Michael Berg
La porción de
Shemot es muy importante. En ella encontramos tanto el Exilio —un tiempo de
oscuridad que sabemos que no es simplemente una recopilación del exilio
histórico, sino, más importante aún, representa cualquier momento de oscuridad
en nuestra vida— y el inicio de la llamada Redención, la Gueulá. Shemot es la
única porción en la que tenemos tanto el
Exilio completo, la oscuridad
completa, y al menos el inicio de la Gueulá total, la revelación completa de la
Luz del Creador. Es el momento en el que el secreto de la Redención, la Luz de
la Redención, es revelada a Moshé. Para nosotros eso significa que en cualquier
momento que nos encontremos en oscuridad y exilio, podemos obtener la Luz y
ayuda del Shabat de la porción Shemot para genuinamente ser capaces de salir de
ese lugar.
Este es el
momento de la Torá en el que Moshé pide, y recibe, la Luz de la Redención
total. En la historia física, le dice al Creador: “Me dirigiré hacia los
israelitas, quienes por cientos de años han estado en oscuridad y dolor,
sufriendo muertes horribles… ¿Qué les puedo revelar? ¿Qué secreto les puedo dar
para explicarles no sólo cómo acabaremos con la oscuridad ahora, sino, más
importante aún, cómo pueden tener siempre la capacidad para acabar con la
oscuridad en sus vidas?”.
El Creador
responde: Ekyeh asher ekyeh, “Yo soy quien soy”. Tres palabras que no están
separadas, como algunos podrían pensar. Y los kabbalistas dicen que dichas
palabras: Ekyeh asher ekyeh, contienen la gran Luz y secretos de la Redención,
siempre. ¿Cuál es el secreto de esas tres palabras? Para responder, el Rambán,
Najmánides, cita el Midrash: “¿Cuál es el secreto de la frase: ‘Yo soy quien
soy’? El Creador les dice a los israelitas: ¿Quieren saber por qué, por cientos
de años, han pasado por oscuridad y, aunque intenten conectarse, atraer Luz y
acabar con la oscuridad, no lo han logrado? Porque creen que es suficiente
realizar acciones”.
Sabemos que
para conectarnos, realizamos acciones para atraer la Luz del Creador; asistimos
a Shabat, colaboramos con alguna organización caritativa, leemos el Zóhar. Pero
el Rambán nos dice que eso no es suficiente porque la Luz del Creador no da
regalos por conexiones. La Luz del Creador sólo puede comportarse en un modo.
Es algo que hemos aprendido, pero desafortunadamente, quizá no vivimos por
completo ni actuamos de acuerdo a ello. Lo que el Creador le dice a Moshé que
les diga a los israelitas es: Si quieres acabar con toda esta oscuridad y
dolor, no lo lograrás si continúas siendo una persona espiritual sólo en
acciones, sino más bien, con Ekyeh asher ekyeh, que significa: “Así como eres
conmigo, Yo soy contigo”. El Creador se comportará con nosotros del mismo modo
en el que nos comportemos.
Digamos que,
por ejemplo, una persona necesita una gran cantidad de misericordia en su vida.
Quizá por naturaleza es una buena persona, que cuando comparte con los demás o
piensa en ellos, lo hace con bondad. Pero ¿piensa en modo abundantemente
bondadoso? No, la mayoría de las personas no lo hace. Incluso quienes somos buenas
personas, que damos y compartimos, no pensamos en dar a los demás en
abundancia. Así pues, tenemos que entender que no importan las acciones
espirituales que hagamos, no importa
cuántas conexiones realicemos, mientras no actuemos con abundante misericordia
o bondad hacia los demás, no podremos recibir esa abundancia de misericordia o
Luz de parte del Creador. No importa cuántas acciones espirituales hayamos
hecho, la Luz del Creador no puede actuar con bondad abundante hacia nosotros
debido a Ekyeh asher ekyeh, el Creador sólo puede comportarse con nosotros del
modo en el que nos comportamos en nuestra vida, no importa qué más hagamos
espiritualmente.
