Por Karen Berg
Muchos de nosotros quizá recordemos cuando en nuestra niñez tomamos por
primera vez una piedra y la lanzamos a un lago. Quizá recordemos visualmente
las ondas que se formaron en el agua. La imagen que primero estaba intacta en
el lago se desestabilizó y se rompió.
Probablemente conocimos en aquel momento el poder que tenemos para crear
cambios
en el mundo. Con tan sólo lanzar una piedra vimos que la imagen se
rompía y descubrimos nuestra influencia. La vida es como ese lago. Lo que
lanzamos al universo es reflejado en nuestra propia vida. Tal y como mirarte en
un espejo, cuando le sonríes al universo, el universo te sonríe. También ocurre
con lo opuesto, si fruncimos el ceño, la imagen también lo hace. Crear la
energía de amor creará una hermosa imagen para nosotros. Esta es la magia de la
interconexión de la vida. Cuando aumentamos la cantidad de amor y bondad que
existe en el mundo, nosotros somos los que en efecto nos beneficiamos más de
dichas acciones. Esta semana recibimos el apoyo para recordar el poder que tenemos
para producir un cambio duradero en nuestra vida. Recordamos la capacidad,
y la responsabilidad, que tenemos para hacer el bien a los demás.
Para hacer esto, nuestra guía es la porción de Bejukotái. Bejukotái es
la última porción del tercer libro de los Cinco Libros de Moshé, también
conocidos como la Torá. Hemos pasado las últimas semanas siendo fortalecidos
con la energía para ayudarnos a mejorar nuestra vida. Cada semana, el Creador
envía una energía única y vital para ayudarnos a lo largo de nuestro camino. La
Torá es una de las herramientas más poderosas para ayudarnos a mejorar la
calidad de nuestra vida. La historia de Bejukotái explica el camino de la
espiritualidad y los regalos que nos fueron dados a través de la Torá.
Aprendemos más sobre el funcionamiento del universo y la capacidad que tenemos
para ser una fuerza creativa de bondad en este mundo. Bejukotái habla también
sobre la negatividad que podemos atraer a nuestra vida si, Dios no lo quiera, inyectamos
negatividad en el universo. Pero aún más importante, aprendemos sobre nuestra
capacidad para imitar el comportamiento del Creador y crear bendiciones y
regalos infinitos para nosotros y para el mundo. Somos fortalecidos con el
conocimiento de que la vida puede ser buena y que podemos cambiarla si no es
así. Bejukotái nos enseña que podemos atraer bendiciones a nuestra vida cuando
nos comprometemos con un camino espiritual, un camino pavimentado con acciones
de amor y dignidad humana. Ya que cuando damos, nosotros somos quienes más
recibimos.
Nunca es demasiado tarde para iniciar ese camino espiritual y, sin
importar cuantas veces nos salgamos del trayecto, siempre podemos regresar a
él. Si nos encontramos en un espacio en el que las cosas no se dan como
queremos, tenemos la capacidad para cambiarlas. Podemos comenzar en este
preciso momento a enviar energía positiva al mundo y, en efecto, esa
positividad fluirá de vuelta a nosotros. A veces todo lo que
hace falta es tender una mano bondadosa para ayudar a un amigo o simplemente
sonreírle a un desconocido que pasa. Dentro de cada uno de nosotros hay una
cantidad de amor ilimitada que podemos dar, sin embargo, el amor es muy escaso
en el mundo hoy en día. La bondad que impartimos a los demás crea un mundo
hermoso lleno de amor y belleza, y a cambio refleja bendiciones de amor y
belleza en nuestra propia vida.
En tus meditaciones de esta semana, visualízate en un cálido día de
verano. Imagina que estás en la orilla de un hermoso lago en la montaña. El lago
está liso como un vidrio. Ve en éste el reflejo del cielo azul y de la
majestuosa montaña. La belleza y la gloria del Cielo se refleja en este mundo.
Puedes ver que todo en la vida está interconectado. Ves la armonía y la unidad
de todas tus acciones en este mundo. Sientes la paz de saber que cuando
sonríes, el mundo te sonríe. Hay una conciencia profunda de que todos y todo
está interconectado como dos manos sujetas. En efecto, tú tienes el poder de
crear y atraer bendiciones. Eres libre de recorrer el camino de la bondad
amorosa sabiendo que ésta regresará a ti. El lago está quieto y sereno, posee
en su interior toda la abundancia y las bendiciones que la vida puede ofrecer.
Cuando tu corazón late lleno de amor, sabes también que tu vida está llena exactamente
de lo mismo.
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