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25 de enero de 2017

Los Destructores de Sistemas: La Manera de los Guerreros Índigo

por Celia Fenn
“Niños Índigo” es el nombre dado a un grupo muy especial de seres que han elegido encarnar en nuestro planeta con una misión y un propósito específicos. 

El nombre de “Niños Índigo” se refiere al color del alma Índigo, el cual  indica un Alma Maestra que sirve como maestro  o sanador. Cada Niño Índigo emprende esta misión de enseñar o sanar de alguna manera, con frecuencia simplemente siendo quien sea él o ella. 

Los Índigo han estado viniendo a nuestro planeta por mucho tiempo. Algunos argumentan que Jesús y Buda eran Índigos, ya que sus misiones, a una escala global, fue enseñar y sanar, y cambiar la conciencia de la humanidad. 

En un pasado reciente, los Índigo comenzaron a encarnar en el planeta en incrementadas cantidades después de la Segunda Guerra Mundial, para la preparación del cambio global que estamos experimentando ahora. Ellos encarnaron entre la generación del “auge de los bebés” en los cincuenta y nacieron para el “florecimiento de los niños” de los sesenta.
Sin embargo, en esta etapa no había suficiente cantidad de ellos en el planeta para crear cambios significativos. 

Después, en 1970, llegó la primera “ola” de generación de Niños Índigo. Estos seres ahora están en sus finales de los veinte y principios de los treinta, y son la generación del “guerrero” real que ha comenzado el proceso de desafiar y cambiar los viejos sistemas. 

Fueron seguidos en los ochentas y noventas por Índigos de incrementada sensibilidad y refinamiento, hasta finales de 1990 y al principio del 2000 fue cuando se les unieron los Niños Cristal, un tipo diferente de guerrero espiritual.

Cómo Reconocer un Índigo 

Con frecuencia se me pregunta en el curso de mi trabajo cómo reconocer a un Índigo. La respuesta obvia sería verificar el color del aura. Pero no, no todos los Índigo tienen auras azul oscuro todo el tiempo. El término “Índigo” se refiere al estado del alma y no al color del aura, el cual en el humano promedio cambia día a día dependiendo del humor y el interés. Loas clarividentes que leen el alma establecen que son capaces de identificar a los Índigo. 

Sin embargo, es fácil identificar a un Índigo por su sensibilidad, creatividad, espiritualidad y patrones generales de comportamiento.

Cuando niños, ellos lucen como otros niños, aunque con frecuencia son bellos físicamente con ojos penetrantes. Siempre son altamente inteligentes y llenos de preguntas y exigencias. Ellos son energéticos y activos y tienen voluntades fuertes y un fuerte sentido de su propio valor e importancia. Ellos saben que son especiales y que están aquí para hacer algo significativo. 

Ellos están orientados por el lóbulo derecho del cerebro, y generalmente son atraídos a las ocupaciones de éste tales como música, arte, escritura y espiritualidad. Ellos adoran los cristales y el reiki y la meditación y el yoga. 

Son muy apasionados e intensamente leales a sus amigos, de los cuales siempre tienen muchos. Ellos creen en la honestidad y la comunicación en las relaciones. Con frecuencia son confundidos por la deshonestidad y la manipulación y otras formas de comportamiento egoísta considerado normal por sus mayores.

Su actitud hacia el dinero es o rechazarlo ya que es innecesario o estar muy concientes de su poder y buscar crear, con frecuencia exitosamente, afluencia para ellos mismos. 

Una característica clave de los Índigo con frecuencia es la ira. No seguirán órdenes por las tan llamadas “figuras de autoridad”. En un nivel profundo, los Índigo no reconocen la “autoridad”. Ellos saben que todos somos iguales, entonces son enfurecidos por aquellos que asumen la autoridad y se comportan dictatorialmente, ya sean padres, maestros o jefes.

Es aquí donde son importantes como maestros – nos están enseñando a apropiarnos de nuestro poder y a respetarnos a nosotros mismos, no cediendo nuestro poder a aquellos que lo exigen. Nos están enseñando más allá a valorar nuestros seres creativos y espirituales y no colocar mucho valor a los logros materiales.

El Niño Índigo

El Índigo como niño es activo, energético e imaginativo. Se pueden entretener ellos mismos y jugar en su propio mundo por horas. Con frecuencia tienen amigos imaginarios, y adoran a las hadas y los delfines. 

