Mis amados campeones de la luz, no es un momento
para el débil de corazón, y es hora de dejar de incursionando en la
espiritualidad. Muchos de ustedes han estado medio corazón en sus esfuerzos
para despertar a la sabiduría del alma y su ser más alto. Es hora de poner sus
corazones ardiendo con un intenso deseo de reclamar el dominio propio y
convertirse en un buscador de almas en lugar de un buscador de placer. Los secretos de cómo atravesar los dramáticos
cambios y el caos de la transformación se están revelando constantemente a
usted. Sin embargo, usted debe hacer el esfuerzo y esforzarse activamente para
incorporar los métodos de fail-Seguros disponibles para usted si usted es para
montar con éxito la cresta de las olas del cambio durante los años turbulentas
por delante. Es un momento de dejar ir a los viejos - haciendo camino a lo
nuevo. Una mejora y refinamiento de cada faceta / chispa de la conciencia de
Dios, así como de todas las dimensiones, están ganando impulso a medida que la
luz enrarecido del creador supremo hace llegar al borde mismo de la creación
manifestada dentro de este sub-Universo.
EL
DIFÍCIL EJERCICIO DE DEJAR FLUIR Y CONFIAR EN LA DIVINA PROVIDENCIA
Cuanto
ocurre es una lección que debemos asimilar y aprender. Lo que vemos afuera y
nos molesta o perturba es el reflejo de nuestra propia sombra. Cuanto más
rechazamos algo, más energía le damos y más lo atraemos.
Resulta muy difícil, incluso para los que nos llamamos a nosotros mismos Trabajadores de Luz, centrarnos en nuestro alto corazón (el punto debajo del esternón) y desde ese centro de infinita calma amarnos sin medida y enviar luz y amor a la familia, los amigos, los habitantes de nuestra ciudad, nuestro país, a todos los seres de todos los reinos que pueblan la Tierra.
La energía está cambiando. Los viejos paradigmas basados en la separación tarde o temprano caerán y serán reemplazados por la integración, porque hacia ahí vamos aunque no lo parezca.
Todos podemos contribuir a un mundo mejor. Constantemente publico noticias de jóvenes, de ancianos, de personas comunes que hacen cosas maravillosas guiados por su corazón y teniendo como único objetivo el bien común.
Inmersos en lo inmediato, el árbol no nos deja ver el bosque.
Habrá muchísimos cambios de todo orden y en todo el mundo. Crisis económicas en lugares impensados, un mayor desplazamiento de millones de personas por problemas políticos o por catástrofes naturales, acomodamiento de las aguas y del magma con aumento de las sequías, las inundaciones, los huracanes, tornados, terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas. A medida que la ionósfera pierde sustento, entran cada vez más meteoritos a la atmósfera terrestre. Muchos enviamos nuestra intención a ciertas zonas cuando hay alguna posibilidad de desviar meteoritos, enfriar océanos, diminuir el daño. Otras veces no podemos intervenir, y si lo hiciésemos, no incidiríamos en el resultado, porque ciertas cosas deben suceder indefectiblemente.
El tiempo que se pierde en despotricar, envenenarse, difundir mensajes de burla o de odio se pueden emplear mucho mejor en visualizar una humanidad integrada y solidaria.
Los cambios que reclamamos afuera deben comenzar en nosotros mismos.
Y a medida que crezcamos en serenidad, aceptación, amor y gratitud, lo bueno vendrá a nosotros atraído por nuestra nueva vibración.
La serenidad y la alegría deben comenzar en nuestros corazones. Irradiemos amor a nuestro paso, miremos a los ojos a todo el que cruza nuestro camino, empleemos palabras que empoderen al otro, sonriamos y riamos constantemente. Demos el ejemplo. Nuestra misión es esa. Ser luz e iluminar los rincones oscuros.
Resulta muy difícil, incluso para los que nos llamamos a nosotros mismos Trabajadores de Luz, centrarnos en nuestro alto corazón (el punto debajo del esternón) y desde ese centro de infinita calma amarnos sin medida y enviar luz y amor a la familia, los amigos, los habitantes de nuestra ciudad, nuestro país, a todos los seres de todos los reinos que pueblan la Tierra.
La energía está cambiando. Los viejos paradigmas basados en la separación tarde o temprano caerán y serán reemplazados por la integración, porque hacia ahí vamos aunque no lo parezca.
Todos podemos contribuir a un mundo mejor. Constantemente publico noticias de jóvenes, de ancianos, de personas comunes que hacen cosas maravillosas guiados por su corazón y teniendo como único objetivo el bien común.
Inmersos en lo inmediato, el árbol no nos deja ver el bosque.
Habrá muchísimos cambios de todo orden y en todo el mundo. Crisis económicas en lugares impensados, un mayor desplazamiento de millones de personas por problemas políticos o por catástrofes naturales, acomodamiento de las aguas y del magma con aumento de las sequías, las inundaciones, los huracanes, tornados, terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas. A medida que la ionósfera pierde sustento, entran cada vez más meteoritos a la atmósfera terrestre. Muchos enviamos nuestra intención a ciertas zonas cuando hay alguna posibilidad de desviar meteoritos, enfriar océanos, diminuir el daño. Otras veces no podemos intervenir, y si lo hiciésemos, no incidiríamos en el resultado, porque ciertas cosas deben suceder indefectiblemente.
El tiempo que se pierde en despotricar, envenenarse, difundir mensajes de burla o de odio se pueden emplear mucho mejor en visualizar una humanidad integrada y solidaria.
Los cambios que reclamamos afuera deben comenzar en nosotros mismos.
Y a medida que crezcamos en serenidad, aceptación, amor y gratitud, lo bueno vendrá a nosotros atraído por nuestra nueva vibración.
La serenidad y la alegría deben comenzar en nuestros corazones. Irradiemos amor a nuestro paso, miremos a los ojos a todo el que cruza nuestro camino, empleemos palabras que empoderen al otro, sonriamos y riamos constantemente. Demos el ejemplo. Nuestra misión es esa. Ser luz e iluminar los rincones oscuros.
Un abrazo de Luz
Susana
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