En la
astrología esotérica que nos propone el Maestro Tibetano a través de Alice
Bailey hay varias ideas que, en relación al pensamiento clásico astrológico,
podemos considerar revolucionarias. Una de ellas es lo que Él
llama “la rueda revertida”. Una idea que afirma que cuando la
conciencia humana empieza a ser guiada, influenciada o reorientada por el Alma,
el sentido de la rueda zodiacal con sus 12 signos, que hasta entonces, avanzaba
en el sentido de las agujas del reloj, cambia de dirección para avanzar en
contra de ellas.
Al sentido
de las agujas del reloj, es decir de Aries a Tauro vía Piscis, Él
lo llama “el ángulo de la forma, el orden natural, la retrogradación a
través de los signos”, es el camino que demuestra el aspecto
involutivo de la materia.
Al segundo
sentido, de Aries a Piscis vía Tauro, lo llama “el ángulo
del alma, el orden espiritual, el tránsito correcto a través de los signos”,
es el camino que demuestra el aspecto evolutivo de la materia.
En forma
esotérica podríamos decir que es la condición de la conciencia humana la que
crea su peculiar “forma de mirar” al Sol con sus 12 signos; “el observador
modifica lo observado” y en el siguiente texto el Maestro nos deja entrever las
causas de dicha situación:
“He hablado de los métodos de prosecución alrededor del zodíaco: el
método común de Aries a Tauro, vía Piscis, y el método esotérico de Aries a
Piscis, vía Tauro. Se refieren a la evolución humana, la única que
consideraremos en este tratado de Astrología. Pero en el ciclo involutivo
mayor, que concierne al movimiento masivo del espíritu-materia y no al progreso
individualizado del hombre, el movimiento es de Aries a Piscis, vía
Tauro. En esta verdad se halla oculto el secreto del pecado original
del hombre, porque tuvo lugar una orientación errónea en una etapa de la
historia humana, y la familia humana fue en su totalidad contra la corriente
zodiacal normal -por así decirlo- y únicamente en el sendero del discipulado se
logra la correcta orientación y la humanidad penetra en el ritmo correcto del
progreso”.
Astrología
Esotérica de A. Bailey Capitulo de Géminis.
Es decir que
desde el ángulo de la humanidad la dirección correcta de la rueda zodiacal ha
sido corrompida a través de su ancestral actitud errática vinculada “al pecado
original” y que solo gracias al Amor del Alma, con su respectivo
“arrepentimiento” o el reconocimiento interno del error, será posible
restablecer el camino y la injustamente “maltratada” materia podrá
ser transmutada o redimida.
Esta
aparente dualidad (vinculada al pecado original y su posible arrepentimiento)
bien podemos relacionarla con la parábola del Hijo Prodigo, siendo
el “hijo que abandona el hogar del Padre” el orden materialista y la del “hijo
que retorna” el orden espiritual, el retorno al origen o raíz divina.
Si
analizamos brevemente los significados de los 12 signos desde
el ángulo retrogradopodemos decir que “el hijo que se aleja del Padre”
penetra en la rueda a través de Piscis, la fluidez de la sustancia material
que a través de Acuario crea el deseo en la forma, que en Capricornio se
materializa como ambición, que en Sagitario es la búsqueda del alimento, que en
Escorpión se muestra como ilusión o engaño, el tocar fondo que obliga en Libra
a tomar la decisión de excluir para que en Virgo reine solo la materia que en
Leo es expresión del yo egoísta, el yo materialista que domina al otro y que en
Cáncer es el aislamiento de este yo en relación a la masa, que en Géminis es la
dualidad no relacionada, falta que en Tauro será lucha y desmayos por poseer lo
que no es propio que en Aries será la muerte con el fin de buscar una nueva
forma/deseo.
Es claro que
en este camino el tirón que ejerce la materia tiene una clara vinculación con
la actitud egoísta de la conciencia intencionada o manipuladora (por ello
pecado) y su resultante apego inestabilidad y falta de libertad.
Si por el
otro lado analizamos los 12 signos desde el angulo “del hijo prodigo
que retorna a la casa del Padre” podemos decir que su primer impulso
en Aries se materializa como una mente (luz) clara y rectora que desde Tauro
ilumina la correcta visión de las formas, el deseo taurino entendido como
fuerza inteligente que en Géminis se descubre como la relación entre los “dos
hermanos”, personalidad material y el alma espiritual, dualidad que
en Cáncer se manifiesta como una forma unificada que en Leo es percepción
consciente de esta forma en relación con su entorno y que en Virgo, gracias al
aspecto luminoso de la conciencia, se refleja como el amor que
reside en su interior, es entonces que en Libra, con vocación de
mostrar una unidad superior a la mostrada por primera vez en Cáncer, se elige
transitar el camino que hay entre las dos grandes líneas de fuerza, el amor
como el punto medio entre los “dos hermanos”, que en Escorpión es la tensión,
lucha y experiencia que purifica y unifica las diferentes fuerzas,
transmutación que en Sagitario es dirección espiritual, que en Capricornio es
realización espiritual, que en Acuario es servicio universal y que finalmente
en Piscis es la expresión en la formas externas de la vida de aquel amor que en
Virgo residía en el interior, el Cristo que, bajo la luz del Sol, ando la
Tierra para así morir en Aries y resucitar a la Vida.
Queda claro
que en este camino hay un reconocimiento consciente de la dualidad, una actitud
que trata de reorientar, redimir o perfeccionar a la forma/materia a través del
Amor del Alma. Ella, el Alma, es el gran mediador, la Conciencia interna que relaciona
comprende y unifica “lo de arriba con lo de abajo” .
Es clara
pues la posición de los dos caminos, ahora bien, la pregunta es, como y
cuando una conciencia cambia su orientación y decide “retornar al
Padre”?
Podemos
decir que la clave está en la correcta recepción y aplicación por parte de la
conciencia de las energía i/o significados de Tauro y Libra.
Tauro marca vida tras vida la motivación con su lucha o empuje esencial.
La fuerza del “toro” es el deseo relacionado con el instinto
inferior o natural animal que tras muchas vidas, y desde la conciencia mas
evolucionada, puede ser entendida y experimentada como una fuerza (deseo)
elevadora: la aspiración del Alma. Transmutar el deseo en aspiración es algo
que pertenece a la conciencia y a su capacidad, quizás mejor dicho necesidad,
de adquirir valores más acordes con su estado evolutivo. Valores más
espirituales y refrescantes que transformaran el característico deseo taurino
personal, testarudo y poderoso, en expresión del Alma, creadora e
incluyente. La adquisición de ideas espirituales hace que la conciencia hasta
entonces identificada con las tendencias más básicas y egoístas cambie su
polarización y se sienta atraída, por así decirlo, por tendencias más elevadas
y altruistas.
Es gracias a
la aspiración (por aquello que se siente como mejor) que los chakras más
inferiores del cuerpo humano empiezan a ser atraídos por los más superiores; el
ser humano se torna más subjetivo, reflexivo, se intro-proyecta en su-si-mismo
y muy lentamente (durante muchas vidas) deja de proyectar sus ancestrales
deseos en las formas externas de la vida.
Evidentemente,
debido a la poderosa dualidad que manifiesta, este es un proceso “doloroso” con
tendencia a frustrar los deseos personales en detrimento de la energía más
novedosa y atrayente del Alma, y es justo en este momento que
aparece la cualidad deLibra, como la posibilidad de ponderar
las contrafuerzas tensionadas. Libra en esta etapa de la evolución es
el poder de la mente, la aplicación del sentido común, el inteligente
equilibrio entre las diferentes tendencias kármicas, con sus distintos y
contrapuestos deseos y temas clave (problemáticos) para cada vida. La balanza
es la inteligencia que comprende la dificultad como una oportunidad, de ahí que
en ella esté exaltado Saturno, el regente del 3Rayo de Inteligencia Practica.
Ella es la cualidad que escoge el camino medio entre materia o
espíritu, alma o personalidad, yo - no-yo, deseo básico – deseo sublimado,
egoísmo o altruismo, virtud o pecado…, y es gracias a Libra que existe un lugar
de descanso entre estas dualidades, un espacio en la mente, el silencio
inteligente, la clara mirada (ojo único o no dual) que tanto necesita “el toro”
siempre ciegamente enfrascado y a menudo frustrado y entristecido en su lucha
ancestral.
Tauro, el
portador del 4Rayo, crea el intenso conflicto que a través de
Libra, la portadora del 3Rayo de Inteligencia práctica, se
demuestra como poder creador de Armonía o Belleza.
