Michael Berg
La porción Shemot cuenta la famosa historia
del nacimiento de Moshé, su llegada a la casa del Faraón y cómo al final fue
elegido para ser quien guiaría a los israelitas para salir del exilio. Por lo
tanto, esta porción nos enseña sobre liderazgo y revela una herramienta muy
importante que Moshé usó para convertirse en quien sacaría a los israelitas del
exilio, una herramienta de la que todos podemos aprender.
En la vida todos somos líderes con diferentes
esferas de liderazgo, eso quiere decir que cada uno de nosotros tiene la
capacidad de enseñar o ayudar a distintas cantidades de personas. Al entender
esto, nos damos cuenta de lo importante que es desarrollar nuestras propias
habilidades de liderazgo. Una poderosa manera de hacerlo es estudiar a Moshé,
uno de los más grandes líderes.
Así pues, la porción Shemot dice: “Crecido ya
Moshé, salió a donde sus hermanos y vio sus sufrimientos…”. El Midrash explica
que Moshé no se quedó viendo simplemente el sufrimiento de su gente; más bien
salió específicamente para ver su sufrimiento y “fijó sus ojos y corazón para
sufrir por ellos”. Lo que nos dice el Midrash aquí es que Moshé sabía de la
dificultad que afectaba constantemente a sus hermanos, y también sentía su
dolor. Pero si ese era el caso, entonces ¿por qué sintió la necesidad de salir
a ver lo que ocurría y concentrar sus ojos y corazón en sentir el dolor?
Moshé nos enseña con esto una de las
lecciones espirituales más importantes. Quienes estamos involucrados en trabajo
espiritual sabemos que gran parte de nuestro crecimiento depende de cuánto nos
esforzamos por ayudar a los demás, tanto espiritual como físicamente. Pero la
verdad es que la mayoría nos quedamos muy cortos en esta área. Somos
conscientes de que hay dolor y sufrimiento alrededor del mundo, y sabemos que
al revelar más Luz del Creador en el mundo, a través del trabajo espiritual,
podemos eliminar una parte de la oscuridad que lo provoca. Sin embargo, a pesar
de todo este entendimiento no nos motivamos lo suficiente a hacer lo posible
por eliminar una parte del dolor y el sufrimiento que hay en el mundo.
Moshé nos muestra en esta porción que no es
suficiente saber sobre el dolor que hay en este mundo; tenemos que concentrar
verdaderamente nuestros ojos y corazón en ello. Nuestro Deseo de Recibir para
Sí Mismo, el cual no nos permitirá levantar ni un dedo si no es en nuestro
beneficio, es tan fuerte que ni siquiera nuestra conciencia sobre el dolor nos
ayudará a romper nuestra naturaleza y salir a ayudar a los demás por completo.
Por eso, debemos recordar constantemente concentrar nuestros ojos y corazón en
el dolor; al hacerlo, quizá podamos romper nuestro ego y motivarnos a ayudar a
los demás. Esta es una lección muy importante.
Si seguimos el ejemplo de Moshé podremos
sentir realmente el dolor de los demás, lo que nos motivará a salir de nuestra
zona de confort y compartir de verdad. Y en Shabat Shemot podemos pedir, y
recibir, su ayuda para concentrar nuestros ojos y corazón en el dolor y
sufrimiento del mundo
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