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12 de enero de 2017

Luna Llena en Cáncer 2017

La lunación se dará el 12 de enero en el grado 22º de Cáncer

Cáncer es el signo de lo maternal, un signo de naturaleza emocional, donde la Luna tiene su domicilio y, por tanto, actúa en dicho signo de la forma más natural y pura que puede hacerlo.  Esta Luna llena será, por ello, un momento especialmente propicio para explorar nuestras necesidades emocionales y nutricias, así como nuestra capacidad de dar nutrición, resguardo y afecto.

El Sol desde el signo de Capricornio la iluminará con su luz austera que irradia, no obstante, un poderoso potencial de desarrollo y un propósito de madurez que se irá consolidando con el tiempo.

Capricornio es el signo donde el Sol es como un viejo que se vuelve niño otra vez, un niño que trae consigo, por lo tanto, toda la madurez acumulada que guarda como promesa de su futuro desarrollo que habrá de cumplir a lo largo del ciclo zodiacal.  

En ese signo alcanzó su vejez en el solsticio de invierno, a partir del cual vuelve de nuevo a comenzar a crecer, a desarrollarse en pos de su maduración.  El Sol en Capricornio representa al Niño Crístico, a la conciencia encarnada, hecha materia, por lo tanto, al hijo del hombre, a la manifestación terrenal del Adán Kadmón, al modelo prototípico de la conciencia cristalizado en la tierra, a la luz que ha descendido de las altas esferas de la creación para manifestarse en el plano de la forma y desarrollar la maestría sobre el proceso evolutivo.

Este signo simbolizado por el macho cabrío representa también al semidiós Pan de la mitología griega, al mítico Fauno de los romanos o al Cernunnos, de la cultura celta, relacionados con el instinto y la potencia sexual, la naturaleza salvaje, los bosques y la fertilidad.

La Luna, totalmente receptiva a la luz solar capricorniana, la reflejará de forma afectuosa desde el signo de Cáncer, como intentando arropar a ese niño interior que ilumina con su brillo el frío ambiente invernal y también mostrándose receptiva a ser fertilizada por esa potencia poderosamente productiva, haciendo florecer el propósito de esta lunación que es ser capaces de madurar hasta tal punto de volvernos fecundos y poder cuidar de forma maternal aquello que precise ser cuidado para que pueda seguir madurando en nosotros de forma segura y fértil.

Esta Luna, que tendrá lugar en el grado 22 del signo de Cáncer, es la primera del año y es conocida en la tradición pagana en el hemisferio norte como Luna fría o del Lobo.  En esta ocasión viene acompañada muy propiciamente por el asteroide Vesta que representa, entre otras cosas, el fuego sagrado, invitándonos a buscar la calidez en el hogar y la familia en medio del ambiente frío propio de estas fechas.  Desde la dulce y suave luz de una vela hasta el abrazador calor de la chimenea pueden hacernos sentir mejor ya sea emocional o físicamente.
Emocionalmente estaremos más sensibles, emotivos, receptivos, fluctuantes y tal vez, incluso, melancólicos.  Los recuerdos y la intuición así como también la imaginación pueden llegar a potenciarse enormemente.
La  Luna en Cáncer de este año será vivida con una intensidad especial puesto que se encuentra formando parte de la dinámica tensa pero estimulante de una T cuadrada, completada junto a la oposición entre la conjunción Sol/Plutón en Capricornio y la conjunción Luna/Vesta en Cáncer, por la oposición que se establece entre Júpiter en Libra y Urano y Ceres, ambos en conjunción en Aries.

Ambas oposiciones unidas entre sí por mutuas cuadraturas generan una dinámica que puede resultar de alguna manera agotadora y estresante pero también altamente productiva si hemos sabido aplicar de forma sinérgica el esfuerzo sostenido y la disciplina creadora del Sol en Capricornio, la receptividad cálida, servicial y devotamente nutridora de la conjunción Luna/Vesta en Cáncer, el optimismo conciliador y la armoniosa expansión de Júpiter en Libra y el impulso desapegado y liberador de Urano en Aries, que en conjunción a Ceres va al reencuentro de su libertad pero que, paradójicamente, corre el riesgo de perderla.  

Puede que ganemos esa libertad y autonomía en algún sentido, pero que la perdamos en otro.  Por un lado, precisaremos nutrir y ser nutridos y por otro lado querremos sentir que esa necesidad se desarrolla sin agobios, respetando nuestro espacio vital y el del otro, siendo capaces igualmente de expandirnos y proyectar algo, juntos.  

Ahí está, entre otras cosas, el reto de esta T cuadrada.  Una T cuadrada para trabajar el tema de la afectividad y la dependencia como propuesta lunar, la nutrición y el resguardo independiente propuesta por la conjunción Ceres/Urano en Aries, el sentido de la codependencia propuesta por Júpiter en Libra y la propuesta capricorniana del Sol que manifiesta en este signo la acción desde el punto de vista de lo que es conveniente y útil a nivel práctico.

Este Sol que es todo un estratega junto al profundo y transmutador Plutón seguramente sabrá como empoderarse y qué hacer para aprovechar el impulso motriz de esta T cuadrada.

La Luna representa no solamente nuestro mundo emocional o interior, aquello que llamamos ánima o alma, sino también las figuras femeninas que evocan este principio, en especial a la madre.  Así mismo, también representa al clan o familia al cual pertenecemos de una forma u otra.

