By PHILEAS
Todo
el pueblo de Badoum esperaba con algarabía la llegada del Gran Maestro, sin
saber que el sabio había muerto en el camino y que, para dar la noticia, a
la población llegaría Thim, el más ignorante de sus discípulos.
Como las personas estaban tan entusiasmadas, cuando
el discípulo entró en el pueblo lo confundieron con el Maestro y éste ni
siquiera pudo anunciar la infausta noticia.
Después de agasajarlo con un delicioso festín, Thim
fue llevado a dar una conferencia en el salón comunal ante las personas más
preparadas del pueblo. Para no decepcionar a sus anfitriones, el joven dio una
larga disertación, hablando de todo aquello que se le venía a la mente y
tratando de recordar algunas frases sueltas de su Maestro.
Todos quedaron satisfechos con las enseñanzas del
joven discertante y, al día siguiente, todo el pueblo de Badoum salió a las
calles a despedirlo con honores.
Después de su partida muchos eruditos empezaron a
estudiar y a interpretar las palabras de Thim, escribiendo gruesos volúmenes
donde se analizaban al detalle todas las afirmaciones del supuesto Gran
Maestro.
Con el tiempo, en su nombre se organizaron
prestigiosas escuelas espirituales, grupos juveniles e incluso muchas personas
llegaron a la iluminación.
Si los
falsos maestros consiguen que nos interesemos en el Camino y que aflore nuestro
Maestro Interno, dejan de ser falsos maestros.
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