Los niños con frecuencia tienen más de una tendencia hacia el comportamiento hiperactivo y destructivo. Esto está probablemente determinado culturalmente por la necesidad de nuestra sociedad por expresar el dominio del hombre, el cual es adquirido por ellos a una etapa temprana. 

La inteligencia excepcional de los Índigo puede ser exasperante para los adultos. A ellos no se les dirá “qué hacer”, sino que querrán debatir y negociar cada instrucción. Hasta que el padre aprenda que se le está enseñando a respetar el derecho a elegir del niño, y honrar esa elección,  ellos continuarán confrontándose en cada oportunidad con la lucha de poderes y batallas de voluntad. 

La forma correcta de manejar a un Índigo es estar deseoso de negociar, explicar y ofrecer opciones. Las instrucciones vacías de “haz lo que se te dijo” solamente producirán hostilidad o indiferencia. 

A los Índigo con frecuencia no les gusta la escuela intensamente. Se aburren con el paso lento (para ellos) y las tareas repetitivas consideradas adecuadas para los niños por los maestros que no entienden su inteligencia. 

Ellos batallan con la autoridad y la presión social, que pueden ser bastante agobiantes para un alma índigo joven con poco entendimiento real del “poder sobre otros”, de los estados comunes de dominación y sumisión para la sociedad de la Tierra. 

Los problemas experimentados en la escuela incluyen el DDA y el DDAH, un resultado del aburrimiento y la irritación. Aprender incapacidades como la dislexia con frecuencia también reflejan las formas de ser y pensar utilizada por los Índigo.

El Adolescente Índigo

Como la mayoría de los adolescentes, los Índigo alcanzarán la transición del estado de pubertad y se volverán mal humorados e introvertidos  ya que su cuerpo cambia. Sin embargo, en esta etapa, los Índigo jóvenes con frecuencia comienzan a ver a través del intenso materialismo y los dramas de víctima que forman la bases de la mayoría de la vida de los adultos en el mundo moderno. 

En este punto ellos con frecuencia se “desconectan” de estos estilos de vida y optan por “alternativas” que consideran con más significado o más divertidas o sólo simple reto a los adultos. 

Desafortunadamente, muchas de estas incluyen la cultura de las drogas y varias fiestas de trance que incluyen estados de felicidad inducidos químicamente que son cortos y provocan adicción. 

En este punto, el adolescente está expresando su ira y rechazo a un sistema que no ofrece nada de valor al alma índigo. Los padres pueden llevar a sus hijos a programas de Rehabilitación, pero ellos en realidad necesitan en verdad preguntarse por qué tales seres inteligentes y creativos con frecuencia parecen querer auto-destruirse. 

Otra forma de comportamiento adolescente auto-destructivo sucede cuando el niño enfrenta los valores de los padres y busca sobrellevarlos. Esto puede ser alarmante, ya que los Índigo por naturaleza son dotados y talentosos de manera excepcional. Estos Índigo con frecuencia desarrollan fenomenales habilidades académicas y técnicas para ganar reconocimiento y éxito, pero sacrifican el desarrollo emocional lo cual puede dañar enormemente más adelante su vida cuando busquen crear uniones significativas.

El Adulto Joven Índigo

En sus veintes y a principios de sus treinta, los Índigo generalmente caen en uno de los dos grupos. 

El primer grupo sigue un camino “feliz” y crea afluencia, generalmente a través de una carrera en TI o las Artes. Buscan relaciones estables y tener hijos y crear familias. Pero batallan con las exigencias y normas de los sistemas de matrimonio, familia y empleo. Sus almas Índigo luchan por expresar sus esencias y permanecer leales a quienes son mientras todavía están logrando el “éxito” como es dictado por nuestra cultura.

El segundo grupo opta por “separarse”, y con frecuencia los individuos viajan extensamente, volviéndose un “ciudadano global” y batallando para establecerse en algún lugar. Estas personas con frecuencia no tienen una carrera o trabajo arreglados, y viven un alternativo estilo de vida que incluye las drogas. Mientras que con frecuencia claman ser felices, también están frustrados por su incapacidad económica para aspirar a esas actividades “normales” de crear una familia y contribuir a una comunidad.  

