SUSANA PERALTA
Me acaba de llegar esto a propósito de las preguntas que nos hacemos sobre lo que está pasando con el fuego en toda la Tierra...
¡Hola Familia!
Aquí estamos de nueva cuenta para compartir con Ustedes el Código de la Semana.
Y antes de continuar, les haré unas preguntas: ¿Han sentido un cansancio físico muy profundo en los pasados días? ¿Malestares gástricos, como dolor abdominal o acidez? ¿Han sentido el cuerpo muy pesado y les cuesta despertar por la mañana? ¿Viejos temas de su vida han resurgido en búsqueda de resolución? ¿Sienten tristeza profunda o ira?
Aquí estamos de nueva cuenta para compartir con Ustedes el Código de la Semana.
Y antes de continuar, les haré unas preguntas: ¿Han sentido un cansancio físico muy profundo en los pasados días? ¿Malestares gástricos, como dolor abdominal o acidez? ¿Han sentido el cuerpo muy pesado y les cuesta despertar por la mañana? ¿Viejos temas de su vida han resurgido en búsqueda de resolución? ¿Sienten tristeza profunda o ira?
La Madre Tierra también lo está sintiendo. La Selva del Amazonas se está quemando a gran velocidad. Y lo que la Madre Tierra vive, lo vivimos Todos de una u otra manera. Somos Células de la Tierra y somos los Seres Humanos quienes experimentamos y sostenemos el Cuerpo Emocional de la Tierra.
Realmente esto no es nuevo. Ya hace tiempo que la Tierra esta quemándose en distintas partes de América, bueno, en todo el Planeta hay incendios.
El Fuego, el Elemento Alquímico, se está moviendo a lo largo y ancho de la Tierra como una fuerza devastadora; sea provocado por el Ser Humano o haya surgido de manera natural de la Tierra, el Fuego es Fuego. Es fuerza, es poder, es furia. Es un poderoso Elemento que no se puede quedar estático, a menos que sea controlado por el Ser Humano. Nos cambio la vida cuando lo descubrimos, pues sin duda el descubrimiento de la capacidad Humana para darle vida al Fuego, fue un impulso dentro de nuestra evolución como Especie. Es un poderoso Elemento de la Madre Tierra. El Fuego la lleva a vivir su aspecto guerrero, su furia, otra de las caras de la Divinidad en su versión Femenina.
Mediante el Fuego la Madre Tierra se está depurando, está limpiando la memoria emocional de la historia de la Humanidad porque Ella misma está cambiando y evolucionando. Quizá no todas las Personas son sensibles a los movimientos que la Tierra vive. O quizá sí y es solo que no se dan cuenta o no saben relacionar sus emociones con los procesos físicos de la Tierra.
Pero, es curioso cómo se mueven las mareas colectivas y las emociones colectivas. ¿Ya notaron que las Personas en estos días están más malhumoradas de lo normal? Parece ser que sí, estamos todos conectados a la Tierra. Somos Células de Ella. Somos parte de su Cuerpo. Tal vez si nos hacemos conscientes de ello y comenzamos a auto observarnos y transformarnos a voluntad, en algo le ayudemos a la Tierra.
Por ello, proponemos con el Trabajo del Código de la Semana la energía que, de acuerdo a lo que la Maestra María Magdalena nos ha enseñado, es la apropiada para traerle el equilibrio al Fuego: El Elemento TIERRA.
Vamos a relacionar el Fuego con nuestras emociones, en ese caso, el Fuego representa a la ira o la furia. Al aquietar los incendios internos, energéticamente estaremos enviándole a la Rejilla Planetaria una información útil también para la Madre Tierra. Somos Fractales de Ella.
El Elemento Tierra le brinda equilibrio al Fuego, por ello cuando los incendios se han salido de control, los Bomberos utilizan arena, tierra para apagarlos.
Al relacionar al Elemento Tierra con nuestras emociones, representa a la Serenidad, la Calma. La habilidad de contemplar y no dejarnos llevar por el impulso de la ira o las emociones que sentimos en el momento en el que las vivimos. La Tierra representa el nacimiento y el renacimiento. Es el Color Verde que representa quietud, Paz.
Aquietemos nuestros Fuegos internos, permitiendo que lo nuevo pueda renacer. Pues todo aquello que hoy consideras obstáculos insuperables, heridas imperdonables o miedos incontrolables, son viejas heridas, viejas historias que has repetido en una y en otra ocasión. Por ello se siente ese cansancio en el Cuerpo, pero no es del todo del Cuerpo, es también un cansancio colectivo, es un cansancio del Alma generado por estar repitiendo una y otra vez las mismas historias. Por ello, todo aquello que en este momento te genere frustración, ya sea porque hay algo en tu vida que no llega o no sucede. O porque hay algo en tu vida que de momento no puedes hacer. Trata de transformar esa frustración en entendimiento. Tal vez lo que estás viviendo es un proceso lento, como el proceso que vive una Semilla hasta su germinación.
