El Centro
de Kabbalah
Sin
importar cuán amorosos, abiertos y tolerantes seamos, siempre hay momentos en
los que no estamos de acuerdo con otras personas y vemos la necesidad de
confrontarlas. La confrontación es una parte muy normal de nuestra existencia.
Es saludable que expresemos cómo nos sentimos y qué opinamos, aun cuando no
concordemos con otros, pero puede ser difícil discernir cómo hacerlo de una
manera sana y espiritual.
“La idea
de la confrontación proactiva significa confrontar a alguien con una actitud
apropiada, con nuestra Luz, en lugar de atacarla o iniciar una pelea”.
A veces
creemos que tenemos control sobre una situación y creemos que lo que digamos o
hagamos nos dará el resultado deseado. Cuando se trata de un desacuerdo, quizá
pensamos que si decimos lo correcto o incluso si gritamos para expresar nuestra
opinión, la otra persona admitirá que tenemos la razón y se conformará. Por el
contrario, los kabbalistas explican que todo lo que ocurre en nuestra realidad
física es un resultado directo de la realidad espiritual. Entonces, ¿qué
podemos hacer para tener más control en el mundo físico?
La idea
de la confrontación proactiva significa confrontar a alguien con una actitud
apropiada, con nuestra Luz, en lugar de atacarla o iniciar una pelea. La verdad
es que el único control verdadero que tenemos está en la decisión de permitir
que la Luz se haga cargo o ser víctimas de nuestra propia negatividad.
He aquí
cinco pasos para ayudarnos a practicar la confrontación proactiva:
1. Envía
Luz a la otra persona.
Solo
porque tenemos un desacuerdo no significa que tengamos que desearle mal a la
otra persona. En vez de juicio o malos pensamientos, envía Luz a la situación.
Cuando damos energía positiva a otra persona, nos convertimos en dadores, no en
víctimas. Una víctima permite que otras personas y situaciones la controlen.
Cuando compartimos con los demás, tomamos el mando. Recuerda que no se trata de
ganar o tener la razón: se trata de permitir que la Luz resuelva la situación.
2.
Deshazte del sentido de merecimiento.
Tener un
sentido de merecimiento significa creer que merecemos algo debido a nuestro
pasado. Pensamos que nos hemos ganado un ascenso. Creemos que hemos sido buenos
amigos y merecemos un favor. Incluso si tenemos la razón, creer que merecemos
algo es vivir en el pasado en lugar de enfocarnos en el presente. La realidad
es que no sabemos lo que merecemos, porque eso solo lo decide el Creador.
Nuestro ego es el que nos dice que merecemos algo, y esto impide que recibamos
las bendiciones del presente. En lugar de sentir que merecemos una bendición
debido a nuestras acciones pasadas, deberíamos pedir al Creador que nos ayude
en el presente.
3. Ten
apreciación por cada oportunidad y bendición.
Cada
situación, sin importar cuán grande o pequeña, proviene del Creador. Esto
significa que hay una bendición en ella, no importa lo duro que sea
descubrirla. Esta es una idea simple pero difícil de poner en práctica. Incluso
cuando tenemos un desacuerdo con alguien, esa es una bendición del Creador
diseñada para ayudarnos a crecer y ser mejores personas. Cuanto más trabajemos
en esto, más fácil será confrontar a los demás con amor, compasión y Luz.
4.
Confronta tu propia negatividad primero.
Cuando
enfrentamos una situación, la verdadera batalla en realidad es con nosotros. El
Creador nos ha puesto esta confrontación en el camino para enseñarnos algo
sobre nosotros mismos. ¡Y la mayor desventaja que tenemos es que somos ciegos
ante nuestra propia negatividad! Esto sucede con cada ser humano, sin importar
cuán espiritualmente elevado sea. La única diferencia es que una persona
espiritual reconoce que está cegada. Cuanto más reconozcamos nuestra propia
ceguera, más podemos indagar para encontrar las partes en nuestro interior que
debemos trabajar. Cada confrontación con otra persona en realidad es una
oportunidad para confrontarnos a nosotros mismos.
5. Reduce
tu ego.
El ego
está concentrado en esperar resultados específicos. La humildad es reconocer
que el Creador sabe mucho más que nosotros lo que necesita nuestra alma. Cuando
confrontamos a alguien, quizá en lo profundo de nuestro ser creamos que tenemos
la razón, pero tener la razón no significa que no debamos trabajar en nuestro ego.
"LA ÚNICA BATALLA QUE VALE LA PENA LUCHAR ES LA BATALLA EN NUESTRA
PROPIA MENTE".
-----
Es
perfectamente natural tener desacuerdos, pero es importante que los abordemos
con el corazón abierto. La verdad es que no sabemos cómo se deben desarrollar
las cosas. No podemos ver el panorama completo. Solo el Creador puede hacerlo.
Rav Berg
solía enseñar que la única batalla que vale la pena luchar es la batalla en
nuestra propia mente. Al fin y al cabo, la conciencia lo es todo. Al practicar
la confrontación proactiva, podemos alinear nuestra conciencia con el Creador y
traer Luz a nuestra vida y a la de los demás. No podemos solucionar cada
problema, pero podemos enfrentarlos con amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario