Centro de Kabalah
Este año, la porción Vayakehel-Pekudei coincide con Shabat Pará, un Shabat
especial que marca el inicio de la preparación para Pésaj. En este Shabat hay
una lectura adicional extraída del inicio de la porción de Jukat. En el tiempo
del Beit HaMikdash, si una persona era impura, no podía llegar a
Pésaj, traer el sacrificio ni conectarse con la Luz de Pésaj. Y la sección de
esta lectura describe el proceso de la Pará Adumá, la vaca
roja, que fue parte del modo en el que los israelitas y los cohanim,
sacerdotes, se purificaban para Pésaj.
Con ese proceso se vuelven impuros los cohanim, sacerdotes,
involucrados en la creación de una poción que purifica espiritualmente a un
individuo de todos los aspectos de negatividad y oscuridad que adquirió
mediante la muerte de alguien. No tiene sentido; si estás involucrado en un
proceso puro, ¿cómo te vuelves impuro? Todo el proceso de Pará Adumá suena
ilógico y el Midrash en realidad deja claro que debe ser una historia ilógica.
Por lo tanto, obviamente hay un secreto aquí. ¿Cuál es la Luz, el entendimiento
y la conciencia que debemos recibir de ella?
En el Midrash dice que parte del proceso de
purificación de la vaca roja tiene el fin de eliminar la impureza de la caída
que representó el becerro de oro. Como ya sabemos, el origen de esta caída fue
la falta de certeza en la Luz del Creador. Del mismo modo en el que a veces nos
ocurren cosas en la vida que nos hacen perder nuestra certeza, los israelitas
perdieron la de ellos. Pará Adumá está diseñada para purificar
a los israelitas, y a nosotros, de esa pérdida de certeza. Pero para pasar por
este proceso de purificación necesitamos entender de dónde proviene nuestra
falta de certeza.
Digamos que estamos por golpear a alguien con nuestra mano. Sabemos que
entonces la Luz del Creador, hasta cierto punto, es retirada de nuestra mano y,
por ende, ésta se debilita espiritualmente y, con el tiempo, físicamente.
Entonces, entendemos qué ocurre cuando deterioramos algo físico, como nuestra
mano. ¿Pero qué pasa cuando deterioramos nuestra mente?
Primero que nada, tenemos que entender cómo
deterioramos nuestra mente. Se dice que hay dos maneras principales de hacerlo:
teniendo pensamientos sexuales negativos y teniendo pensamientos egocéntricos,
es decir, pensar que estamos por encima de los demás. Esos dos tipos de
pensamientos negativos deterioran la mente. Cuando una persona deteriora su
mente, ésta se debilita.
Entonces, ¿de dónde viene la duda? Creemos que
viene de las cosas que ocurren a nivel externo. Pero no, no importa lo que
ocurra, la razón real de nuestra duda es porque en algún momento, quizá ayer o
la semana pasada, tuvimos un par de pensamientos egoístas que nos deterioraron
la mente. Así pues, ahora tenemos una mente debilitada y, en consecuencia,
cuando nos alteramos somos incapaces de despertar certeza en ese momento.
El modo en el que logramos reparar nuestra mente
debilitada es una poderosa enseñanza y un secreto de Shabat Pará. Lo hacemos al
entender que la razón por la que no tenemos certeza en ese momento es porque
nuestra mente está debilitada espiritualmente, nada más. Hemos debilitado
espiritualmente nuestra mente a través de pensamientos negativos que, a su vez,
nos hacen dudar y perder la certeza.
Esta es la belleza de lo que está escrito en el
Midrash sobre la historia de la vaca roja. Cuando vemos la historia, una
persona toca un cadáver, se vuelve impura y le rocían un agua especial para
eliminar la impureza. Sin embargo, y esto es importante, en el Midrash dice que
el cadáver no es lo que hace impura a la persona y que este proceso sobre el
que hemos leído no la hace pura.
¿Qué significa esto para nosotros? Esto se remonta a la historia de
nuestra vida. Estar alterado o tener dudas o tristeza es un indicador de que
algo anda mal. Por lo tanto, una enseñanza poderosa es: ¿por qué una persona
cae “accidentalmente” al lado de un cadáver y lo toca? Porque, en realidad, esa
persona tiene problemas más grandes. Esa persona tiene una mente debilitada y,
por eso, el Creador le dice: “Pondré una situación frente a ti para hacerte
notar dónde está tu mente”.
Desafortunadamente, la mayoría de nosotros no está
al tanto de dónde está su mente. Por lo tanto, cuando estamos impuros, como en
la discusión de la vaca roja, está todo este proceso de purificación. Pero en
realidad ese proceso no es lo más importante. Más bien lo es darnos la
oportunidad de detenernos y pensar: “¿Por qué tengo esta duda? Sólo hay una
razón, mi mente fue debilitada. ¿Por qué fue debilitada? Porque permití que
pensamientos negativos la debilitaran y, debido a eso, esta situación me
alteró. No obstante, el verdadero proceso de purificación ocurre cuando nos
damos cuenta de que la situación que nos hace dudar o entristecernos ocurrió
sólo para reconocer que en algún momento debilitamos nuestra mente. Esto es
verdaderamente un entendimiento poderoso que recibimos de Shabat Pará y que
podemos tener presente no sólo mientras nos preparamos para Pésaj, sino durante
toda nuestra vida.
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