Centro Holística Hayden

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23 de junio de 2018

¿Qué significa evolucionar?


La vida es un constante aprendizaje, es un abanico inmenso de posibilidades y de mundos que subyacen en la mente de cada ser humano y que estos, a su vez, se ven arropados por el inmenso manto del Universo. Los tiempos han cambiado y las fuerzas energéticas que nos mueven, también. Nos hemos convertidos en seres racionales pero a la vez, en seres espirituales. Buscamos la manera de conectar lo mejor de dos mundos para poder sobrevivir a nuestra realidad de una manera única, nueva y transformadora. No olvidemos que dentro de nuestro interior existe energía única y renovadora, energía que deviene de los dioses más antiguos y primigenios que habitaron el mundo, esos, a los que muchos de nosotros, llamamos ‘Maestros Ascendidos’.


Vivimos momentos en donde el mundo evoluciona aceleradamente, en donde la tecnología toma un poder considerable y en donde las fuerzas de la élite cobran protagonismo ante los más débiles. Muchos consideran estos tiempos como apocalípticos. Tiempos en donde la maldad ha cobrado impulso, en donde las fuerzas de poder político y económico agobian al ciudadano común y en dónde muchos tratan de sobrevivir en medio de lo cambiante que se ha convertido todo. Nos enfrentamos a los momentos, quizás, más tristes y dolorosos de nuestra historia contemporánea.

Terrorismo, hambre, trata de gente, éxodos, expoliaciones, torturas y más. Pareciera que el mundo no fuera a cambiar, incluso, nos atrevemos a decir que las cosas han mejorado, pero en nuestra contemporaneidad, seguimos viviendo y viendo historias tristes, complicadas y dolorosas en donde debemos saber trabajar bien las energías para poder avanzar por el camino correcto y no sucumbir ante todo ello.

Me atrevería a decir que el mundo no ha cambiado y nada cambiará, seguirá existiendo guerras, hambre, prostitución, en fin, seguirá existiendo maldad, lo único que puede cambiar, es nuestro mundo interior. Ese mundo que solo nosotros creamos y que solo nosotros podemos trabajar, en donde nada ni nadie se involucra y en donde solo somos uno con nuestra propia esencia, en donde somos esa energía que mueve todo lo que está cerca de nosotros. Y, todo esto se alcanza con evolución y muchísima convicción. No podemos hacer nada por el mundo entero, pero si podemos hacer todo, por nuestro mundo interior, lo importante de esto, recae esencialmente en las ganas que tengamos para ser cada vez mejores personas.

Trabajar las energías que nos mueven es complicado, pero aún más complicado es seguir en los mismos lineamientos de algo que por mucho que critiquemos, seguimos haciendo. Es bien sabido que si quieres cambiar algo para ser feliz, entonces tienes que hacerlo, de lo contrario sigue haciendo lo mismo. A veces nos preocupamos por tantas cosas complicadas que vivimos y atravesamos que no entendemos el verdadero significado de vivir y existir. La esencia que nos mueve, no se debe ver motivada por lo material, ni mucho menos por el dinero, la fama, los lujos, ni el odio, ni la rabia. Lo que nos debe mover, como motivo de vida y existencia debe ser equiparable con aquello que realmente nos haga feliz y nos libere de lo que nos agobia.

El hecho de que seamos seres humanos, ya hace complicada la existencia y, ¿vamos a complicarnos más? Es preciso que veamos el hecho de vivir y existir como un proceso evolutivo, como un profundo proceso en donde tenemos que saber sobrellevar los embates de la vida, sin anclarnos a lo negativo ya que estaríamos atando nuestra alma a la infelicidad. Quizás el significado de felicidad sea muy subjetivo, y lleno de aseveraciones que no todos compartamos, pero de algo estoy seguro, todos consideramos que la felicidad es algo que, parafraseando a Kant, nos termina de elevar, llenar de vida, nos conecta y nos produce un goce estético en donde, por un momento o por mucho tiempo nos sentimos felices. La felicidad, quizás sea eso, disfrutar de la vida y sentir placer y fascinación por las pequeñas cosas que nos rodean.

¡Fascinante! El mundo es fascinante y el hecho de vivir, también lo es. Debemos comprender el verdadero sentido de nuestras vidas, para de ese modo poder elegir el camino correcto a nuestra evolución. ¿Sabes lo que quieres? ¿Eres feliz con eso? ¿Quién eres tú? ¿Te sientes conforme con lo que eres?Estas simples preguntas, podrían llevarnos años en responder, porque, como dijo Sócrates: ‘Solo sé que no sé nada’. Simplemente maravilloso. A veces no saber nada, nos motiva a conocer lo desconocido y nos lleva a vivir momentos únicos en donde nuestro objetivo se convierte en una travesía fascinante por encontrarnos a nosotros mismos y conocernos.

Evolucionar es una cosa extraordinaria, el hecho de ser personas cambiantes, nómadas, llenos de amor y de pasión nos lleva a vivir episodios que, algunas veces son maravillosos y otras, simplemente no. Pero que a fin de cuenta, nos permite crecer en este complicado mundo. Cuando nos referimos a evolucionar nos referimos a trascender, nos referimos a conocer, saber y elevar nuestro espíritu. Es preciso entender que el espíritu tiene tres atributos importantes y que debemos saber trabajar. Ellos son, el amor, la libertad y la inteligencia. Así que, cuando estos están vibrando en perfecta armonía, hemos por fin, alcanzado la elevación que necesitamos.

