" El equinoccio provee una
oportunidad de romper a través del egoísmo individual y ascender a estados de
iluminación "
Master K.P.K.
En los equinoccios, los días y las noches son iguales y existe un equilibrio
entre el espíritu y lo material en la naturaleza. Estos momentos ofrecen las
mejores energías yóguicas, y son muy auspiciosos para la práctica espiritual.
El alineamiento hacia la Luz es de importancia particular en el equinoccio de
otoño, que se corresponde con la hora de medianoche.
La Cruz de
Cuatro Brazos
Para introducir a Madame Blavatsky a la sabiduría eterna, se le mostró
un disco de plata con un punto, luego un disco de plata con una división
horizontal y posteriormente un disco de plata con una línea vertical. Cuando lo
contempló, la sabiduría vino a ella, y por lo tanto pudo dar una exposición
nueva de la sabiduría eterna.
El disco o el círculo con el punto en el centro simboliza el Señor que
se expresaba a través de su naturaleza, el alma universal en la manifestación.
El círculo con el diámetro horizontal representa el día y la noche, con el
amanecer y el anochecer. Para el individuo, ellos forman su posición en el
espacio con el Este y el Oeste. El diámetro vertical representa el mediodía y
la medianoche para el individuo. Por lo tanto, el día se divide en una cruz de
cuatro brazos con cuatro partes iguales de seis horas cada uno. La cruz también
representa las cuatro etapas de la creación desde la aparente nada hasta el
plano físico de objetividad: existencia pura, la conciencia, el pensamiento y
la acción.
Los Vedas dicen, “todo es cuádruple”: El día, con el amanecer, mediodía,
atardecer y la medianoche; el mes con luna llena y luna nueva y las dos fases
óctuples de la luna; los años con los dos solsticios y los equinoccios, y
también la vida con la infancia, la juventud, la edad adulta y la vejez. En los
ciclos superiores, están los cuatro Yugas: Krita, Treta, Dwapara y Kali.
El conocimiento o la sabiduría también se clasificó de manera cuádruple
como los cuatro Vedas. En línea con esto, los discípulos de Jesús crearon el
Nuevo Testamento en cuatro evangelios. Por lo tanto, el mensaje de Vishnu de
cuatro brazos y del Cristo cósmico son lo mismo: permaneciendo en el centro,
podemos darnos cuenta de la dimensión cuádruple de la creación.
Sintonizándose
con los Puntos Cardinales
Debemos planificar nuestras actividades de una manera que integremos en
nuestra vida los puntos nodales del día, el mes y el año. Cuanto más nos
sintonizamos con estos puntos cardinales, más nos sintonizamos con la Verdad y
la Luz. Con la alineación correcta sintonizamos nuestro micro-sistema al
macro-sistema. Reorganizamos nuestras energías y ganamos la armonía con el ser
y con la creación. De esta manera vivimos en un estado de claridad y
equilibrio, Samyama.
Precisamente, relacionándonos con las energías, aplicamos el ritmo y la
disciplina del séptimo rayo en nosotros mismos. Por lo tanto, entramos en los
mundos sutiles e integramos a nosotros mismos en el sistema planetario y solar.
Desde los tiempos más antiguos, los Maestros de Sabiduría han organizado
convivencias grupales en los puntos nodales del año, de modo que se reciben las
energías del Sol y que el planeta y los seres planetarios sean magnetizados. El
Maestro CVV insistió en que sus seguidores se reunieran en los solsticios y
equinoccios y condujeran meditaciones y oraciones; por lo tanto, él ha revivido
los rituales ancestrales. Cuando invocamos al MAESTRO durante estos momentos y
sentimos su presencia, recibimos un contacto eficaz y estabilizamos la relación
con él.
Equilibrio y
Alineamiento
Cuando el Sol cruza el ecuador en los equinoccios, tenemos que el día y
la noche son iguales en el ecuador. En el viaje hacia el norte del Sol, esto ocurre
alrededor de 21 de marzo y en el viaje hacia el sur alrededor de 22 de
septiembre. El punto en que el día y la noche tienen la misma duración
corresponde al estado de yoga donde la materia y el espíritu están en
equilibrio. Ninguno de los dos se rechaza o se descuida. “Yoga es equilibrio”,
dice el Señor Krishna. Cuando se ajustan las desigualdades en nuestros impulsos
y expresiones, la conciencia se remite dentro del plano de la conciencia del
alma.
Equilibrar las fuerzas opuestas de los planos físico, emocional y mental
ocurre en el plano búdico. Allí, la Voluntad, el Amor y la Luz prevalecen.
