La Luna Nueva del 7 de diciembre del
2018 nace en el signo de Sagitario donde también se encuentra Júpiter su
regente, denotando un comienzo o siembra de apertura y expansión de la
conciencia. Estas energías darán paso a grandes momentos de optimismo,
altruismo y concientización de todo lo realizado durante el 2018, donde
podremos sentirnos contentos y hasta realizados por el camino recorrido y las
pruebas atravesadas desde Enero de este año.
Pero esta Luna en Sagitario también
nos invita a reflexionar.
El tránsito de Venus durante todo
este año nos instaló en un lugar de Amor para con nosotros mismos, una
maduración y un crecimiento propio donde la infelicidad o felicidad que podamos
llevar es ajena a los otros, es una decisión propia, y Venus ahora desde
Escorpio nos avisa que para dar en el blanco y llegar a donde se quiera llegar
se necesita SENTIDO.
Sin Sentido, sin la visión de un
Norte todo se desvanece.
Poder entender con una mirada más
amplia nuestras elecciones nos abre el espacio donde errar es humano y perdonar
es divino.
Júpiter regente de esta Lunación nos dice que no hay nada menos expansivo y más obstructivo que el prejuicio, es negar y negarnos de antemano, es morir antes del intento, y esta Luna lejos está de eso, sino que viene a sembrar esperanza, animándonos a Saber.
Júpiter regente de esta Lunación nos dice que no hay nada menos expansivo y más obstructivo que el prejuicio, es negar y negarnos de antemano, es morir antes del intento, y esta Luna lejos está de eso, sino que viene a sembrar esperanza, animándonos a Saber.
Esta Luna Nueva en conjunción al Sol,
se encuentra en cuadratura con Marte conjunción Neptuno en Piscis, este aspecto
de tensión que nos invita a crecer muestra que para que nuestra intención o
flecha llegué lejos es necesario claridad y fluidez, que es propicia la
conexión interior sin forzar nada, cómo dirían los chinos seguir el wu wei, los
pasos interiores que tienen un tiempo sagrado porque son los tiempos del
espíritu, donde todo crece y nace sin esfuerzo, sin corridas, sin imposición,
así como las hojas caen y florecen por un orden superior de vida.
La conexión interior trae la propia
verdad, sin propuestas, fantasmas ni fantasías propias o de otros.
Evadirse y engañarse son atajos que lastiman y apartan de lo que verdaderamente tiene sentido que en definitiva es lo que sentimos.
La intuición y los sueños son pistas ciertas si contamos con la sensibilidad de desenredar sus significados sin auto engaños.
Evadirse y engañarse son atajos que lastiman y apartan de lo que verdaderamente tiene sentido que en definitiva es lo que sentimos.
La intuición y los sueños son pistas ciertas si contamos con la sensibilidad de desenredar sus significados sin auto engaños.
En otros planos es propicio ser prudentes
con sustancias como el alcohol y las drogas ya que pueden incurrir en
accidentes.
Esta última Luna Nueva del año nos da
la oportunidad de sembrar con Sabiduría, de conectar con el Alma, y de volver a
Creer en nuestros verdaderos propósitos tejiendo puentes entre Almas, si hay
algo que nos develó el 2018 es que no estamos solos, que hay otras fuerzas
universales que nos acompañan y nos guían a nacer y crecer desde un lugar de
mayor conciencia donde el beneficio es enorme, es la propia felicidad.
Bendecida Siembra!!
"Hay un lugar ínfimo y enorme
que sabe más que yo misma. Que me contiene y me insufla aliento de vida. Que me
espera siempre aunque yo vacile, dude, tema y desconfíe. Un espacio pequeño y
sagrado. Íntimo. Perfecto.
No siempre llego hasta allí de la misma manera ni por un único camino. Muchas veces olvido las coordenadas. No poseo claves ni códigos de acceso. Mis huellas se borran y no hay miguitas de pan ni flechas que me señalen el rumbo. Pero, de alguna manera, algo me devuelve a ese sitio cuando lo necesito. Una canción. Una palabra. Un recuerdo vivo. Una mirada certera. Un idioma secreto. El contacto mágico con la persona adecuada. Una lágrima o dos, o más..."
No siempre llego hasta allí de la misma manera ni por un único camino. Muchas veces olvido las coordenadas. No poseo claves ni códigos de acceso. Mis huellas se borran y no hay miguitas de pan ni flechas que me señalen el rumbo. Pero, de alguna manera, algo me devuelve a ese sitio cuando lo necesito. Una canción. Una palabra. Un recuerdo vivo. Una mirada certera. Un idioma secreto. El contacto mágico con la persona adecuada. Una lágrima o dos, o más..."
Victoria Branca
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