Por Karen Berg
Los milagros no son siempre un gran espectáculo que todos pueden
presenciar en el exterior. A veces son bastante pequeños y ocurren dentro de
ti, donde nadie puede verlos. A veces un milagro puede ser el hecho de ver una
situación de manera distinta, y simplemente con este cambio de percepción todo
puede cambiar. Para el hombre que era ciego y ahora puede ver, la vida se llena
de júbilo más allá de lo imaginable. Sin embargo, la mayoría de
nosotros
poseemos el don de la vista y no sentimos la misma alegría. Él percibe desde un
estado de apreciación total por lo que todos quizá demos por sentado. Su
milagro es solo una nueva percepción. Comenzar a ver que el Creador forma parte
de todo momento de nuestra vida es un cambio de percepción y un milagro en sí.
El proceso de volverse “iluminado” consiste en acercarse a la Luz del Creador y
ver que hay un sentido y un propósito detrás de cada evento de nuestra vida.
Quizá pensamos que creemos en eso, pero si alguna vez nos quejamos o nos
sentimos tristes, aunque sea por un momento, la verdad es que no. Esta semana
nos acercamos al Creador y aprendemos sobre la manera de hacer las cosas de la
Luz. Nos acercamos a una nueva perspectiva, dejamos de ver la vida como un
conjunto aleatorio de sucesos, y la vemos más bien como un panorama Divino en
el que interviene el amor del Creador. Esta semana nos acercamos a la Luz.
Vayigash es nuestra inspiración y guía cósmica de la semana. Vayigash
significa “acercarse”. Después de muchos años, Yosef y su familia finalmente se
reunieron. Después de tantos años de luto, Yaakov al fin descubre que su amado
hijo, Yosef, estaba vivo y próspero. Yosef finalmente se muestra ante sus
hermanos. “Yo soy Yosef” son las famosas palabras que acabaron con toda la
confusión y los problemas de ellos. Hasta ese momento les angustiaba no saber
por qué pasaban por tantas dificultades. Se culpaban entre sí por haber sido
acusados de robo y posiblemente ir a prisión. Pero todos sus problemas acabaron
cuando Yosef se mostró y, subsecuentemente, reveló que todo el proceso había
sido diseñado por el mismísimo Creador. De repente, todas sus preguntas fueron
respondidas y dejaron de dudar de su conexión con el Creador. Yosef les dijo
que no se angustiaran ni se enojaran con ellos mismos, porque el Creador lo
había enviado a él a Egipto para para salvar sus vidas y no porque ellos lo
habían vendido. No fueron ellos los que lo enviaron a Egipto, fue el Creador.
Los hermanos de Yosef pudieron cambiar su percepción sobre la situación y, en
consecuencia, todo a su alrededor cambió. En ese momento pudieron ver la Luz
que estaba dentro de todos los sucesos y, debido a eso, todo se volvió
diferente. La misma situación ya no causaba el mismo dolor que antes. Una
percepción cambió en su mente y eso permitió que fuese liberada toda la bondad
que siempre estuvo ante a ellos. Por fin se habían abierto las puertas de la
abundancia. Los hermanos se fueron de Egipto para notificar a su padre, Yaakov,
que Yosef estaba vivo, y para llevarlo a él y a toda la familia a vivir en
Egipto libres de la hambruna y con plenitud y abundancia. Yaakov, los hermanos
y toda la familia se reunieron con Yosef en uno de los momentos más emotivos y
hermosos de toda la Torá. Pero nada físico cambió realmente, solo su
percepción. Yosef siempre estuvo vivo. Pero ahora, debido a que estaban
dispuestos a ver la mano del Creador en el proceso, todo tuvo la libertad de
moverse y cambiar. La verdad fue revelada finalmente.
Todos somos los hermanos de Yosef. Entramos en pánico y dudamos de la
presencia de la mano del Creador en nuestra vida cuando las cosas se ponen
difíciles. Cuando las cosas marchan bien es fácil creer que el Creador nos ama,
pero si no, inmediatamente preguntamos: “¿Por qué me pasa esto a mí?”. Pero
cuando Yosef se mostró, los hermanos pudieron ver el panorama completo y sus
dificultades de repente parecieron comprensibles e incluso manejables. Es una
perspectiva dolorosa creer que nuestros desafíos no tienen propósito en este
mundo. Eliminar al Creador de nuestra conciencia solo sirve para provocarnos
aflicción y desesperanza. Pero el milagro más auténtico de todos es cuando
encendemos la Luz en nuestra propia mente y cambiamos la percepción de nuestras
circunstancias para permitirnos ver la verdad. Si de verdad supiéramos que
todos nuestros problemas se resolverán al final, ¿nos preocuparíamos el día de
hoy? Es un verdadero milagro poder fijarnos en la misma situación y ver y sentir
algo totalmente diferente. Esto es espiritualidad, acercarnos a la verdad y
dejar atrás las ilusiones. El milagro de la vida es poder ver lo que siempre ha
estado allí. En el caso de los hermanos de Yosef, ellos descubrieron que su
hermano siempre estuvo vivo y que el Creador estaba por darles todo lo que
habían deseado. Solo necesitaban creer en ello y tener certeza en que
ocurriría. Podemos causarnos dolor si permanecemos en la oscuridad y solo
estamos dispuestos a ver la vida como una serie de sucesos aleatorios sin
propósito. Pero tenemos el poder de cambiar todo si estamos dispuestos a
acercarnos a la Luz y a la verdad de que el Creador forma parte de cada
experiencia. De este modo, se abren las puertas y podemos entender cuán ricos y
benditos somos realmente.
En tu meditación de esta semana, ábrete a ver el mundo con nuevos ojos.
De una visión en blanco y negro en donde los eventos son aleatorios y sin
ningún significado, pasa a estar más cerca del Creador y a ver todos los
colores de Su verdad. Enciende la Luz y ábrete a ver este maravilloso y hermoso
mundo. Toda persona que conozcas, toda situación en la que te encuentres y todo
desafío que enfrentes es un regalo del Creador diseñado especialmente para ti.
Acércate a la verdad de que el mundo es construido a partir del amor. Solo
necesitamos resistir un poco más para que nuestros sueños se manifiesten y la
vida se llene de significado. El Creador tiene un plan para nosotros y todo
está expuesto frente a nosotros. Solo debemos confiar en Él y seguirlo. Hay
belleza a nuestro alrededor y todo nace del amor del Creador. De este modo, con
esta nueva perspectiva, podemos finalmente ver el mundo con nuevos ojos por
primera vez. Podemos ver la vida por lo maravillosa que es y, en consecuencia,
eliminamos cada fragmento de oscuridad, duda, dolor y sufrimiento de nuestra
vida.
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