Usemos otro
ejemplo de una persona que podría necesitar misericordia abundante en su vida
y, por lo tanto, hace un cheque con un monto grande, pero aún no actúa por
naturaleza con bondad abundante y misericordia hacia quienes le rodean; la Luz
del Creador le dice: “Qué bien que hayas revelado toda esta Luz, pero esa Luz
no puede manifestarse en tu vida porque no estás actuando del modo en el que
quieres que Yo actúe contigo”. Ekyeh asher ekyeh, “Sólo puedo actuar como tú
actúas”.
Si damos, como
lo hacemos la mayoría, sólo cantidades limitadas de bondad, sólo podemos
recibir cantidades limitadas de bondad de la Luz del Creador. Si damos bondad
ilimitada a los demás, podemos recibir bondad ilimitada del Creador. Muchos de
nosotros, sin embargo, no actuamos con bondad infinita, pero le pedimos al
Creador que lo haga con nosotros. La Luz sólo puede comportarse con nosotros
con bondad infinita cuando nosotros lo hacemos con los demás.
Así pues, el
Creador le dijo a Moshé que los israelitas habían estado vagando por cientos de
años, y el sufrimiento, el dolor y la muerte continuaban a pesar de que eran
personas espirituales que oraban, se conectaban y compartían, todo debido a
Ekyeh asher ekyeh. La Luz del Creador sólo puede comportarse con el individuo
del mismo modo en el que el individuo se comporta. Por lo tanto,
independientemente de las acciones y conexiones espirituales del individuo, tal
y como los israelitas en Egipto, no necesitaban sólo un poco de bondad o algo
de Luz. Ellos necesitaban un exceso de bondad y Luz. Y el Creador pregunta si
se están comportando con los demás en tal modo que se desborde la bondad y la
Luz. Si la respuesta es no, ninguna cantidad de acciones espirituales atraerá
la Luz de la Redención.
Hubo un momento
en el que Moshé vio la manera en la que se comportaban los israelitas entre
ellos y dijo: “Ahora entiendo”. Todos los israelitas se acercaron a Moshé y
dijeron: “¡Mira somos espirituales!”, quizá como nosotros a veces decimos.
Quizá nos dirigimos al Creador, tal vez a un maestro, y decimos: “Mira, ¡soy
una persona espiritual! Estoy haciendo todas estas acciones espirituales, ¿por qué
el Creador no está irradiando una abundancia de Luz y bendiciones hacia mí?”. Y
la respuesta es muy simple. Ekyeh asher ekyeh. No importa qué hacemos de
naturaleza espiritual, el Creador le dice a Moshé que les diga a los
israelitas, y a nosotros, que la Luz sólo puede comportarse con nosotros del
modo en el que nos comportamos. Si nos comportamos con abundancia de bondad,
recibiremos abundancia de bondad. Si nos comportamos con misericordia
abundante, recibiremos misericordia abundante. Si no lo hacemos, pero
realizamos todo el “trabajo espiritual”, continuaremos recibiendo una cantidad
limitada de Luz. Ekyeh asher ekyeh: la Luz del Creador sólo puede comportarse
con el individuo como el individuo se comporta en su vida.
Por lo tanto,
el Rambán dice que el Creador le ordena a Moshé que les diga a los israelitas
que dar no es suficiente. Ser amable no
es suficiente. Ser misericordioso no es suficiente. Tienen que abrirse por
completo. Si se abren por completo, entonces, sólo entonces, podrá ocurrir la
Redención Final. Entonces, sólo entonces, la Luz del Creador podrá comenzar a
actuar sin límites cuando se trate de ellos.
Esta es la
pregunta para nosotros. Ya sea que estemos viviendo momentos de oscuridad ahora
o los vivamos en el futuro, sólo hay un modo de recibir bondad infinita del
Creador. La mayoría de nosotros nos vemos como buenas personas, pero ¿estamos
viviendo bondad infinita? ¿Vivimos con bondad infinita cuando se trata de los
demás? A decir verdad, no lo hacemos. Sólo nosotros podemos saber cuán bueno o
malo es eso. Pero mientras la respuesta sea no, no podemos esperar que la Luz
del Creador venga a nosotros, no importa cuántas acciones espirituales hagamos
infinita y misericordiosamente, sólo lo logramos cuando nuestra respuesta es sí
porque Ekyeh asher ekyeh, “Así como eres conmigo, Yo soy contigo”. La manera en
la que nos comportamos define la manera en la que la Luz del Creador se
comporta con nosotros.
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