Si sientes que estás viviendo las mismas cosas una y otra vez, es porque aun no has resuelto el acertijo de ese aprendizaje. Tal vez has reaccionado de la misma manera una y otra vez. Tal vez es momento de hacer algo distinto.
Todo lo que sientes, piensas y vives tiene un porqué. Un propósito. Una Causa y un Efecto. En todo ello tu estas involucrada. Es todo parte de tu laberinto. Pero al mismo tiempo, lo que vivimos es también Colectivo. Es de GAIA, es de Todos.
La Madre Gaia tiene la intención de expandirnos hacia el Entendimiento del Amor Incondicional, pues esa es la Conciencia de la Quinta Dimensión y todo aquello que no resuene con el Amor, tiene que surgir para ser transformado. Este es el momento, es aquí y ahora. Por esa razón es fundamental conectarnos con la Tierra, enraizarnos. Vivir en atención plena al momento presente, pero también buscar expandirnos.
Si quieres vivir en Paz, comienza a crear esa Paz en tu interior, sin importar el escenario externo, pues mientras vivamos esperando a que lo externo cambie para entonces alcanzar la Paz, viviremos en una búsqueda incansable. Pareciera ser que nos gusta cansarnos, pero no llegar a ningún lado, como en las caminadoras que hay en los gimnasios. Perseguimos afuera, lo que podríamos alcanzar desde adentro.
El Elemento Tierra solo espera a que lleguen las Semillas para hacerlas germinar. Eso es estar en Paz consigo mismo y con el entorno. Pues es cuando proyectamos nuestra Paz en los demás que jamás la alcanzamos, es como si un Árbol esperara a que otro Árbol dé frutos para entonces comenzarlos a dar.
Hacemos proyecciones externas, porque evitamos la responsabilidad que tenemos con Nosotros mismos. Proyectar expectativas en los demás le da vida a las heridas que sostenemos, pues nos enfadamos porque los demás no hacen lo que según nosotros creemos que deberían hacer para que nosotros estemos en Paz. No es su responsabilidad, como tampoco es tu responsabilidad ser el reflejo de la Paz de los demás.
Es esa incapacidad para encontrarnos en Paz con Nosotros mismos lo que nos lleva a exigirles a los demás que sean de tal o cual manera. Pero también eso es lo que ocasiona que uno mismo cambie y se reprima, para cumplir la misma expectativa que tienen los demás. Enfadarnos porque los demás no cumplen con nuestras expectativas es como si te enfadaras con tu espejo por reflejarte tal cual eres. Enfadarnos con los demás por no poder ser o sentirnos como quisiéramos sentirnos, es como exigirle al espejo que te muestre un reflejo diferente. Cuanto más necesitas que los demás te valoren, mas desvalorizada te harán sentir. Pues la Maestría de la Dualidad y la Tercera Dimensión se alcanza cuando se comprende que nada es externo, todo es interno.
La vida siempre te reflejara tal cual eres. El Universo no sabe mentir.
Por ello, es momento de tomar las riendas de nuestra propia vida, de nuestra propia salud, de nuestra propia abundancia, de lo que sentimos, hacemos y decimos. No depende de nadie más. Más que de nosotros mismos.
Dejemos de esperar un Gobierno perfecto. Seamos primero los Ciudadanos perfectos. Dejemos de esperar a un Mesías o a un Maestro. Seamos nuestros propios Maestros.
Dejemos ir el pasado y todos esos viejos resentimientos y culpas. Que el Fuego las consuma y que la Tierra nos ayude a renacer, a sembrar nuevas semillas.
La Madre Tierra nos está impulsando. Somos sus Células, somos parte de ella, de nuestra sanación depende la de ella.
Tal vez físicamente no podemos hacer mucho por el Amazonas. No podemos ir hasta allí y apagar el Fuego. Pero si creemos que somos parte de la Tierra y que somos sus Células, entonces hagamos algo en nuestra conciencia.
Mientras los Fuegos persistan, tomemos unos minutos de nuestro día para visualizar las áreas rojas del mapa en color verde, mientras observamos la imagen del Código TIERRA y realizamos el Decreto.
¡Amor y Gratitud!
Comparto Olga Ruiz
Ilustración: Aceptando el cambio de Kathleen Farago
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