por Lee Harris
1 de Marzo 2018
Marzo va a ser un mes muy interesante.
En realidad, todo el 2018 será un periodo de gran
creatividad, especialmente los meses de Marzo, Abril, Mayo y Junio.
En mi último retiro de “Maestría de la Energía” en
Portland, uno de los temas principales fue que “la era de intentar agradar a
los demás” está llegando a su fin. Muchos que se ven a sí mismos como
trabajadores de Luz, la persona que siempre ayuda, nutre y ama a sus amigos y a
los demás, quizá estén comprendiendo de forma profunda y repentina cuando están
complaciendo a otros en detrimento suyo.
Cuando intentamos agradar a los demás damos
prioridad a la comodidad, al deseo o al estado de ánimo de otra persona por
encima de nuestros propios deseos o necesidades. Por ejemplo, si fueras mi
amigo y yo quisiera agradarte, iría a verte aunque me sintiera abatido,
deprimido y con poca energía. Tú me dirías que quieres salir y pasar una noche
de fiesta en lugares abarrotados y, aunque yo no tenga ganas (como quiero
complacerte y pareces molesto cuando te digo que no estoy seguro de poder
ir), accedo a ir contigo. Esa sería una manera muy esquemática de definir
en qué consiste intentar agradar a los demás. Pero también ocurre de formas muy
sutiles.
Aquellos que son empáticos y que sienten las
reacciones de otros, que viven para complacerles o desean hacer del mundo un
lugar más agradable y mejor, pueden caer con facilidad en el hábito de intentar
agradar a los demás. Cuando lo hacemos, perdemos nuestra voluntad y nuestra
conexión con nosotros mismos, y también nos sentimos agotados. Cada vez
que damos nuestra energía a todas las personas de nuestro entorno cediendo a
sus deseos y necesidades, tenemos que abandonar nuestros propios deseos y
también a nosotros mismos, lo que termina invariablemente en agotamiento y
fatiga.
Una pregunta fundamental este año es: ¿Estas
cuidando de ti mismo de la manera que necesitas?
Todos sabemos lo importante que es beber y alimentarnos
diariamente. ¿Qué necesitas para sentirte conectado, para que tus ojos brillen
y tener la sensación de que estás creando para ti todo lo que necesitas?
Recuerda que es muy importante. Podemos ser mucho más generosos cuando nuestras
necesidades están cubiertas, y complacer a los demás es la manera más rápida de
que nuestra taza se vacíe sin nuestro permiso. Se trata de un patrón que anula
nuestra voluntad y también aquello que queríamos hacer, y así nuestros deseos
va muriendo lentamente.
Es algo que nos está ocurriendo a muchos en todo el
planeta y que puede ser muy desagradable. Pensamos: “¿Qué pasa si se enfadan
conmigo, si se sienten ofendidos?”, o “Ella siempre se enfada cuando le digo
que no, y no sé si puedo afrontarlo”… Es posible que tengas que hacerlo. Quizá
tengas que enfrentarte al malestar de otra persona y ese es el verdadero quid
de la cuestión. Queremos eliminar el malestar de otros y hacerles felices, por
eso los sanadores y las personas espirituales que desean hacer de este mundo un
lugar mejor caen a menudo en la trampa de desear complacer a los demás.
Puede que muchos digan: “Creo que ya he superado el
deseo de agradar a los demás”. De todas formas, te invito a que observes las
sutilezas. Observa cuándo dices que sí a algo o accedes en silencio pero tu
cuerpo no se siente bien. Podría tratarse de una mínima sensación corporal, una
ligera ansiedad respecto a lo que acabas de acceder, o que te sientas un poco
disgustado o molesto por ello. Estamos comprendiendo que, en realidad, estamos
“leyendo” una herida o un punto de activación de alguien; estamos sirviendo,
alimentando o intentando sanar eso por ellos para que ellos no tengan que
sentirlo. Estamos mitigando sus heridas mediante nuestro hábito de complacer a
los demás.
El problema es que entonces nuestras propias
heridas no llegan a sanarse, porque uno de nuestros grandes desafíos será
decir: “No”. Nuestros pensamientos nos harán dudar y preguntarnos: “¿Soy una
mala persona porque no ayudé a mi amigo cuando estaba deprimido?”.
Siempre digo que, cuando nos sentimos llamados a
hacer algo, sabemos perfectamente si es correcto o no para nosotros. Si tenemos
un amigo a quien sabemos que debemos ayudar durante una crisis lo sentimos con
total claridad en nuestro cuerpo y respondemos en consecuencia. Sin embargo,
hay muchas relaciones condicionales (que no nos ayudan precisamente), en las
cuales caemos en el hábito de “ser agradables”, de ser siempre quien
tranquiliza y consuela. Y, a la larga, tampoco ayudamos a la persona a quien
estamos consolando (sobre todo, si no cambia porque siempre estamos ahí para
cuidarla).
Queremos que los demás puedan crecer y trascender
su sufrimiento, pero intentamos calmarles a base de caricias, en vez de
decirles claramente: “Oye, creo que deberías indagar en esto. Ahora mismo no
puedo ayudarte porque estoy muy cansado y necesito irme a casa”.
