La lunación se dará el 12 de enero en el grado 22º de Cáncer
Cáncer es el signo de lo
maternal, un signo de naturaleza emocional, donde la Luna tiene su domicilio y,
por tanto, actúa en dicho signo de la forma más natural y pura que puede hacerlo.
Esta Luna llena será, por ello,
un momento especialmente propicio para explorar nuestras necesidades
emocionales y nutricias, así como nuestra capacidad de dar nutrición, resguardo
y afecto.
El Sol desde el signo de
Capricornio la iluminará con su luz austera que irradia, no obstante, un
poderoso potencial de desarrollo y un propósito de madurez que se irá
consolidando con el tiempo.
Capricornio es el signo donde
el Sol es como un viejo que se vuelve niño otra vez, un niño que trae consigo,
por lo tanto, toda la madurez acumulada que guarda como promesa de su futuro
desarrollo que habrá de cumplir a lo largo del ciclo zodiacal.
En ese signo alcanzó su vejez
en el solsticio de invierno, a partir del cual vuelve de nuevo a comenzar a
crecer, a desarrollarse en pos de su maduración. El Sol en Capricornio
representa al Niño Crístico, a la conciencia encarnada, hecha materia, por lo
tanto, al hijo del hombre, a la manifestación terrenal del Adán Kadmón, al
modelo prototípico de la conciencia cristalizado en la tierra, a la luz que ha
descendido de las altas esferas de la creación para manifestarse en el plano de
la forma y desarrollar la maestría sobre el proceso evolutivo.
Este signo simbolizado por el
macho cabrío representa también al semidiós Pan de la mitología griega, al
mítico Fauno de los romanos o al Cernunnos, de la cultura celta, relacionados
con el instinto y la potencia sexual, la naturaleza salvaje, los bosques y la
fertilidad.
La
Luna, totalmente receptiva a la luz solar capricorniana, la reflejará de forma
afectuosa desde el signo de Cáncer, como intentando arropar a ese niño interior
que ilumina con su brillo el frío ambiente invernal y también mostrándose
receptiva a ser fertilizada por esa potencia poderosamente productiva, haciendo
florecer el propósito de esta lunación que es ser capaces de madurar hasta tal
punto de volvernos fecundos y poder cuidar de forma maternal aquello que
precise ser cuidado para que pueda seguir madurando en nosotros de forma segura
y fértil.
Esta Luna, que tendrá lugar en el grado 22 del signo de Cáncer, es la
primera del año y es conocida en la tradición pagana en el hemisferio norte
como Luna fría o del Lobo. En esta ocasión viene acompañada muy propiciamente
por el asteroide Vesta que representa, entre otras cosas, el fuego sagrado,
invitándonos a buscar la calidez en el hogar y la familia en medio del ambiente
frío propio de estas fechas. Desde la dulce y suave luz de una vela hasta
el abrazador calor de la chimenea pueden hacernos sentir mejor ya sea emocional
o físicamente.
Emocionalmente estaremos más sensibles, emotivos, receptivos,
fluctuantes y tal vez, incluso, melancólicos. Los recuerdos y la
intuición así como también la imaginación pueden llegar a potenciarse
enormemente.
La Luna en Cáncer de
este año será vivida con una intensidad especial puesto que se encuentra
formando parte de la dinámica tensa pero estimulante de una T cuadrada,
completada junto a la oposición entre la conjunción Sol/Plutón en Capricornio y
la conjunción Luna/Vesta en Cáncer, por la oposición que se establece entre
Júpiter en Libra y Urano y Ceres, ambos en conjunción en Aries.
Ambas oposiciones unidas entre
sí por mutuas cuadraturas generan una dinámica que puede resultar de alguna
manera agotadora y estresante pero también altamente productiva si hemos sabido
aplicar de forma sinérgica el esfuerzo sostenido y la disciplina creadora del
Sol en Capricornio, la receptividad cálida, servicial y devotamente nutridora
de la conjunción Luna/Vesta en Cáncer, el optimismo conciliador y la armoniosa
expansión de Júpiter en Libra y el impulso desapegado y liberador de Urano en
Aries, que en conjunción a Ceres va al reencuentro de su libertad pero que,
paradójicamente, corre el riesgo de perderla.
Puede que ganemos esa libertad
y autonomía en algún sentido, pero que la perdamos en otro. Por un lado,
precisaremos nutrir y ser nutridos y por otro lado querremos sentir que esa
necesidad se desarrolla sin agobios, respetando nuestro espacio vital y el del
otro, siendo capaces igualmente de expandirnos y proyectar algo, juntos.
Ahí está, entre otras cosas,
el reto de esta T cuadrada. Una T
cuadrada para trabajar el tema de la afectividad y la dependencia como
propuesta lunar, la nutrición y el resguardo independiente propuesta por la
conjunción Ceres/Urano en Aries, el sentido de la codependencia propuesta por
Júpiter en Libra y la propuesta capricorniana del Sol que manifiesta en este
signo la acción desde el punto de vista de lo que es conveniente y útil a nivel
práctico.
Este Sol que es todo un
estratega junto al profundo y transmutador Plutón seguramente sabrá como
empoderarse y qué hacer para aprovechar el impulso motriz de esta T cuadrada.
La Luna representa no
solamente nuestro mundo emocional o interior, aquello que llamamos ánima o
alma, sino también las figuras femeninas que evocan este principio, en especial
a la madre. Así mismo, también representa al clan o familia al cual
pertenecemos de una forma u otra.
