En la
porción Masei hay una narración de todos los viajes de los israelitas en el
desierto, y cerca del final ocurre algo muy extraño. Moshé condujo a los
israelitas por el desierto durante cuarenta años diciéndoles que entrarían en
la tierra de Israel. Cuando finalmente estaban por cruzar el río para llegar a
esta tierra, las tribus de Reuvén, de Gad y la mitad de la tribu de Menashé
dijeron que no deseaban ir. Le dijeron a Moshé que estaban felices con la
tierra en el otro lado del río Jordán y que querían permanecer ahí.
"El
propósito de nuestra vida realmente no es conectarnos con la Luz fácil o
revelada de los niveles inferiores, sino con la Luz Oculta de los niveles
superiores".
Cuando
leemos esta historia en la Torá y los comentarios sobre ella, la decisión de
ellos parece haber sido una decisión negativa. Sin embargo, cuando Moshé estaba
apunto de abandonar este mundo, habla acerca de esa tierra y alaba la decisión
de ellos, diciendo: “Esa es la mejor tierra, y su decisión fue la correcta. Esa
tierra que escogieron es donde la Luz del Creador se revela verdaderamente”.
Entonces, ¿cómo hemos de entender estas dos realidades?
Para
comenzar a explicar esto, el Zóhar comparte una enseñanza acerca de las Diez
Sefirot, niveles o Emanaciones, a través de las cuales la Luz fluye a nuestro
mundo. Las últimas siete, o las inferiores, se consideran como la Luz revelada,
y las tres superiores son consideradas como Or Haganuz, la Luz
Oculta. Y aprendemos en la Kabbalah que el propósito de nuestra vida realmente
no es conectarnos con la Luz fácil o revelada de los niveles inferiores, sino
con la Luz Oculta de los niveles superiores.
¿Por qué?
Porque cuando hablamos de poner fin al dolor, el sufrimiento y la muerte en nuestro
mundo, no se revelará mediante las siete inferiores, que representan las veces
que las cosas son fáciles, cuando estamos entusiasmados o cuando estamos
inspirados por conectarnos con el Creador, sino mediante las tres superiores,
la Luz Oculta. Si pasamos toda nuestra vida conectándonos solo cuando estamos
inspirados y compartiendo solo cuando es agradable, entonces no hacemos una
conexión con la Luz que vinimos a revelar en este mundo.
"SI PASAMOS TODA NUESTRA VIDA CONECTÁN- DONOS SOLO CUANDO ESTAMOS
INSPIRADOS ENTONCES NO HACEMOS UNA CONEXIÓN CON LA LUZ".
En el
Zóhar está escrito que después de que Rav Shimón bar Yojái partiera de este
mundo, los estudiantes que dejó sentían un dolor terrible. Uno en particular
era Rav Jiyá, que pasó todo el día y la noche junto a su maestro antes de que
partiera, y sentía tanto dolor que se echó a llorar al suelo. Necesitaba hallar
la manera de reconectarse con su maestro, así que ayunó, dado que ayunar suele
romper las limitaciones del cuerpo físico y nos permite conectarnos con la Luz
del Creador. Entonces, Rav Jiyá ayunó por cuarenta días con la intención de
que, mediante el ayuno, vería a su maestro nuevamente. Sin embargo, después de
los cuarenta días escuchó una voz desde el Cielo que le dijo que no tenía el mérito
de ver a su maestro. ¿Qué hizo entonces? La mayoría de nosotros probablemente
se habría rendido, pero Rav Jiyá no se rindió. Decidió ayunar por otros
cuarenta días, después de los cuales lo visitaron su maestro, Rav Shimón, y el
hijo de su maestro, Rav Eleazar, en una visión.
Después
toda la sección aquí habla acerca de la enseñanza y la visión que Rav Jiyá
recibió de ellos. Pero hay una parte específica que quisiera compartir, porque
tiene relación con la contradicción de cómo una cosa puede considerarse como
negativa y positiva. Cuando Rav Jiyá estaba teniendo esta visión y se
reconectaba con su maestro, está escrito que Rav Shimón anunció: “¿Quién de
entre ustedes tiene el poder de transformar la oscuridad en Luz, y la habilidad
de saborear como dulce lo que los demás saborean amargo? Si pueden alcanzar ese
nivel en este mundo, entonces tienen la capacidad de conectarse con la
verdadera Luz del Creador, la Luz Oculta, y tienen la capacidad de lograr lo
que vinieron a alcanzar en este mundo”.
"TIENEN LA CAPACIDAD DE LOGRAR LO QUE VINIERON A ALCANZAR EN ESTE
MUNDO”.
Por lo
tanto, tenemos que preguntarnos qué tipo de persona somos: ¿tenemos la
capacidad de estar en una situación increíblemente negativa y verla como
positiva y transformarla en positiva? Porque, tal como aprendemos aquí, la Luz
que está oculta es una Luz superior, y el propósito por el que estamos en este
mundo no es simplemente atraer y disfrutar la Luz ya revelada, sino transformar
la oscuridad dentro de la Luz Oculta y después revelarla. Comenzamos a hacer
eso al cambiar la manera en la que enfocamos nuestro trabajo espiritual y
nuestra conexión.
Cuando
entendemos que el propósito de nuestra presencia aquí no es simplemente para
esos momentos agradables e inspiradores, sino para poder saborear el amargor
como dulzura en los momentos oscuros, obtenemos una comprensión diferente de
por qué ocurren cosas aparentemente negativas y, por ende, cómo comenzar a
percibirlas. Al saber que los planes de nuestro ego no siempre son los
correctos y que la situación ante nosotros es exactamente la situación perfecta
que necesitamos, llegamos a un estado en el que podemos transformar la
oscuridad en Luz y saborear lo amargo como dulce, el estado que finalmente nos
conecta con la Luz Oculta y con nuestro propósito en este mundo.
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