Es importante aclarar que el Espíritu en esencia es totalmente perfecto, pero su vibración suele estar desviada, y regresar a su estado primigenio nos lleva a establecer ciertas cosas de importancia que lo permita, es decir, hacer buenas obras, encontrar paz, perdonar, olvidar y sanar las heridas del alma, por solo nombrar algunas. Debemos dejar claro que los maestros ascendidos que han visitado la tierra, es decir, Jesús, Buda, Krisna, entre otros, siempre han buscado profesar en sus doctrinas esa búsqueda primigenia del alma. Sus bases han sido sólidas y han conformado los puntos esenciales para la fundación de religiones que han permitido canalizar nuestro espíritu para poder alcanzar la elevación que necesitamos.

No olvidemos que la evolución es una ley espiritual transitoria, evolucionamos en el aquí y en el ahora. Cuando por fin alcancemos dicha evolución, ya no habrá razón de ser, porque la esencia se habrá esfumado, pero lo importante de todo, es que a pesar de que todo dejo de ser ley, nuestro espíritu y nuestra esencia, habría trascendido y con eso, habremos de completar dicha evolución. En esta vida, cumplimos misiones de vidas pasadas, cerramos contratos kármicos y evolucionamos en esencia. Dicha evolución se basa en la búsqueda del amor propio, que nos lleva a encontrar la libertad que nos merecemos a través de los conocimiento para reforzar nuestra inteligencia, en donde el compromiso esencial es trabajar en el mejoramiento del mundo, quizás no del que nos rodea, pero nos basta con hacer lo mejor por el nuestro. Todo esto nos permitirá evolucionar y trascender qué es lo realmente importante.

Evolucionar, no significa ser de mente cerrada, cuadrada, evolucionar, significa conocer todo, ir más allá de lo que llaman ser cierto y correcto. Evolucionar implica conocernos a nosotros mismos, amarnos, vibrar en sintonía con el respeto, la paz y la solidaridad para que por fin, podamos reconocernos, entre seres humanos como hermanos de un mismo conjunto energético y no simplemente como negros, blancos, y demás. Evolucionar implica horas a solas, horas conociendo el verdadero misterio de nuestra alma, significa escudriñar entre lo más profundo de nosotros, saber qué es lo que nos hace diferente, qué es lo que nos hace personas realmente únicas. Evolucionar es un proceso en donde los factores más mínimos influyen y en donde, solo lo logra aquel que haya podido trascender, ser feliz, haber amado y que por medio del conocimiento y la inteligencia haya alcanzado la libertad plena de sentirse tranquilo y en paz consigo mismo, aceptando su propia esencia como algo único e irrepetible.

Evolucionar, ser feliz o trascender, no significa necesariamente riquezas económicas, no significa cuantos autos, dineros y lujos tuviste. Evolucionar y ser feliz significa estar en paz con nosotros y trascender es aquello que nosotros logramos gracias a la evolución, a la felicidad y al amor que tenemos por el que es igual a nosotros. Ese es el verdadero sentido de la evolución. Nuestro espíritu se eleva y se conecta con las altas vibraciones energéticas cuando logras establecer una armonía entre amor, libertad e inteligencia en nuestro espíritu, de lo contrario, seguiremos siendo infelices.

Trabajemos la elevación espiritual como algo necesario. ¿Cómo alcanzarla? Simplemente debemos cambiar, debemos dejar de hacer lo mismo, debemos enfocarnos en nosotros mismos. Debemos respondernos las siguientes preguntas:

1.   ¿Me amó tal cual soy?
2.   ¿Soy feliz? ¿Por qué?
3.   ¿Lo que estoy haciendo me está llevando al lugar que quiero estar mañana?
4.   ¿Quién soy y que quiero ser mañana?
5.   ¿Qué estoy haciendo para trascender?
6.   ¿Hay odio o rencor dentro de mí?
7.   ¿Respeto y acepto a mis iguales?
8.   ¿Confío en mí?
9.   ¿Crees que hay cosas que desconozco de ti? (Excelente para hacer frente al espejo)
10.               ¿Vivo en armonía con los mío?

Hay muchas más, pero debemos empezar con lo básico, tenemos que hacer hincapié en ello, tenemos que trabajar e inculcarles a nuestros hijos el valor de ser feliz y de estar en armonía con los nuestros, hay que enseñarle el valor del amor, el respeto y la tolerancia. Tenemos que trabajar el amor propio, la seguridad y sobretodo, el conocimiento. Recordarles que el conocimiento nos hace libres y que el libre albedrío es algo que nada, ni nadie nos puede arrebatar. Debemos hacerles saber que la felicidad no está en lo material, sino que al contrario, la felicidad está en la esencia de ser, existir y vivir en armonía con el mundo que nos rodea.

¡Trabajemos la luz!
Evolucionemos y sigamos creciendo.


EDUARDO LUZ

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