Los Sabios videntes relacionan el aparente ascenso
del Sol desde las regiones inferiores como el ascenso del alma desde la materia
y la fuerza a la conciencia. Por esta razón, se dice que Capricornio está en el
arco ascendente, mientras de Cáncer se dice que está en el arco descendente.
Las almas, que no son sino unidades de conciencia, descienden hasta la fuerza y
la materia para experimentarlas, y ascienden de vuelta a la conciencia pura. En
este descenso y ascenso cíclicos, las almas adquieren la experiencia necesaria
y se realizan en los tres estados, materia, fuerza y conciencia. Se comprende
que los seres realizados ya no vuelven más al descenso y ascenso cíclicos.
Presiden el ciclo viendo el panorama de la actividad de miríadas de almas que
descienden y ascienden.
El discipulado se basa en su totalidad en la tarea
de ascender a la pura conciencia desde los pensamientos de materia y fuerza. El
discipulado no intenta organizar bien la vida para vivirla con gran esplendor
material. El bienestar material y la fuerza armoniosa son incidentales y no son
tareas por sí mismas. La mayoría de los aspirantes se quedan atascados en sus
esfuerzos por equilibrar la vida material. Cuando uno entra en los reinos de
conciencia, materia y fuerza se equilibran ellas mismas. Esta es la clave de
aspiración que ofrece Capricornio. El Señor de Capricornio, Saturno, aporta la
base necesaria para llevar a cabo un crecimiento sostenible a largo plazo. Por
tanto, Saturno es el maestro más importante que encuentra un aspirante. Cuando
una persona complace a Saturno en términos de rectitud, paciencia y tolerancia,
consigue el éxito como la cabra que trepa al monte.
Master K.P.K.
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