Y si no respetan lo que les estás diciendo ni tu
negativa, significa que no te respetan a ti; que se trata de una relación
condicional: para ellos tu bienestar no es tan importante como lo útil que
puedas serles.
No es necesario que empieces a culpabilizarles ni
que te enfades con ellos pensando que son malas personas. En cualquier dinámica
de relación lo mejor que podemos hacer es cuidar de nosotros mismos y no perder
el tiempo juzgando a los demás, ni asumir que se comportan con todo el mundo
igual que con nosotros. Es importante que comprendas esto y que estés atento,
porque es algo que nos sucede a muchos.
También quería hablar acerca de lo intensa que está
siendo la energía de conflicto en el planeta; la sensación de división y de
tensión entre la luz y la oscuridad puede suponer un desafío para nosotros.
En mi opinión, los recientes movimientos de “A mí
también” y de “Times up” forman parte de una corriente más general a
favor de los derechos humanos que lleva en marcha desde hace tiempo y que está
gozando de gran popularidad en estos momentos (lo que resulta conmovedor para
muchos de nosotros, tanto hombres como mujeres) .
Este es sólo un ejemplo de lo que está ocurriendo
en el mundo: un periodo de profunda sanación emocional que es intenso y
difícil. Por eso debemos cuidar de nosotros mismos en estos tiempos.
Algunos días necesitaremos mostrarnos muy
introvertidos, aunque nuestro lado extrovertido reaparecerá días después;
conviene estar en paz con los cambios de identidad que experimentemos. Nuestras
identidades están cambiando y podemos caer en la tentación de decirnos:
“Yo antes podía sanar a todo el mundo, podía salir después de fiesta y, en
cambio, ya no puedo hacerlo”. Tan pronto como aceptemos los cambios que estamos
experimentando todo cambiará para nosotros. Pero si luchamos con esa parte de
nosotros que nos parece distinta o que no estamos reconociendo, quedaremos atrapados
en una batalla con nuestra antigua identidad e intentaremos aferrarnos a ella.
Es tiempo de cambio para todos nosotros. Mientras
lo asumimos, algunos días no lo comprenderemos del todo ni estaremos
seguros de qué nos está pasando. Es normal, y también forma parte de la
disonancia que se está dando en nuestro mundo ahora. Esa disonancia se está
manifestando de muchas maneras, en las discusiones de la gente, en sus juicios,
sus miedos, sus ansiedades… Hay una energía disonante que continúa recorriendo
el planeta, y sabes que no se trata sólo de este mes; es algo que viene
sucediendo en los últimos años.
Por consiguiente, tendremos que centrarnos en cómo
cuidar de nosotros mismos y en qué necesitamos para sentir bienestar,
equilibrio, alegría, deseos de reír y la sensación de pertenecer a un grupo o
comunidad. Pero, sobre todo, debemos centrarnos en qué estamos creando y
qué deseamos crear, porque el simple hecho de crear nos ayuda estabilizarnos.
Escribir un poema durante cinco minutos, garabatear en una libreta, cocinar
algo delicioso, tomar un camino diferente para llegar al trabajo… tan sólo para
cambiar nuestros patrones de comportamiento y crear así algo nuevo en nuestra
vida.
Muchos sienten pena y dolor por cómo eran las cosas
antes, pero tenemos que mirar hacia adelante. Debemos reconocer que este es un
periodo de novedades tanto como de disolución, y si nos centramos en lo que
está desapareciendo, esa ola nos atrapará. Sin embargo, si nos concedemos con
asiduidad tiempo para el descanso y nos ocupamos de nuestro bienestar, nuestra
sensación de depresión o de desilusión debido a la pérdida de lo anterior
empezará a cambiar a medida que nos vayamos recuperando. Entonces podremos
tomar un camino diferente y ser creativos.
El mundo te necesita, nos necesita a cada uno de
nosotros. No estoy diciendo que tengas que salir corriendo a salvar a todo el
mundo. Basta con que te ocupes de tu hijo o de quien quiera que estés cuidando
en este momento; tal vez seas alguien que habla con miles de personas a quienes
afectas cada día... la cantidad no importa, son sólo números. Basta con que te
sientas alineado con tu propósito, algo que muchos estamos sintiendo, que puede
darnos un poco de miedo y resultarnos excitante a la vez. Pero, ante todo,
debemos centrarnos en la sensación de innovación.
En resumen: presta atención a tus necesidades y a
tu bienestar, comprueba que no estás intentando agradar a otros. Recuérdate a
ti mismo que el mundo está cambiando, tu identidad está cambiando, así que
pregúntate: ¿Que quiero crear ahora?
Anota algunas ideas en una hoja de papel para que
puedas ver ante ti tus deseos por escrito: es algo que te activará. Y centra tu
atención en el futuro, porque es mucho lo que llegará a nuestro planeta y a tu
vida que te sorprenderá muy agradablemente.
No veas únicamente lo negativo, eso es lo que
quieren que hagamos. Es momento de mirar hacia adelante y la energía de Marzo
nos ayudará a conseguirlo.
Gracias por acompañarme también durante este mes.
Mucho amor; cuídate y cuídense unos a otros.
Lee
(c) copyright 2018 - all rights reserved by Lee Harris Energy
Traducción:
Rosa García
Difusión: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
https://www.facebook.com/ManantialCaduceo
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