Michael berg
Al inicio de la porción de Vayigash dice: Vayigash elav Yehudá.
Yehuda, el líder de los hermanos de Yosef, va a “levantarse”, es decir, hablará
con él o se acercará a él. Luego está escrito que Yosef llegó a un punto,
después de todos esos años, en el que no podía evitar revelar a sus hermanos
quién era realmente, dicha acción acabaría con el dolor de ellos y de su padre,
Yaakov.
Así pues, me quiero concentrar en el secreto de lo que significa que
Yehuda se dirigiera a Yosef, porque es un entendimiento importante. El Sefat
Emet dice que lo mejor que puede hacer una persona cuando está en una situación
en la que la Luz del Creador no parece revelarse, cada vez que la persona
siente dolor, desafío u oscuridad, es practicar un concepto que él llama lehitbatel,
que en esencia significa: “Acepto lo que ocurre y me someto completamente a
ello”.
¿Qué ocurre usualmente cuando nos encontramos en una situación en la que
sentimos dolor por algo que ocurrió o está ocurriendo? Luchamos contra ello.
Aunque no sea posible cambiarlo en el momento, hacemos todo lo que podemos para
no aceptarlo. Sin embargo, lo primero que nos dice el Sefat Emet es que tenemos
que entender que si está ocurriendo, necesitamos aceptarlo por completo porque,
sin importar cuán malo parezca, viene de la Luz del Creador. Por lo tanto, con
este entendimiento vemos que cuando dice: “Yehuda se acercó”, no significa que
literalmente va hacia Yosef, sino que, en su conciencia, va hacia la
situación. Vayigash elav Yehudá significa que Yehuda se dirige y se
acerca a la Luz del Creador que está dentro de la situación y, por ende, acepta
la situación.
Cuando Yehuda está allí, dice: “Esta es una situación terrible.
Pareciera que ocurrió lo peor: Binyamín es un esclavo en Egipto y mi padre
Yaakov estará desolado y quizá muera debido a esta terrible situación; pero yo
tengo que aceptar lo que está ocurriendo. Tengo que someterme a esta realidad y
saber que, aunque parezca descabellada, allí está la Luz del Creador”. Eso es
lo que ocurre en Shabat Vayigash; el trabajo de conciencia de Yehuda, y
nosotros, que consiste en que cuando nos dirigimos a una situación oscura o
negativa, nos acercamos a ella.
Vayigash elav Yehudá no fue una decisión momentánea; fue el
producto de todo el trabajo espiritual de conciencia que Yehuda había hecho.
Por supuesto, este fue un momento de inmenso dolor y angustia para él, pero se
dio cuenta de que lo único que podía hacer para cambiar la situación era
aceptarla y acercarse conscientemente a ella sabiendo que venía de la Luz del
Creador.
Al inicio de la porción, Yehuda no dice nada nuevo y habla consigo mismo
(no con Yosef) sobre la realidad de la situación que le causará mucho dolor a
su padre. Y la acepta. Repetir la historia una y otra vez no es algo que
solemos hacer cuando enfrentamos algo negativo. Más bien intentamos alejarnos
de ello, no solo físicamente, sino también mentalmente. No queremos aceptarlo.
Pero esto es lo que Yehuda hizo cuando dijo: “Acepto que esto es lo que está
ocurriendo. Aunque parezca completamente oscuro, aunque parezca completamente
errado, la Luz del Creador está aquí”.
Y luego, mientras Yehuda hace este trabajo de aceptar la realidad que
enfrenta, la verdadera esencia y Luz que está en la situación puede ser, y es,
revelada. Así pues, cuando dice que Yosef no puede contenerse, quiere decir que
la Luz ya no puede ser reprimida. Tiene que ser exteriorizada, la Luz que está
dentro de la situación tiene que ser revelada hasta que finalmente la realidad
interna, la Luz del Creador de esa situación, sea revelada y toda la oscuridad,
las barreras y la negatividad desaparezcan.
Entonces, lo que el Sefat Emet dice es realmente importante: la cura
para la oscuridad se logra al hacer este trabajo de conciencia, porque luego la
Luz tiene que revelarse. Cuando aceptamos la realidad y estamos conscientes de
que viene de la Luz del Creador, derribamos todas las barreras y vemos la
totalidad de la Luz y todas las bendiciones que provienen de ello. Esta es la
manera en la que alguien puede transformar cada situación, pero no es fácil, es
un trabajo interno constante. Si estamos en una situación negativa o difícil,
la única manera de solucionarla es presionar nuestra conciencia continuamente y
aceptar la situación en vez de escapar de ella. ¿Por qué? Porque sabemos que
dentro de la situación debe estar la Luz del Creador. Al derribar el muro con esa
conciencia una y otra vez, la Luz no podrá seguir siendo contenida.
De eso se trata Shabat Vayigash: la cura para toda oscuridad, el regalo
del trabajo de conciencia que nos da la capacidad de derribar las barreras de
la negatividad. Sí, obtenemos el poder, la fuerza y la capacidad de la Luz del
Creador para hacer este trabajo en Shabat Vayigash, pero al final del día, los
únicos que podemos destruir las barreras de la oscuridad somos nosotros mismos…
y la única manera de hacerlo, como acabamos de ver, es con esta batalla de
conciencia.
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