En este sentido, con la Luna llena en el signo de Cáncer nos notaremos más sensibilizados y receptivos hacia nuestra madre o figuras femeninas que puedan evocar este principio materno en nuestras vidas, así como también hacia la familia, y es posible que sintamos que, de alguna manera, estos demandan nuestra atención de forma especialmente acuciante, por lo cual habremos de invertir el más preciado bien del Sol en Capricornio, el tiempo, en atender activamente esas demandas.

En este sentido, desde la perspectiva del Sol en Capricornio que ilumina a esa Luna llena en Cáncer, tal vez no podamos hacerlo exactamente de la forma en que ellos y nosotros mismos, como un miembro más de la familia, precisaríamos, es decir, desde una dimensión más emocional, más íntima, cercana, en torno a la calidez que representa ese útero simbólico del ambiente familiar, sino de una forma más bien práctica que permita asistirlos ante esas necesidades de afecto, protección y/o nutrición que evidencian.

También podemos sentir que son estos quienes buscan arroparnos y protegernos con sus cuidados, nutrición, y/o afecto al percibir nuestros miedos, limitaciones, cansancio o carencias.

Al estar ese Sol en conjunción a Plutón en el signo de Capricornio, tomaremos conciencia del poder que tenemos de transformarnos a nosotros mismos en función de las necesidades de nuestro mundo interior y de cómo somos capaces de empoderarnos de tal manera sobre los miedos y limitaciones que nos han estancado y constreñido hasta ahora transformándolos en fortalezas y en oportunidades de expansión.  

No olvidemos que el dispositor de ambos planetas por su regencia sobre el signo de Capricornio, Saturno, se encuentra en el signo de Sagitario y además estará formando un semisextil con el Sol en Capricornio y un quincuncio con la Luna en Cáncer.  Por ello, mientras más fe y optimismo pongamos en nuestras batallas diarias veremos mayor evolución y avance gradual y sostenido.

También es importante mencionar la conjunción Marte/Quirón en Piscis que se encuentra en cuadratura a Saturno en Sagitario, este aspecto tenso entre ambos maléficos puede generar, en cierta forma, stress, angustia y cansancio, así como cierto sentimiento de inseguridad, de no saber cómo actuar frente a situaciones límite, bien hacerlo de forma caótica y confusa.  Podemos sentir también que necesitamos estirar el tiempo para hacer todas las cosas que nos gustarían.  Puede, por ejemplo, que nos veamos agobiados por exceso de trabajo, sintiéndonos sobrepasados y alienados por tanta actividad.

La identidad puede verse teñida por el espíritu de abnegación y sacrificio de quien se encuentra en la situación de tener que sanar sus propias heridas espirituales y aún es capaz de dejarlas a un lado para abocarse a sanar las de otros.

Esa conjunción también se encontrará en aspecto con el Sol y la Luna, a través de un sextil y un trígono respectivamente, facilitando con su predisposición altamente sensible y su actitud valiente ante lo desconocido y misterioso, la apertura a la acuosidad emocional de la Luna en Cáncer, pero activando también la actitud prudente y paciente del Sol en Capricornio, sin la cual las emociones podrían desbordarse.

La Luna se encontrará además haciendo trígono a Lilith en Escorpio, activando la intensidad transformadora de nuestra bruja interior y a su vez movilizando nuestras pulsiones sexuales y propiciando una atmósfera misteriosa y mágica.

Por su parte, la actual conjunción entre Neptuno, Venus y Palas junto al Nodo Sur en Piscis nos hará evocar el romanticismo y la belleza sutil de la sabiduría del pasado, es como si de alguna forma nos sintiésemos llamados a reconectar con algún tipo de legado cultural, especialmente de tipo artístico o espiritual.  No obstante es importante tener la capacidad de encauzar ese conocimiento en función de nuestra misión personal de vida, dándole sobre todo un sentido práctico, como bien lo demanda en Nodo Norte en Virgo.

Esta conjunción también puede afectar al tema del amor y las relaciones de pareja, tal vez se produzcan retornos románticos, o bien coincidiendo con alguna situación o momento dramático de nuestra vida, de amores del pasado.  También puede representar alguna pareja o afecto especial que sale de nuestras vidas de forma confusa y especialmente dolorosa.

Algunos podrían sentir que la relación de pareja se diluye en una especie de neblina, encontrándose sin un rumbo definido y escapando por la puerta de atrás, junto a miedos y dudas que retornan como fantasmas del pasado, o que tal vez las ocupaciones prácticas del día a día hayan dejado en el pasado el romanticismo habitual.

Para otros podría significar, sin embargo, una reconexión con ese espíritu romántico que creían perdido en la relación generando momentos de verdadera magia y profunda conexión espiritual con la pareja, planteándose el reto de encauzar esos sentimientos de comunión espiritual con el otro de forma práctica y productiva con el fin de consolidar la relación y no dejarla únicamente flotando en un romanticismo que tarde o temprano puede volver a diluirse y dejarnos sin un suelo que pisar juntos.
Tal vez lo mejor sea acudir al ánimo que nos asiste desde la mente positiva de Mercurio en Sagitario para adoptar una actitud mental lo más optimista posible ante cualquier circunstancia, antes de que entre en Capricornio de nuevo y adopte una actitud más exigente, juzgadora e incluso pesimista que, no obstante, puede también aportarnos un poco de realismo ante aquellas cosas de las que hasta ahora hemos hecho la vista gorda.

Sea como sea, os deseo que esta Luna llena sea un momento de cálida intimidad con vuestro mundo interior y con aquellos seres que son o que sentís entrañable parte de aquello que llamamos familia.




Nathacha Oura

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