Centro Holística Hayden

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7 de marzo de 2018

SABER DÓNDE ESTÁ NUESTRA MENTE


Centro de Kabalah

Este año, la porción Vayakehel-Pekudei coincide con Shabat Pará, un Shabat especial que marca el inicio de la preparación para Pésaj. En este Shabat hay una lectura adicional extraída del inicio de la porción de Jukat. En el tiempo del Beit HaMikdash, si una persona era impura, no podía llegar a Pésaj, traer el sacrificio ni conectarse con la Luz de Pésaj. Y la sección de esta lectura describe el proceso de la  Pará Adumá, la vaca roja, que fue parte del modo en el que los israelitas y los cohanim, sacerdotes, se purificaban para Pésaj.
Los kabbalistas enseñan que cuando el alma deja el cuerpo después de su muerte, fuerzas negativas se pueden adherir al cadáver y eso provoca que se vuelva impuro. Toda persona que esté cerca o toque ese cuerpo recibe un poco de esa impureza. A través del proceso de la Pará Adumá se elimina dicha impureza.
Con ese proceso se vuelven impuros los cohanim, sacerdotes, involucrados en la creación de una poción que purifica espiritualmente a un individuo de todos los aspectos de negatividad y oscuridad que adquirió mediante la muerte de alguien. No tiene sentido; si estás involucrado en un proceso puro, ¿cómo te vuelves impuro? Todo el proceso de Pará Adumá suena ilógico y el Midrash en realidad deja claro que debe ser una historia ilógica. Por lo tanto, obviamente hay un secreto aquí. ¿Cuál es la Luz, el entendimiento y la conciencia que debemos recibir de ella?
En el Midrash dice que parte del proceso de purificación de la vaca roja tiene el fin de eliminar la impureza de la caída que representó el becerro de oro. Como ya sabemos, el origen de esta caída fue la falta de certeza en la Luz del Creador. Del mismo modo en el que a veces nos ocurren cosas en la vida que nos hacen perder nuestra certeza, los israelitas perdieron la de ellos. Pará Adumá está diseñada para purificar a los israelitas, y a nosotros, de esa pérdida de certeza. Pero para pasar por este proceso de purificación necesitamos entender de dónde proviene nuestra falta de certeza.
Digamos que estamos por golpear a alguien con nuestra mano. Sabemos que entonces la Luz del Creador, hasta cierto punto, es retirada de nuestra mano y, por ende, ésta se debilita espiritualmente y, con el tiempo, físicamente. Entonces, entendemos qué ocurre cuando deterioramos algo físico, como nuestra mano. ¿Pero qué pasa cuando deterioramos nuestra mente?
Primero que nada, tenemos que entender cómo deterioramos nuestra mente. Se dice que hay dos maneras principales de hacerlo: teniendo pensamientos sexuales negativos y teniendo pensamientos egocéntricos, es decir, pensar que estamos por encima de los demás. Esos dos tipos de pensamientos negativos deterioran la mente. Cuando una persona deteriora su mente, ésta se debilita.
Entonces, ¿de dónde viene la duda? Creemos que viene de las cosas que ocurren a nivel externo. Pero no, no importa lo que ocurra, la razón real de nuestra duda es porque en algún momento, quizá ayer o la semana pasada, tuvimos un par de pensamientos egoístas que nos deterioraron la mente. Así pues, ahora tenemos una mente debilitada y, en consecuencia, cuando nos alteramos somos incapaces de despertar certeza en ese momento.
El modo en el que logramos reparar nuestra mente debilitada es una poderosa enseñanza y un secreto de Shabat Pará. Lo hacemos al entender que la razón por la que no tenemos certeza en ese momento es porque nuestra mente está debilitada espiritualmente, nada más. Hemos debilitado espiritualmente nuestra mente a través de pensamientos negativos que, a su vez, nos hacen dudar y perder la certeza.
Esta es la belleza de lo que está escrito en el Midrash sobre la historia de la vaca roja. Cuando vemos la historia, una persona toca un cadáver, se vuelve impura y le rocían un agua especial para eliminar la impureza. Sin embargo, y esto es importante, en el Midrash dice que el cadáver no es lo que hace impura a la persona y que este proceso sobre el que hemos leído no la hace pura.
¿Qué significa esto para nosotros? Esto se remonta a la historia de nuestra vida. Estar alterado o tener dudas o tristeza es un indicador de que algo anda mal. Por lo tanto, una enseñanza poderosa es: ¿por qué una persona cae “accidentalmente” al lado de un cadáver y lo toca? Porque, en realidad, esa persona tiene problemas más grandes. Esa persona tiene una mente debilitada y, por eso, el Creador le dice: “Pondré una situación frente a ti para hacerte notar dónde está tu mente”.
Desafortunadamente, la mayoría de nosotros no está al tanto de dónde está su mente. Por lo tanto, cuando estamos impuros, como en la discusión de la vaca roja, está todo este proceso de purificación. Pero en realidad ese proceso no es lo más importante. Más bien lo es darnos la oportunidad de detenernos y pensar: “¿Por qué tengo esta duda? Sólo hay una razón, mi mente fue debilitada. ¿Por qué fue debilitada? Porque permití que pensamientos negativos la debilitaran y, debido a eso, esta situación me alteró. No obstante, el verdadero proceso de purificación ocurre cuando nos damos cuenta de que la situación que nos hace dudar o entristecernos ocurrió sólo para reconocer que en algún momento debilitamos nuestra mente. Esto es verdaderamente un entendimiento poderoso que recibimos de Shabat Pará y que podemos tener presente no sólo mientras nos preparamos para Pésaj, sino durante toda nuestra vida.

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