigue, y sigue…
(voy a parar que me deprimo y te deprimo, y no es el objetivo del post!)
En resumen: desconfianza, desafecto, paranoia, control, incomunicación, manipulación y mucha, mucha violencia…
¿Es esta la sociedad justa e igualitaria con la que soñaban los pioneros de la Ilustración?
¿En qué nos hemos equivocado?
La conexión perdida con el cosmos
En nuestro afán por dominar el entorno para sobrevivir, hemos ido olvidando, paulatinamente, que pertenecemos a un todo mucho más vasto que nosotros mismos y nuestro pequeño mundo.
Hemos descuidado la conexión con el Universo, la conciencia de que todo está interrelacionado.
A medida que la razón ha aumentado su importancia como herramienta para dominar y modificar el mundo, ha crecido la sensación de que somos entes separados, independientes.
Y es necesario que sea así: la mente discrimina, ésa es su función, y por extensión separa lo que está unido.
Cuanto más racionales somos, más separados nos sentimos, hasta el punto de que caemos en la ilusión de que no somos parte de la Naturaleza, que cada vez más tendemos a percibir como a un enemigo a superar.
Ese fue el gran error de la Ilustración: creer que mediante la pura razón (y la kantiana razón pura) podíamos lograr una vida más feliz y plena.
Pero cuando la mente trabaja en solitario, todo se relativiza, pierde su valor y, lo que es más grave, pierde todo sentido.
Por eso es tan importante recuperar la conexión con el cosmos. No es sólo una cuestión filosófica o espiritual: tiene consecuencias muy tangibles en el mundo material, en nuestro día a día.
El arriba y el abajo
“Como es arriba, es abajo; como es adentro, es afuera”.
Este es el llamado principio de correspondencia, que encierra la clave del pensamiento astrológico.
En él encontramos los pilares de todo pensamiento filosófico y religioso, de todo aquello que aporta sentido, fe y confianza en la Vida y en el cosmos.
En lenguaje astrológico, el principio de correspondencia condensa lo simbolizado por Sagitario y la casa 9, en oposición al racionalismo de Géminis y la casa 3.
Nos conecta con lo que trasciende la realidad cotidiana, aquello que no podemos analizar, sólo intuir.
Y es el principio que nos da ese impulso de crecer, de querer ser más, incluso de comprometerse en un camino de Autorrealización.
El principio de correspondencia nos abre la puerta hacia lo Transpersonal, hacia un mundo perceptual donde hay síntesis en lugar de separación, y podemos, entonces, superar los límites de la mente y dar el siguiente paso: descubrimos que, en realidad, no hay un “arriba” y un “abajo”, un “adentro” o un “afuera”.
Porque no hay límites en el Universo, salvo los que pone nuestra mente.
Si acaso, podemos encontrar variaciones en la vibración y condensación de la energía. En otras palabras, encontramos diferentes proporciones de los mismos elementos en todo lo que existe, pero todo es lo mismo y forma parte de un “supersistema” imposible de separar.
¿Acaso podemos dividir el Universo?
Bueno, quizá la mente crea que eso es posible… 
El ejemplo de la Carta Natal
La Astrología recoge y muestra gráficamente, a través de la Carta Natal, este principio de correspondencia.
En mi opinión, de forma más clara y explícita que ninguna otra disciplina.


Todos tenemos, en nuestra carta, a todos los signos, planetas y casas.
Lo que varía es la proporción, el peso de cada parte con respecto al todo.
Pero los materiales de construcción son los mismos, y todos deben jugar un papel activo en nuestro desarrollo personal.
Cada Carta Natal es un mandala que resuena con todo el Universo, una meditación sobre la Vida y su misterio, una invitación a abrir la puerta de lo desconocido y descubrir quiénes y qué somos.
“Nada humano me es ajeno”.
“Yo soy yo y mis circunstancias”
“Eso eres Tú”
Y, por supuesto: “como es arriba, es abajo”.
Todo esto, y una infinidad de cosas más, puede decirte tu Carta Natal si la escuchas con atención y ganas de aprender.
Explorarla es explorarte.
Y el enfoque de la Astrología Transpersonal es reconectarte con eso de “afuera” que tú también eres.
¿Sientes conexión con el Universo?
¿Te has parado a meditar qué te une a lo que llamamos “afuera”?
¿Has percibido alguna vez cómo tu Carta Natal trasciende el pensamiento que tenías de ti mismo?

¡Un abrazo!


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