Michael Berg
El Zóhar habla de una idea muy simple que puede ayudarnos a elevar
nuestra conciencia a lo largo de Pésaj para poder recibir los grandes regalos
que están disponibles durante este período de tiempo. Hay algo llamado Shloshá
Regalim, que son los tres principales momentos de conexión, o festividades,
del año; Pésaj, por supuesto, es uno de estos, junto a Shavuot y Sucot. Durante
todo el año, la Luz del Creador está oculta y, aunque hagamos trabajo
espiritual y luchemos por conectarnos con esa Luz, hay altibajos, momentos de
conexión y momentos de desconexión. Sin embargo, los kabbalistas explican en el
Zóhar, en Emor, que durante estos tres momentos la Luz del Creador se revela
por completo, sin ninguna barrera ni obstáculo.
Por lo tanto, lo que ocurre en Pésaj es, literalmente, una revelación de
la Luz del Creador.
Además, cada aspecto negativo que existe o que se manifestará en nuestra
vida puede ser expulsado en Pésaj. Los kabbalistas explican, y el Arí lo repite
una y otra vez, que a lo largo del año sí podemos realizar conexiones y atraer
Luz, pero siempre hay fuerzas negativas a nuestro alrededor; quizá atraigamos
un poco de Luz, quizá luego perdamos un poco o quizá seamos absorbidos por el
Lado Negativo.
No hay garantías de que la Luz sea revelada el resto del año, pero Pésaj
es diferente porque la Luz del Creador llega con tanta fuerza que, si la recibimos,
nada negativo podrá aferrarse a nosotros. Por eso, a pesar de que los
israelitas estaban en el estado físico y espiritual más bajo posible, los
egipcios tuvieron que dejarlos ir, porque la Luz revelada era tan poderosa y
completa que fue abrumadora para todas las fuerzas de negatividad. Por lo
tanto, Pésaj es el único momento del año en el que el Lado Negativo debe
soltarnos, ya sea que lo desee o no, ya sea que lo merezcamos o no. No puede
seguir aferrándose a nosotros.
Cuando Rav Brandwein le habló a mi padre, Rav Berg, sobre el poder de
este día, le dijo que durante el resto del año hay prácticamente una discusión
entre la Luz del Creador y la Sitrá Ajrá, el Lado Negativo. Es como si la Luz
del Creador le dijera al Lado Negativo: “¡No! Esta persona debería tener Luz,
bendiciones, salud, felicidad y fuerza porque está conectada Conmigo”, mientras
que la Sitrá Ajrá dice: “No, no, ¡esta persona es mía! Merece tener oscuridad,
dolor y enfermedad”. En el resto del año esta batalla ocurre y, desafortunadamente,
todos la vivimos. Hay momentos en los que somos abrumados por las bendiciones
que nos da el Creador, y hay momentos en los que somos abrumados por la
oscuridad que el Lado Negativo nos impone.
No obstante, Pésaj es diferente. En Pésaj, según lo que Rav Brandwein le
comenta a Rav Berg, el Creador le dice al Lado Negativo: “Déjalos ir. Quita
todo tu control sobre cada una de las personas que desean conectarse en Pésaj”.
El poder y la belleza de este día es que es el único momento del año en el que,
si nos conectamos completamente con su energía, el Lado Negativo tiene que
soltar. Esta fue la Luz que les permitió salir de Egipto a los israelitas y
esta es la Luz que está disponible para nosotros en Pésaj.
Si bien es cierto que cada persona se conecta a un nivel diferente,
ahora entendemos que si nos conectamos con esta conciencia en Pésaj, recibimos
el regalo gratuito de este día: la sobrecogedora Luz revelada del Creador que
no permite que ninguna fuerza negativa se aferre a nosotros. Así pues, después de
Pésaj el Lado Negativo no tendrá control sobre nosotros. Ese día tiene que
soltarnos.
Allí es donde comenzamos. Sin importar la relación que tengamos con el
Lado Negativo cuando iniciemos Pésaj, si nos conectamos con el regalo que está
disponible para nosotros en este tiempo, cuando Pésaj termine no estaremos más
en contacto con la Sitrá Ajrá… o si no estamos completamente fuera de su
alcance, al menos estaremos un poco más libres de ella. Mientras hacemos
nuestras conexiones y escuchamos la lectura de la Torá durante Pésaj, sólo
debemos tener la conciencia de que la Luz está fluyendo, es sobrecogedora y,
mientras siga bañándonos, el Lado Negativo tendrá que soltarnos.
Hay vestigios del Lado Negativo aferrados a nosotros de los cuales ni
siquiera estamos conscientes. Pero si tenemos la conexión de este día, incluso
esos aspectos del Lado Negativo deben soltarnos. Mientras escuchamos la Torá y
hacemos todas nuestras conexiones durante Pésaj, tenemos que saber que la Luz
nos está bañando, y podemos pensar en los aspectos del Lado Negativo (los que
conocemos, pero, más importante aún, los que no conocemos) que la sobrecogedora
Luz del Creador está forzando a abandonarnos.
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