Ambos grupos están intentando redefinir lo que significa ser un adulto en el mundo contemporáneo, y encontrar formas de vivir su verdad mientras encuentran la felicidad y la estabilidad como adultos. Son la generación que está definiendo nuevas elecciones y nuevas opciones para la vida adulta en la Nueva Tierra.

Destrucción de Sistemas: Los Índigo y el Sistema de Educación

El área de vida en comunidad donde los Índigo han tenido más efecto es el sistema de educación. Como se mencionó anteriormente, los Índigo, mayormente orientados por el lóbulo derecho del cerebro, son energéticos y activos. No les gusta quedarse sentados por largos periodos, que se les diga que hacer y aburrirse por tareas repetitivas que fracasan en retarlos. Ya que esto generalmente define la experiencia de la escuela, es obvio que los Índigo tendrán y causarán problemas.

La orientación del lóbulo derecho del cerebro quiere decir que muchos Índigo se esfuerzan por mantener el interés y enfocarse en un modelo educativo diseñado para la actividad orientada por el lóbulo izquierdo. Su necesidad por expresar su energía en movimiento y aliviar su aburrimiento quiere decir que están sin descanso y pueden ser destructivos. Cuando comienzan a caer en sus presiones, pueden llegar a estar estresados y ansiosos.

Los diagnósticos generales dados a los Índigo son DDA (Desorden de Déficit de Atención) y DDAH (Desorden de Déficit de Atención con Hiperactividad), los cuales son considerados como desórdenes de “disfunción cerebral mínima” por la medicina. El padre necesita elegir entre definir a su hijo con una etiqueta patológica, o aceptar que el niño representa el próximo paso en la evolución humana, y que no necesita ni quiere pasar 6 ó 7 horas al día sentando detrás de un escritorio y que le digan que pensar. 

Enfrentémoslo – el sistema escolar arcaico y disfuncional. Las escuelas originalmente fueron diseñadas para educar a los niños de  las clases altas, quienes tenían la riqueza y el tiempo para dedicarse a ocupaciones mentales como una señal de su superioridad. Gradualmente, en el siglo 19 y principios del 20, la educación se volvió universal. 

Pero, ¿qué hace en realidad el sistema escolar? La mayoría de los Índigo están de acuerdo en que lo que se enseña en la escuela raramente es relevante en la vida real. Los confina a una experiencia mental o “mecánica”, y la mayoría de los Índigo quieren una experiencia de vida real para ser sus maestros. 

Además, sentarse detrás de una banca de escuela por 6 horas al día es visto como no más que un entrenamiento para sentarse detrás de un escritorio de oficina por 8 horas al día o más, y la mayoría de los Índigo no tienen interés en ese camino de vida. 

Las clases de la escuela moderna en Sudáfrica generalmente consisten de 30 o más niños y una maestra. El sistema funciona porque los niños están de acuerdo en ser controlados por la maestra. Sin embargo, como más y más niños Índigo dicen que no, el sistema comienza a decaer.

Quizá los Índigo nos están enseñando que hay mejores formas de aprender. Quizá, más allá de unas cuantas horas al día de letras y números básicos, el niño del futuro elegirá proyectos para continuar en la comunidad bajo la supervisión de los padres o maestros. Estos podrían estar orientados a la “vida real”, y ser de beneficio tanto para el aprendiz como para la comunidad.

Por lo pronto, más y más Índigos está diciendo no a la educación formal de la escuela.

Historias Índigo

Estas son experiencias de la vida real extraídas de mi trabajo con los Índigo.
Conocí a Alison cuando ella tenía 15 y había abandonado la escuela. Ella era atractiva, inteligente y sensible. Venía de una familia adinerada, su padre era un respetado médico.

Alison se rehusaba absolutamente a ir a la escuela, y se había involucrado en las drogas. Sus padres, sin saber como arreglárselas, se vieron forzados a permitirle dejar la escuela y tratar su problema de drogas y su rebeldía. Ella entró a un programa de rehabilitación. 

Ella quería estudiar Reiki y Sanación con cristales, pero realmente era demasiado inmadura para ser sanadora. 

