Cáncer es un Signo Cardinal, de Agua (frío
y húmedo) Femenino, domicilio de la Luna, exaltación de Júpiter,
exilio de Saturno y caída de Marte.
Se llaman Cardinales a
aquellos Signos que corresponden al comienzo de las estaciones, Cáncer está
relacionado con el comienzo del verano en el Hemisferio Norte y, en cambio, al
invierno en el Hemisferio Sur.
El Sol atraviesa
el Signo Tropical de Cáncer entre el 21-22 de junio y el 23 de
julio
Este Ingreso es denominado
solsticio (sol-titi = Sol quieto) es el momento en que se producen los dos
cambios más importantes: días largos y noches cortas y, a la inversa, días
cortos y noches largas. Ambos fenómenos están asociados con la luz y la
oscuridad, así como también con las dos fases en que la naturaleza ofrece o
niega sus frutos.
El signo de Cáncer es
especialmente fecundo ya que en el hemisferio Norte, donde se originó la
Astrología, el Sol llega a su punto más alto y también al punto de mayor
intensidad de las fuerzas cósmicas, es cuando soplan los vientos nutricios que
hacen madurar los frutos de la tierra. El Signo de Cáncer está
relacionado con la nutrición.
El regente del Signo es
la Luna, el planeta que reina en la noche, el que nos tramite
la luz del Sol, el símbolo de la madre cósmica. Tiene una clara
conexión con el agua debido a su influencia sobre las mareas. Sus fases -que
han servido desde antiguo para computar el tiempo- sincronizan con el ciclo
femenino y simbolizan todo lo que tiene carácter de movilidad, fluidez,
transitoriedad, cambio. La Luna ha sido un instrumento de medida universal que
vincula el agua, la lluvia y la fecundidad de las mujeres, los animales, la
vegetación, etc. El simbolismo de la Luna se manifiesta en
correlación con el del Sol. Sus dos caracteres más fundamentales
derivan de que la Luna carece de luz propia y no es más que un
reflejo del Sol; además de que atraviesa fases diferentes y cambia
de forma. La identificación del Sol con el fuego condujo a que
la Luna se hiciera señora del otro gran elemento de la creación: el agua. Así
se establece la relación de la Luna con las mareas, con el
rocío de las mañanas y con la menstruación femenina; toma como punto
coincidente la fertilidad a través del agua o de la mujer. El gobierno de
la Luna se extiende a la maternidad, a la gestación, al parto,
al amor maternal, a la familia, las mujeres, la casa, la patria, las aguas, los
ríos, la emotividad, el hogar, la familia y todo lo concerniente a la
alimentación.
En cuanto a las partes del
cuerpo regidas por Cáncer y la Luna, se encuentran
el pecho, los senos, el estómago y todos los procesos digestivos.
Sus nativos
Los compasivos, intuitivos y
memoriosos nativos de Cáncer son emocionales y muy sensibles,
es por eso que comprenden los estados de ánimo de los demás. Amistosos, tiernos
y protectores, son variables, como la Luna, su regente. De
naturaleza pasiva, muestran más fuerza de inercia que de voluntad, son
caprichosos y fantasiosos. Aceptan las restricciones y, aunque son poco
conflictivos, llega el momento en que una simple gota rebalsa el vaso.
Amistosos, tiernos y protectores, compasivos. Les encanta cocinar, comer,
departir con amigos, viajar y ¡dormir! Son hogareños, les gusta vivir en el
pasado, donde todo parece más seguro y más familiar. La intuición y la
inspiración son las fuentes que alimentan su mundo de imaginación y fantasía.
Ligados a sus raíces, son nostálgicos y muy ahorrativos. Cáncer se
remonta en el pasado y tiene con frecuencia un espíritu coleccionista,
incluso aficiones de anticuario o de historiador.
Con una Carta Natal armónica,
son divertidos, amables, protectores, proveedores y hospitalarios.
En una Carta inarmónica, en
cambio, pueden ser muy cambiantes, malhumorados, susceptibles y algo perezosos.
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