Por Karen Berg
Recuerdo la parábola en la que un
rey recompensa a un miembro de su reino con una hora en la sala de los tesoros
del palacio. En esa hora podía tomar todo lo que deseara. Sin embargo, el rey
tenía un plan. Sabía cuánto este hombre amaba la música. Así pues, cuando la
hora comenzó, el rey llevó a los mejores músicos de la región para que tocaran.
Tal y como el rey
sospechó, el hombre pensó: “Tengo toda una hora para agarrar
tesoros, por supuesto que me puedo detener un momento a escuchar esta hermosa
música”. Pero la hora pasó en un abrir y cerrar de ojos. Justo cuando el hombre
se dirigía a tomar el primer tesoro, alguien lo sujetó por la muñeca y le dijo:
“Se acabó el tiempo”. Venimos a este mundo para cumplir el propósito de nuestra
alma, pero a menudo nos salimos del camino para perseguir las hermosas
distracciones de la vida. Desafortunadamente, algunas personas viven 70 años
como si hubiese sido solo un día. No obstante, en el camino de la
espiritualidad podemos dejar atrás las ilusiones y dirigirnos hacia una
plenitud auténtica en la que está el Creador. Elegir un camino espiritual a
pesar de todas las distracciones de la vida puede ser una labor colosal, pero
esta semana recibimos apoyo para realizar este trabajo divino. Al final de la
semana, la luna casi llena del mes de Capricornio se propaga por el universo y
con ella viene todo el magnetismo del mundo físico. Pero, si estamos dispuestos
a ver más allá de la “hermosa música”, podemos descubrir una canción aún más
hermosa en el interior: nuestra alma. Esta semana podemos descubrir
nuestra verdadera misión espiritual. El cosmos nos otorga el regalo de esta
semana que consiste en fortalecer nuestra conexión con nuestra alma para que
vivamos de verdad.
Nuestra porción y guía de la
semana es Vayejí. Vayejí significa “y vivió”. Esta porción es la encarnación de
la vida de nuestro patriarca, Yaakov. La Kabbalah enseña que Yaakov era como el
sol. Proporcionó energía a generaciones futuras y creó las doce tribus de
Israel. Él es la manifestación del equilibrio y la armonía, la carroza de gran
Luz espiritual. Yaakov nos mostró el camino para tenerlo todo. Unió a las dos
fuerzas de este mundo: recibir y compartir, y el cuerpo y el alma. Nos dio la
metodología para ser capaces de recibir toda la energía del Creador cuando
compartimos. Yaakov es el corazón de nuestra estructura y proceso espirituales.
La porción de esta semana revela los últimos años y días de su vida en Egipto.
“Yaakov vivió diecisiete años en la tierra de Egipto”, nos dice la Torá. ¿Qué
significa esto? Significa que Yaakov nos da el sistema espiritual para
vivir satisfactoriamente en nuestro mundo hoy en día. Él
preparó el camino que muestra cómo vivir auténticamente para el provecho de
nuestra alma a pesar de vivir en un mundo con tantas interferencias. Egipto
representaba todos los placeres físicos del mundo. Aún viviendo en dicho
ambiente, Yaakov pudo encontrar su Luz interior y vivir. Mientras que otras
personas quizá sucumbieron ante las costumbres de Egipto, Yaakov no lo hizo. Él
venció y se volvió aún más espiritual. Yaakov luego pudo transferir su Luz y
bendecir a sus hijos, nuestros futuros patriarcas, para que lograran hacer este
mismo trabajo. Yaakov nos bendice a todos nuevamente esta semana para superar
los desafíos de la vida y descubrir victoriosamente la Luz interior. Yaakov
completó su trabajo espiritual y descubrió la Luz de su alma. Nos bendice a
todos con fortaleza y poder para que hagamos lo mismo por nosotros.
En este mundo de grandes
distracciones, ser espiritual requiere esfuerzo. Pero nadie se beneficia de
esta labor más que nosotros mismos. Nuestra mayor plenitud y las mejores bendiciones
vienen cuando nos embarcamos en un viaje espiritual. Se dice que incluso los
ricos se acuestan a dormir llorando en sus almohadas de seda. Por más
embriagador que pueda ser el mundo físico, no es de allí de donde proviene
nuestra alegría y felicidad. Una casa no es un hogar si no hay amor y una
familia en ella, y el dinero no puede comprar estas cosas. Podríamos pasar años
en búsqueda de fortuna y placeres solo para terminar insatisfechos e infelices.
Si estamos dispuestos a recordar que llevamos un alma por dentro y aceptamos el
viaje para descubrirla, despertamos al Creador que está en nuestro interior y
atraemos más bendiciones a nuestra vida de las que el mundo físico podría
proveernos. Elegir ver más allá de las distracciones de la vida nos permite
alcanzar una conexión más fuerte con el Creador. De este modo podemos vivir de
verdad.
Esta semana en nuestras
meditaciones nos concentramos en el espíritu. Al acercarnos a un tiempo del año
en el que somos persuadidos a alejarnos de nuestros regalos internos y buscar
solo los externos, nos mantenemos concentrados en nuestro espíritu interior y
propósito de vida. Vinimos a este mundo para hacer más que acumular cosas y
satisfacer solo nuestras propias necesidades. Allí dentro está nuestra alma y
tiene una misión en la tierra. Toma un momento esta semana para detenerte y
recordar a tu espíritu interior. Detente en medio del ajetreo para escuchar la
hermosa música de tu corazón y lo que lo hace feliz. Nuestra mayor alegría
llega cuando compartimos, damos y amamos. Nuestra plenitud verdadera es cuando
el espíritu del Creador tiene el permiso de manifestarse a través de nuestras
manos en actos de dar, no solo recibir. En un mundo en el que se nos dice que
tomemos, nuestro corazón nos recuerda dar. Cuando sintonizamos con la hermosa
música interior, somos capaces de vivir de verdad.
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