Eventualmente se convirtió en una modelo, y fue capaz de conseguir trabajo en Londres y Tokio. Ganaba grandes sumas de dinero y fue capaz de viajar por el mundo. Siendo atractiva, no carecía de falta de compañía masculina en su vida.
¿Cómo le dice uno a un Índigo como Alison que necesitaba ir a la escuela? Claramente ella no lo hizo. Era capaz de vivir una vida más allá de lo que la mayoría de las personas aspiran sin gastar años en la escuela y la universidad. Esto es típico de los Índigo: hacen funcionar el sistema y lo usan para su ventaja en lugar de ser controlados por él.

Peter, por el otro lado, cayó en una profunda depresión su año final de la escuela. Se salió, no a causa de la presión del trabajo, sino porque él era capaz de ver la futilidad y la ilusión del sistema escolar. Su padre se opuso, pero su madre con quien él vivía, estaba deseosa de permitirle su travesía. 

Después de varios meses de tratar con su depresión, Peter decidió no regresar a la escuela, sino a conseguir un diplomado técnico para el cual no necesitaba un certificado escolar. 

Esta opción le dio tiempo para buscar sus otros intereses en la vida, sanación alternativa y estilos de vida más saludables. 

Una historia más trágica es  la de Jamila, una chica joven Sur Asiática Africana que también abandonó la escuela en su último año. En el caso de Jamila, sus padres eran altos académicos exitosos, y Jamila de hecho se dio por vencida por la presión para realizarse así como también por la ira contenida por la “ausencia” de sus padres en su vida mientras ellos conseguían sus carreras. 

Ella es inmensamente dotada, sensible, y cariñosa, así como también hermosa. Pero ella desarrolló un desorden alimenticio como señal de que no todo estaba bien en su mundo.

Desafortunadamente, sus padres adoptaron que la “niña tenía problema” de acercamiento, y buscaron para encontrar a alguien que la “curara”. No fueron capaces de entender que sus propios comportamientos y el sistema en el cual se basaron era perjudicial para su hija Índigo y su amable y sensible acercamiento a la vida. 

Después, por otro lado, está la historia de Kim de 4 años, quien informó a su madre que ella no iba a ir a la escuela. Ella pretendía ser madre cuando creciera, y por eso, le dijo a Mamá, que no necesitaba ir a la escuela. La madre no estuvo de acuerdo, y Kim fue inscrita en la Escuela local  Waldorf. Los sistemas de educación Waldorf y Montessori buscan ser los mejores disponibles para los Índigos en el momento. Muchos padres de Índigos están asegurándose que el niño obtenga la educación necesaria.

Destrucción de Sistemas: Los Índigo y el Sistema Médico

Otra área donde los Índigo se están haciendo sentir su presencia en con el sistema médico. Esto es un resultado de los diagnósticos médicos de DDA e Hiperactividad, o “disfunción mínima cerebral”. La respuesta de la ciencia médica es una droga – generalmente Ritalín, a veces Prozac. 

He visto a un niño tan joven como de siete años con un anti-depresivo médicamente prescrito. He oído a un respetado pediatra recomendar que a los niños de tres años les den Ritalin. 

Hay mucho debate alrededor de los pros y contras del Ritalin, y no voy a adentrarme en eso aquí. Basta decir que el Ritalin es una droga de una clase de anfetamina estimulante. Tiene efectos secundarios y retira los síntomas, y también causa adicción si se usa inadecuadamente. 

La importancia de este debate en términos de Índigos, es que muchas personas ahora están cuestionando un sistema médico que droga a los niños pequeños con estimulantes que alteran la química cerebral así como también arreglárselas con el comportamiento que no conforma a la “norma” del “niño promedio”.

En mi trabajo con los niños he encontrado niños que van desde dotados y “brillantes” a aquellos que son autistas y con problemas de aprendizaje. En este viaje, he llegado a creer que no hay tal cosa como “el niño promedio”. Cada niño es como un copo de nieve – único e individual, con sus propias necesidades y deseos.
Todavía el sistema educativo está adaptado al “niño promedio”, y si un niño no se amolda a este modelo se le droga hacia el ajuste. El Dr. Peter Breggin, un psiquiatra americano que está en contra del uso del Ritalin, señala que lo que es definido como DDA o DDAH es solamente la manifestación de un niño que funciona a “un extremo del espectro de energía” – el alto extremo!

