Por Karen Berg
En este momento, mientras lees esto, quizá
estés solo en una habitación u oficina. Pero a tu alrededor hay energías que no
están a simple vista. Por ejemplo, con los ojos no podemos ver la luz
infrarroja ni la luz ultravioleta. Las ondas de radio, la Internet,
conversaciones por celular y una infinidad de medios de difusión circulan a tu
alrededor de manera invisible.
La ciencia confirma que de verdad nunca estamos
solos. No obstante, incluso antes de la existencia de estas tecnologías, no
estábamos solos. Siempre hemos sido acompañados por una red de ángeles que nos
guían y nos ayudan en el viaje de nuestra vida. La energía nos rodea en cada
momento de cada día. Más importante aún, la omnipresencia y el gran amor del
Creador está con nosotros. El Creador siempre está con nosotros y nos cuida,
nunca nos abandona ni nos olvida. Aunque a veces parezca que estamos solos o
que nos han olvidado, nunca es así. Vinimos a este mundo con un propósito:
desarrollar nuestra propia Luz. ¿Una vela puede brillar en presencia del sol?
Aceptamos venir a este mundo para vivir la ilusión de la soledad, pero solo es
una ilusión. Cuando era niña viví una experiencia terrorífica. Unos niños me
arrojaron a un foso y quedé atrapada allí. Estaba sola y temía morir. Tenía
mucho miedo al principio, pero luego comencé a sentir la presencia del Creador.
Una sensación y un “conocimiento” llegaron a mí. Supe que no estaba sola y que
sería protegida, y efectivamente así fue. Esa no es solo mi experiencia, cada
uno de nosotros es llevado delicadamente en la mano del Creador. Nunca estamos
solos ni somos olvidados. Hay una fuerza más grande que nosotros que nos
acompaña mientras nos formamos para nuestro futuro. Esta semana recibimos el
regalo de fortalecer y restablecer nuestra conexión con el Creador. Recibimos
un cordón umbilical en cualquier oscuridad en la que estemos para que
iluminemos nuestro mundo. Se nos reafirma que el Creador nos está cuidando y
que el lugar en donde estemos está diseñado para nuestro máximo crecimiento.
Hay una Luz que emerge al final del túnel, es el amor del Creador y tú eres
resguardado en Sus brazos.
El Creador siempre provee ayuda a Sus hijos.
Cada semana tenemos una porción de la Torá para ayudar a toda la humanidad a
eliminar las dificultades de la vida y traer bendiciones. La Torá, compuesta
por cinco libros, es una gran revelación de Luz que puede ser usada por el
mundo. Nuestra porción de esta semana es Shemot. Shemot es el primer capítulo
del segundo libro de la Torá. Asimismo, desde la porción de Shemot hasta la
porción de Mishpatim hay una ventana de tiempo que se abre para toda la
humanidad y que nos ayuda a deshacernos de nuestros comportamientos negativos y
bloqueos espirituales, ventana diseñada por el Creador para sus queridos hijos
con el fin de que mejoremos nuestra vida. Shemot cuenta la historia de los
descendientes de Yaakov. En este punto, Yaakov y sus hijos ya habían dejado el
plano físico. Los descendientes, conocidos como israelitas, eran esclavos en
Egipto. Habían tenido una vida próspera y alegre, pero en ese momento tenían
una vida de esclavitud y negatividad. En la vida quizá entremos en períodos de
tiempo difíciles. Durante estos períodos hacemos nuestro mayor esfuerzo por
superarlos y avanzar hacia un futuro mejor y más brillante. Pero no tenemos que
hacer solos el trabajo de eliminación del caos. El Creador siempre está allí.
Los israelitas oraron y fueron escuchados. La Torá dice: “Dios oyó su gemido y
se acordó Dios de Su pacto con Avraham, Yitsjak y Yaakov. Y Dios vio a los
hijos de Israel y los tuvo en cuenta”. En Shemot nació nuestro más grande líder
y profeta, Moshé. Él es un mensajero del Creador para sacar a los israelitas de
la esclavitud de Egipto y para sacarnos de los desafíos de nuestra vida. Moshé
es mitad humano y mitad ángel, y trabaja con un equipo de ángeles que todos
tenemos a nuestro alrededor. Cuando los israelitas se sintieron más
desesperados, el Creador comenzó el proceso de redimirlos y crear una mejor
vida para ellos. El Creador le indicó a Moshé un plan para liberar a los
israelitas e iniciar su proceso de redención. Los tiempos estaban por cambiar
para los israelitas porque sus oraciones fueron escuchadas.
En la vida habrá períodos de dificultades y
desafíos. Sin importar nuestro contexto social o posición económica, la vida
está llena de alegrías y tristezas. Vinimos a este mundo para vivir ambas y
crecer a partir de ellas. Los desafíos en la vida son los que nos permiten
llegar al siguiente nivel de madurez de nuestra alma y nos enseñan a
conectarnos más con el Creador. Al igual que un músculo que recibe un fuerte
peso, nosotros nos fortalecemos gracias a la vida misma. Nuestras almas
entraron a estos cuerpos para vivir esta “escuela terrenal” para poder
desarrollar nuestro espíritu. Nos han concedido el regalo de la vida para
aprender a unirnos con el Creador y crecer para llenar los grandes zapatos que
nos asignaron. Somos más seres crecientes que seres vivientes. Cada desafío que
enfrentamos está diseñado para dicho propósito. El Creador sabe exactamente
dónde estás y lo que estás haciendo. Somos escuchados y la ayuda viene en
camino. Nada dura para siempre, ni siquiera nuestros desafíos, estos también
deben tener su fin tarde o temprano. La Luz siempre brilla al final del túnel.
Solo necesitamos estar dispuestos a confiar en que siempre estamos firmemente
sujetados en la palma de la mano del Creador y nuestro futuro está destinado a
ser bueno.
En nuestras meditaciones de esta semana,
recordamos la ayuda que a menudo no podemos ver. Las redes de ángeles nos
rodean, nos bendicen y nos guían por nuestro camino. La Luz del Creador siempre
brilla sobre nosotros, nos mantiene cálidos y seguros. Los grandes maestros nos
dicen que la vida solo es un puente angosto que debemos cruzar. Solo se nos
pide que no tengamos miedo. Cierra los ojos. Visualízate siendo resguardado por
el Creador. Piensa en un desafío que podrías estar viviendo. Recuerda que todo
pasa y esta dificultad también pasará. Ve a tus ángeles rondando y la Luz del
Creador que brilla sobre ti. Sabe de corazón que no estás solo y que el proceso
en el que te encuentras, a pesar de las dificultades en las que puedas estar,
se presenta para motivar tu crecimiento espiritual. El Creador sabe que la vida
no es fácil. Sabe cuándo tienes miedo o dolor. El Creador nos sostiene con más
firmeza en los momentos más oscuros de nuestra vida. Podemos estar seguros de
que nunca estamos solos, la redención vendrá y tendremos una buena vida. Hay
una hermosa Luz al final de cada túnel, es el Amor del Creador que espera por
ti.
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