En este sentido, con la Luna
llena en el signo de Cáncer nos notaremos más sensibilizados y receptivos hacia
nuestra madre o figuras femeninas que puedan evocar este principio materno en
nuestras vidas, así como también hacia la familia, y es posible que sintamos
que, de alguna manera, estos demandan nuestra atención de forma especialmente
acuciante, por lo cual habremos de invertir el más preciado bien del Sol en
Capricornio, el tiempo, en atender activamente esas demandas.
En este sentido, desde la
perspectiva del Sol en Capricornio que ilumina a esa Luna llena en Cáncer, tal
vez no podamos hacerlo exactamente de la forma en que ellos y nosotros mismos,
como un miembro más de la familia, precisaríamos, es decir, desde una dimensión
más emocional, más íntima, cercana, en torno a la calidez que representa ese
útero simbólico del ambiente familiar, sino de una forma más bien práctica que
permita asistirlos ante esas necesidades de afecto, protección y/o nutrición
que evidencian.
También
podemos sentir que son estos quienes buscan arroparnos y protegernos con sus
cuidados, nutrición, y/o afecto al percibir nuestros miedos, limitaciones,
cansancio o carencias.
Al estar ese Sol en conjunción
a Plutón en el signo de Capricornio, tomaremos conciencia del poder que tenemos
de transformarnos a nosotros mismos en función de las necesidades de nuestro
mundo interior y de cómo somos capaces de empoderarnos de tal manera sobre los
miedos y limitaciones que nos han estancado y constreñido hasta ahora
transformándolos en fortalezas y en oportunidades de expansión.
No olvidemos que el dispositor
de ambos planetas por su regencia sobre el signo de Capricornio, Saturno, se
encuentra en el signo de Sagitario y además estará formando un semisextil con
el Sol en Capricornio y un quincuncio con la Luna en Cáncer. Por ello,
mientras más fe y optimismo pongamos en nuestras batallas diarias veremos mayor
evolución y avance gradual y sostenido.
También es importante
mencionar la conjunción Marte/Quirón en Piscis que se encuentra en cuadratura a
Saturno en Sagitario, este aspecto tenso entre ambos maléficos puede generar,
en cierta forma, stress, angustia y cansancio, así como cierto sentimiento de
inseguridad, de no saber cómo actuar frente a situaciones límite, bien hacerlo
de forma caótica y confusa. Podemos sentir también que necesitamos
estirar el tiempo para hacer todas las cosas que nos gustarían. Puede,
por ejemplo, que nos veamos agobiados por exceso de trabajo, sintiéndonos
sobrepasados y alienados por tanta actividad.
La
identidad puede verse teñida por el espíritu de abnegación y sacrificio de
quien se encuentra en la situación de tener que sanar sus propias heridas espirituales
y aún es capaz de dejarlas a un lado para abocarse a sanar las de otros.
Esa conjunción también se
encontrará en aspecto con el Sol y la Luna, a través de un sextil y un trígono
respectivamente, facilitando con su predisposición altamente sensible y su
actitud valiente ante lo desconocido y misterioso, la apertura a la acuosidad
emocional de la Luna en Cáncer, pero activando también la actitud prudente y
paciente del Sol en Capricornio, sin la cual las emociones podrían desbordarse.
La Luna se encontrará además
haciendo trígono a Lilith en Escorpio, activando la intensidad transformadora
de nuestra bruja interior y a su vez movilizando nuestras pulsiones sexuales y
propiciando una atmósfera misteriosa y mágica.
Por su parte, la actual
conjunción entre Neptuno, Venus y Palas junto al Nodo Sur en Piscis nos hará
evocar el romanticismo y la belleza sutil de la sabiduría del pasado, es como
si de alguna forma nos sintiésemos llamados a reconectar con algún tipo de
legado cultural, especialmente de tipo artístico o espiritual. No
obstante es importante tener la capacidad de encauzar ese conocimiento en
función de nuestra misión personal de vida, dándole sobre todo un sentido práctico,
como bien lo demanda en Nodo Norte en Virgo.
Esta
conjunción también puede afectar al tema del amor y las relaciones de pareja,
tal vez se produzcan retornos románticos, o bien coincidiendo con alguna
situación o momento dramático de nuestra vida, de amores del pasado.
También puede representar alguna pareja o afecto especial que sale de nuestras
vidas de forma confusa y especialmente dolorosa.
Algunos podrían sentir que la
relación de pareja se diluye en una especie de neblina, encontrándose sin un
rumbo definido y escapando por la puerta de atrás, junto a miedos y dudas que
retornan como fantasmas del pasado, o que tal vez las ocupaciones prácticas del
día a día hayan dejado en el pasado el romanticismo habitual.
Para otros podría significar,
sin embargo, una reconexión con ese espíritu romántico que creían perdido en la
relación generando momentos de verdadera magia y profunda conexión espiritual
con la pareja, planteándose el reto de encauzar esos sentimientos de comunión
espiritual con el otro de forma práctica y productiva con el fin de consolidar
la relación y no dejarla únicamente flotando en un romanticismo que tarde o
temprano puede volver a diluirse y dejarnos sin un suelo que pisar juntos.
Tal vez lo mejor sea acudir al
ánimo que nos asiste desde la mente positiva de Mercurio en Sagitario para
adoptar una actitud mental lo más optimista posible ante cualquier
circunstancia, antes de que entre en Capricornio de nuevo y adopte una actitud
más exigente, juzgadora e incluso pesimista que, no obstante, puede también
aportarnos un poco de realismo ante aquellas cosas de las que hasta ahora hemos
hecho la vista gorda.
Sea como sea, os deseo que
esta Luna llena sea un momento de cálida intimidad con vuestro mundo interior y
con aquellos seres que son o que sentís entrañable parte de aquello que
llamamos familia.
Nathacha Oura
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