APRENDER A VOLAR

Por Karen Berg

     

El escritor Joseph Campbell escribió: “Cuando nos aferramos a algo, corremos peligro de putrefacción”. Si no dejamos ir lo viejo, no podremos recibir las cosas nuevas que nos esperan.

Se dice que las aves le enseñan a volar al pichón a través de la separación progresiva. Cuando lo alimenta, el ave adulta ofrece la comida cada vez un poco más lejos para motivar al pichón a dejar el nido y tomar el riesgo de volar. Nosotros los humanos no somos muy distintos en este aprendizaje de abrir nuestras alas. Si tenemos

suerte, tenemos fuertes figuras parentales que nos ayudan a crecer, madurar y volvernos adultos. Una vez que ya actuamos por nuestra cuenta, solemos necesitar motivarnos a salir de nuestra zona de confort y expandirnos hacia nuevos horizontes. En la vida, necesitamos crecer constantemente o corremos el riesgo de estancarnos.

Esta semana, el llamado al cambio desde lo más profundo de nuestro corazón es una voz que no podemos seguir ignorando. En estos días recibimos la ayuda del universo para abandonar nuestras viejas maneras de pensar y ser, para volar hacia un mundo nuevo y una nueva vida. Esta semana nos preparamos para entrar en Pésaj, una festividad increíblemente poderosa, y de ese modo liberarnos de nuestro viejo ser y catapultarnos hacia una mejor versión de nosotros mismos.

La porción de esta semana es Tsav. En ella encontramos que Aharón y sus hijos aprenden los métodos correctos para realizar sacrificios en el Tabernáculo. No obstante, sabemos que la Torá es un libro viviente que siempre nos habla en tiempo real. Puede que leamos sobre Aharón y sus hijos que aprenden a realizar sacrificios, pero nosotros somos los que esta semana aprendemos a sacrificar las partes de nuestra vida que ya no nos sirven.

Somos Aharón, caminamos hacia el Creador, vemos el futuro que deseamos tener y damos los pasos necesarios para hacerlo realidad.

No es coincidencia que esta porción esté antes del increíble regalo cósmico conocido como Pésaj. Este Shabat es conocido como Shabat HaGadol, que en hebreo significa el Gran Shabat. Pésaj es la única noche del año en la que recibimos la invaluable oportunidad para liberarnos de patrones de comportamiento negativos y aceptemos nuevos patrones positivos. 

Es un regalo de libertad de nuestras adicciones y nuestro equipaje. La porción de esta semana nos prepara para este gran viaje hacia la libertad. Esta semana recibimos la valentía para quemar las partes de nuestra vida que nos agobian y nos portan negatividad, ensimismamiento y miedos que nos impiden ser todo lo que estamos destinados a ser. Cuando estamos abiertos a sacrificar nuestros pequeños deseos, logramos sentir plenitud en nuestra alma.

Suelo recordar la parábola de la vaca flaca. Había una vez un hombre pobre que vivía escasamente de la leche de una vaca flaca. Después de vivir precariamente por muchos años, un sabio maestro lo visitó e insistió en que el hombre sacrificara a la vaca para su cena. Luego de una fuerte resistencia a hacerlo, el hombre aceptó sacrificar a su vaca flaca. Esa noche, después de terminar de cenar y cuando ya el maestro se había ido, el hombre entró en profunda angustia y desespero. Sin dinero y ahora sin vaca que le diera leche, temía morir de hambre. Oró solo en lo profundo del bosque. Allí encontró un tesoro enterrado suficientemente grande como para ser rico por el resto de su vida. Esta historia muestra que cuando rehusamos pasar la página, podemos hacer que las cosas sean más difíciles para nosotros. Pero, si estamos dispuestos a hacerlo, soltar los deseos pequeños puede liberarnos para así obtener cosas más grandes y mejores en nuestra vida.

En tus meditaciones de la semana, cierra los ojos y visualízate sobre una nube en lo alto del cielo. La cálida luz del sol brilla sobre tu piel. Siente el fresco y delicado aire que pasa por tu cabello. Abajo en la tierra están las cosas que no necesitas más: tus viejos comportamientos, adicciones, envidia, aversiones y miedos. Déjalos ir. Ábrete a confiar en tu habilidad para volar y comenzar una nueva vida. Si tan sólo estuvieses dispuesto a dar el paso e intentar volar con tus nuevas alas por primera vez, verías que frente a ti hay un amplio cielo de posibilidades infinitas. Da ese paso con el conocimiento de que el Creador te observa y tus ángeles guardianes te acompañan.

Esta semana te espera un nuevo mundo. Da el primer paso, abre por completo tus alas y tu corazón, y vuela hacia tu nueva vida.