Recuerden
que los planetas expresan a través de sus cualidades o rayos secundarios el
significado principal del Signo y su Rayo Regente.
Venus, como regente exotérico de Tauro, es la expresión del deseo
enfocado en las formas lunares en este signo exaltadas.Venus, en el nivel de
conciencia personal - material taurina se relaciona con la afectividad, el
deseo – emoción anclado en el plexo solar y proyectado i/o arrastrado por las
fuerzas instintivas del sacro. En este signo el deseo y su componente emotiva
se mezcla con el instinto y sus naturales necesidades, una mezcla problemática
por su fuerte componente karmico que podríamos sintetizar en la siguiente
pregunta: ¿cuándo la necesidad instintiva es el fiel reflejo de un noble deseo
o cuando la necesidad instintiva está manipulada por el deseo egoísta?, la
respuesta no es fácil porque los matices son muchos, pero si cabe decir que
todo aquello que se vive con excesiva preocupación (sin cierta espontaniedad)
suele tener su raíz en el egoísmo.
Por otro
lado Venus, como regente exotérico de Libra, es la mente no
condicionada por la emoción, es la inteligencia que revela el
significado y resultado del deseo promovido por el toro. Surge
entonces el equilibrio, la luz mental concreta del 5 Rayo que
permite transmutar la fuerza personal enfocada en el sacro en fuerza creadora
del Alma enfocada en el chakra laringe. Recordemos que el verdadero asiento de
Tauro/Venus es la garganta, el poder creador del Alma expresado como el sonido,
la voz, el verbo.
Cuando
gracias a los significados de Libra la fuerza de Tauro es atemperada y puede
empezar a ser dirigida por el Alma aparece Vulcano, el
regente esotérico de Tauro, regido por el 1 Rayo de Voluntad y Poder. “El
forjador en la cueva” es la persistente y constructora voluntad del Alma de
modelar o expresar el Bien en y a través de la forma. EnTauro la belleza o
armonía de la forma es el reflejo constructor del Alma y la ciega y
conflictiva lucha por poseerla (a la forma) es el reflejo de la clásica
testarudez de la personalidad taurina.
La
aspiración del Alma y el deseo de la Personalidad en verdad son dos actitudes
con las que la conciencia en evolución (hasta la tercera iniciación)* ha
de convivir; convivencia que genera un profundo sentido de la dualidad
conflictivo y doloroso pero también divinamente inspirador.
Este proceso
psicológico trae consigo la reorientación de la “voluble” Cruz Mutable (la cruz
de la Personalidad) y la ascensión a través de Tauro a la “luz” de la Cruz Fija
(la cruz del Alma), el lugar donde, a través de la aplicación inteligente de
las regencias esotéricas, definitivamente se purifica y transmuta la Cruz
Mutable; pero esta forma de entender las cruces es otra de las ideas del
Maestro que desarrollaremos en próximos artículos.
Acabemos
pues, volviendo al concepto Rueda Revertida, con un texto muy sugerente del
Mismo:
“Toda la cuestión, respecto a la rueda giratoria en su acción y efecto
duales sobre la conciencia debe permanecer como un problema abstruso
y difícil, hasta el momento en que los astrólogos hayan desarrollado una
conciencia cuatridimensional y conozcan el verdadero significado de la frase
bíblica: “La rueda que gira sobre sí misma”. En realidad la rueda no
gira hacia atrás o hacia adelante como las ruedas comunes, sino simultáneamente
en ambas direcciones y también en ángulo recto. Le resulta imposible a
la conciencia humana captar todavía este hecho”.
Alice Bailey – Astrología Esotérica. Capitulo de Géminis
Al leer el
texto podemos decir que en verdad vivimos en una ilusión, una ilusión muy
condicionada por nuestra forma dual de observar el mundo, por nuestra capacidad
de descubrir el yo a través del no-yo; así como también por nuestra cada vez
más creciente capacidad no dual de percibir al Ser en el Todo, que en Su Eterno
Presente, siempre fue y siempre será.
Articulo inspirado por la Luna llena de Géminis;
Cástor debe su inmortalidad a Pólux.
Pólux se sacrifica por Cástor.
D. S. III, 129.
`* 3
iniciación es aquella actitud psicológica (básicamente incluyente y
con vocación espiritual) que trasciende la dualidad gracias al control que
ejerce el alma o conciencia sobre los 3 mundos (físico-astral-mental concreto)
de expresión material-personal.
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