Michael
Berg
En
la Haftará de la porción Behaalotjá, en la lectura de Zejaryá
(Zacarías), vemos que el profeta tuvo una visión del Sumo Sacerdote y decía que
Satán —la fuerza global que intenta evitar que cualquier individuo se conecte
con la Luz del Creador— estaba a su derecha. El lado derecho representa lo
positivo, el trabajo espiritual, y el izquierdo representa lo negativo o el
egoísmo. Y si bien la mayoría de nosotros sabe que Satán tiene mucho que ver
con el egoísmo y las acciones negativas, a menudo olvidamos que Satán también
se presenta cuando realizamos acciones positivas.
Así
pues, me gustaría concentrarme en lo que Rav Áshlag dice sobre el concepto
de klipot, que literalmente significa “cáscaras”. Cuando una
persona no tiene gran deseo de aprender profundamente, esa falta de deseo no
viene de nosotros; esta fuerza, Satán, que está involucrada en el trabajo
espiritual, nos dice que estudiemos, pero que no profundicemos tanto; nos dice
que sólo obtengamos una parte porque es mucho para nosotros. No somos nosotros
los que decimos que sí, una parte de sabiduría que aprendimos nos ayudó un
poco, pero no queremos ir más allá porque no queremos cambiar demasiado… lo
dice Satán. El Lado Negativo, las klipot, nos dicen que no
ahondemos más.
A
menudo, cuando nos referimos a nuestro trabajo espiritual —por ejemplo, el
concepto de devekut, la unificación completa con la Luz del
Creador— tenemos un concepto positivo. Pero tenemos que estar conscientes de
que Satán está allí y nos dice: “Está bien estudiar, pero detente allí. No
vayas más profundo”. Por eso, si no entendemos que el trabajo espiritual,
específicamente el estudio de Kabbalah y la Luz del Zóhar, es el aspecto en el
que se presenta Satán para intentar detenernos, entonces nunca avanzaremos. Si
creemos que la espiritualidad o el camino de la Kabbalah puede ser un camino
espiritual sólo positivo, estamos equivocados, Satán estará allí para intentar
detenernos de distintas maneras. La manera específica en la que Rav Áshlag dice
que Satán intenta detenernos es la klipá que dice: “Llega
hasta aquí, no vayas más allá”. Esta es la razón por la que muchas personas se
conforman con un entendimiento básico y superficial.
Muchos
están dispuestos a quitarse la klipá, la cáscara, pero no avanzan
hasta comerse la fruta y, por ende, no se conectan con la parte importante,
sólo se conectan con la klipá. Las acciones negativas de un
individuo le dan fuerza a todas la klipot y éstas luego
afectan al individuo diciéndole: “Ya entiendes suficiente, no tienes que
profundizar”, así evitan que ahonde en el conocimiento y la sabiduría. Este es
un concepto muy importante. No somos nosotros los que elegimos no ir más
profundo, es nuestro Satán, nuestras klipot. Así pues, tenemos
que comenzar a entender que todos nosotros tenemos esas cáscaras en algún nivel
de nuestro trabajo y entendimiento espirituales. Esas capas no es que salgan de
ninguna parte. Rav Áshlag explica que esas cáscaras son los efectos de nuestras
acciones negativas.
Se
dice que el Arí, Rav Yitsjak Luria, sudaba cuando estudiaba. Y él explicaba que
sudaba cuando rompía una klipá, porque sabía que tenía que
romper todas sus klipotpara alcanzar nuevos niveles de
entendimiento. En consecuencia, no importa lo que hayamos entendido hasta
ahora, cuánto trabajo espiritual hayamos hecho o cuánta sabiduría creamos haber
obtenido, necesitamos saber que hay mucha verdad y profundización necesaria que
aún no hemos hecho porque Satán está allí diciéndonos: “Suficiente. No avances
más. No te dirijas al conocimiento que necesitas tener”.
Por lo
tanto, todo inicia con entender que hay una cáscara que cubre el conocimiento
más profundo que necesitamos obtener y el trabajo espiritual que necesitamos
hacer. Tenemos que clamar, y este clamor debe basarse en el hecho de que
sabemos que hay una fuerte klipá que nos impide llegar al entendimiento más profundo
y a nuestro verdadero trabajo espiritual.
Podremos
obtener ese conocimiento profundo si tenemos un verdadero anhelo y deseo de
romper las klipot y crear un camino que atraviese nuestras cáscaras hasta
llegar a la verdad, hasta lo que realmente deben ser nuestro conocimiento y
trabajo espirituales. Es una lección muy importante sobre la manera en la que
debemos enfocar nuestro trabajo espiritual.
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