La gente que trabaja con los Índigo prefiere llamar a estos niños “aprendices quinestéticos”, y sugerir que ellos necesitan modos de aprendizaje adecuados a sus niveles de energía, en lugar de Ritalin.

La dieta también ha mostrado tener un mayor efecto en los niños. Los estimulantes en cafeína, las azúcares refinadas y los aditivos de los alimentos, todos tienen un efecto negativo sobre los niños que ya son altos en energía. Eliminar estos alimentos y concentrarse en alimentos frescos y orgánicos se han conocido por ayudar a balancear a los Índigo sobre-estimulados. Muchos Índigo, de hecho, prefieren este tipo de dieta si se les permite acceder a ella. Pero, los padres ocupados con frecuencia agravan los problemas alimentando a sus hijos con alimentos procesados y prácticos los cuales molestan a sus sistemas sensibles.
Los Índigo nos están enseñando una vez más la importancia de la vida holística, terapias naturales y sanación, de la comida natural, no procesada. Ellos también están retando a un sistema médico que busca drogas farmacéuticas como “elementos mágicos”, a pesar de las consecuencias y efectos secundarios.

El Índigo Infeliz

Si a los Índigo se les da la oportunidad de expresar quienes son, si son honrados y respetados, pueden volverse personas altamente sensibles, cariñosas y dotadas. Si no, tienden a volverse auto-destructivos y disfuncionales. 

La alta incidencia del abuso de drogas, desórdenes alimenticios y comportamiento disfuncional entre los Índigo es un indicador de que la forma en que vivimos es disfuncional.
Por Favor, Nunca les Digan que No Son lo Suficientemente Buenos….
Los Índigo nacen con un fuerte sentido de “misión”. Son los guerreros espirituales del Rayo Índigo. Ellos saben que tienen algo realmente especial que hacer en este planeta. 

Aún, desde el momento que llegan, son bombardeados con mensajes negativos que afectan su merecimiento propio. Desde el tiempo que comienzan a hablar, hay un constante “no hagas esto/no hagas eso”, hasta mensajes que dicen “eres estúpido”. He visto a una de cuatro años que me informó que ella era, desafortunadamente, estúpida. Que dañino es esto, especialmente para un Índigo. 

Si a un Índigo se le hace sentir sin valor y no lo suficientemente bueno, tienden a sentir que ellos son fallas. Ellos han fallado en su misión, y esto los deprime, enoja, los pone neuróticos y auto destructivos. 

Así que por favor, si son padres o cuidan de un Índigo, asegúrense que están afirmando su valor. Respétenlos por quienes son, no importa que tan diferentes sean para ustedes. Los niños no pretenden ser clones de sus padres, o cargar las aspiraciones del padre. Permítanles ser quienes son, y florecerán y lucharán.

Más Historias Índigo

He trabajado con muchos Índigo, para ayudarles a balancear sus vidas y ser exitosos.

Sonya de 10 años llegó a mí con un intenso eczema por todo el cuerpo. No estaba durmiendo bien y estaba ansiosa y deprimida. La canalicé a un homeópata para que le diera un tratamiento para el eczema. El homeópata utilizó tratamientos homeopáticos y naturistas junto con una dieta. Cuando trabajé con Sonya utilicé el Balanceo de Energía, las técnicas de cristales y visualización para ayudarla.
Después de varios meses, su madre reportó que el eczema casi estaba completamente curado, y que ella estaba feliz y disfrutando su vida. 

Lara de 24 años llegó conmigo en un estado de profunda depresión. Ella estaba desempleada, a pesar de ser una artista calificada. Ella lloró a lo largo de nuestras sesiones iniciales. Trabajé con ella intensamente sobre un periodo de alrededor de 18 meses, viéndola una vez al mes. Usamos Aclaración Emocional y técnicas de Regresión junto con el Balanceo de Energía y terapia de Cristal.

Lara encontró un trabajo adecuado a sus talentos, y eventualmente se mudó a uno que incluía viajar. Estaba emocionada con los cambios en su vida como un resultado del trabajo espiritual. Además, su vida social mejoró y dejó la casa de su madre y comenzó a compartir una casa con una amiga.

www.starchild.co.za
Las canalizaciones de Celia Fenn y Kate Spreckley en español las pueden descargar en archivo Word de 
http://manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
Traducción: Xitlalli Contreras


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