Cuando estamos vinculados al plano búdico, llevamos también este poder
equilibrador a los planos inferiores. Recordando a los grandes iniciados que
viven en los planos superiores también nos eleva. De este modo,
comprometiéndonos con sus vidas y enseñanzas recibimos un toque de la
Presencia, que estimula el equilibrio en nosotros.
En el centro de la columna vertebral, en el canal del Sushumna, las
energías de la materialización (Ida) y las de la espiritualización (Pingala)
están en equilibrio; estamos en la conciencia de nuestra existencia.
Contemplando en el Sushumna, el macho y la hembra en nosotros se igualan y
completan. Sushumna es de luz diamantina, y de esto se construye el cuerpo de
diamante. A partir de ahí la conciencia brilla con gran brillantez.
Permaneciendo en esta luz y a través de la alineación con el alma
experimentamos la alineación con el Sol. Al igual que el Sol es el rey del
sistema solar, Sanat Kumara es el rey de nuestro planeta. En el equinoccio, él
está en una profunda contemplación alineado con el Sol, el Sol central y el Sol
cósmico. Con nuestro alineamiento, podemos unirnos a él. Podemos construir la
vertical en nosotros y ganar aplomo en todos los planos de la existencia. Con
la preparación correcta podemos recibir la iniciación directamente desde el Sol
el día del equinoccio. Recibiendo la luz y distribuyéndola a los alrededores es
un servicio importante. Con esto ayudamos a las personas a alcanzar la Luz
también.
Preparación para
los Interludios
Los preparativos empiezan desde el solsticio y continúan durante los
siguientes 90 días; entonces, la ventana de tiempo para la iniciación está
abierta durante dos o tres días. Deberíamos alinearnos internamente por lo
menos, durante tres días antes del equinoccio. Sólo entonces nos volvemos
receptivos a las energías disponibles y podemos desplegar las percepciones
sutiles.
El equinoccio es un interludio, como la pausa entre dos respiraciones. A
través de este interludio, podemos entrar fácilmente en el mundo sutil
supra-mundano.
Muchas personas ni siquiera son conscientes de los solsticios y
equinoccios y no se benefician de ellos. La diferencia en la percepción depende
del estado de conciencia. Si una persona no es consciente de las energías del
mayor sistema y no sintoniza a ellos, las percepciones se pierden. Como
estudiantes de ocultismo tenemos que estar atentos a estos tiempos, para seguir
los festivales de la Naturaleza y de tomar nota de los días precisos. Estos no
son los festivales de grandes comidas y conversación, sino silenciosas
celebraciones del alma.
Deberíamos asegurarnos de que no llenamos el día del equinoccio con
demasiadas cosas o citas. Si es posible, hay que tomar un día libre, de modo
que podemos abrirnos y estar en meditación con una intención más profunda, y
esto es mejor con un grupo. Es muy bueno hacer una convivencia de grupo en
torno a este día e invocar la energía de la Jerarquía en medio de nosotros.
También podemos ofrecer flores a la energía y pedir su presencia en el futuro
próximo.
Recordando la
Luz
Hay algo profundo y sublime sobre el equinoccio al principio de Libra.
Es la contraparte del equinoccio de Aries, y su relación constituye un eje
importante. En Aries nos encontramos con el Padre, el espíritu, en Libra con la
Madre, la materia. El Padre ES, en todo momento, pero en Libra está oculto en
la Madre. Con EL equinoccio de otoño entramos en el Tiempo de la medianoche y
se hace muy difícil de superar la ilusión de la Madre o la materia. En Libra a
ella también se la llama la “Madre impenetrable; en Oriente a ella se la llama
Durga. Ella es el umbral para la ilusión de la vida, ya que ella permanece
entre la Verdad y la Ilusión.
Cuando nos encontramos con la ilusión de la materia, es importante que
recordemos la Luz. Entonces la Madre nos da la “Luz en la Oscuridad”. Con esta
luz, no caemos en los peligros de la pasión, que ha mantenido a la humanidad
aprisionada desde hace millones de años. Una de las grandes pasiones es la
sexualidad. En nuestra época oscura, la falta de comprensión de la femineidad y
de la naturaleza femenina ha llevado a un gran desequilibrio. La dominación
masculina ha causado mucho sufrimiento, también para los hombres.
El Sendero Ascendente
La Madre como Durga es la clave para equilibrar el lado masculino y
femenino, la existencia subjetiva y objetiva. Ella es el principio y el punto
de apoyo en el centro que causa la rotación de la vida. Ella trabaja como la
irradiante y (diversificadora) fuerza y también como la fuerza de fusión. Durga
es adorada en Libra para que pueda abrir el pasaje secreto entre la existencia
subjetiva y objetiva. Con la ayuda de la Madre encontramos el camino hacia el
Padre al girar hacia el interior y ascendiendo verticalmente a través de la
columna vertebral, así nos desarrollamos.
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