Por Karen Berg
“Y llegó el día en que el riesgo que corría
por quedarse firme dentro del capullo era más doloroso que el riesgo que corría
por florecer”. Esta es una de mis citas favoritas, un hermoso y algo
inquietante mensaje de la escritora Anaïs Nin.
Cada
uno de nosotros tenemos un camino
por recorrer, nadie puede recorrerlo por
nosotros. Al igual que una semilla en la tierra oscura y fría, nosotros también
debemos buscar salir de nuestro fango hacia la hermosa calidez y Luz de nuestro
destino y propósito. Si alguna vez has hablado con alguien que ha logrado mucho
en su vida, seguramente has escuchado historias de errores, fracasos, dudas y
complicaciones. El camino de la vida está lleno de bloqueos que debemos superar
y conquistar. Siempre digo que el carbón se convierte en un hermoso diamante
sólo con el tiempo y la presión. Esta semana, atravesamos el fango con la
garantía de que la Luz estará allí con nosotros y nos ayudará a alcanzar la
libertad y la vida de nuestros sueños.
La
porción de esta semana es Vaerá. En ella leemos sobre las famosas plagas.
Leemos sobre el viaje que hacen los israelitas para salir de su propio fango.
Para quienes no estén familiarizados con la historia, el Creador envió diez
plagas al faraón para obligarlo a liberar a los israelitas de la esclavitud. En
esta semana, leemos sobre siete de las diez. Estas plagas fueron flujos
inmensos de energía para quitarle al faraón el control sobre los israelitas.
Aprendemos que lo que realmente estaba ocurriendo es que los israelitas estaban
siendo liberados de sus propios miedos, inseguridades, baja autoestima y
limitaciones; todas las cosas que les impedían alcanzar el siguiente nivel de
su viaje espiritual. El Creador envió la energía de las plagas para erradicar
viejos pensamientos y comportamientos que ya no les servían. Cada año, durante
esta semana, también recibimos este invaluable regalo de ayuda del Creador para
abrirnos camino en la oscuridad con el fin de llegar a la Luz que nos espera.
Ya que cuando estamos desanimados y desolados solamente el Creador puede
salvarnos. A veces puede que nos encontremos tan profundo en el barranco de la
vida que todo lo que podemos hacer es mirar arriba y pedirle ayuda al Creador
con el corazón humilde y confiado.
Hay
una parábola que me gustaría compartir con ustedes esta semana, esta habla
sobre un hombre a quien el Creador pidió que empujara una roca. Ese debía ser
el trabajo de su vida. El Creador le mostró una gran piedra mientras le
explicaba que debía empujarla con toda su fuerza. El hombre lo hizo, por muchos
días se esforzó desde el amanecer hasta el atardecer; empujaba con toda su
fuerza. Sin embargo, por más que lo intentara, la piedra no se movía.
Todas
las noches terminaba adolorido, deteriorado y sentía que invertía sus días en
vano. El hombre comenzó a pensar: “¿Para qué intentar? ¡Nunca la moveré!”. Esos
pensamientos lo desmotivaron y comenzó a reducir sus esfuerzos. Oró a Dios
diciendo: “He trabajado mucho para dar toda mi fuerza para hacer lo que me
pediste. Pero, luego de todo este tiempo, no he movido la piedra ni un
milímetro. ¿Qué pasa? ¿En qué estoy fallando?”. El Creador respondió: “Sólo te
pedí que empujaras la piedra. Nunca te pedí, ni esperaba, que la movieras. Tu
tarea era sólo empujar. Sería Yo quien la movería”.
En la
vida tenemos muchos momentos hermosos y maravillosos, pero también podemos
pasar por momentos difíciles que sólo nos sirven para permitirnos alcanzar los
días más satisfactorios y alegres. Podríamos enfrentar inseguridades, miedos y
cientos de “no”. Podríamos enfrentar gran negatividad en el camino hacia
nuestros sueños. Pero podemos y lograremos alcanzar nuestras metas si
continuamos teniendo certeza en nosotros mismos, en el proceso en sí y en el
Creador. Todos hemos llegado a este mundo con una misión única y especial, pero
no tenemos que cumplirla solos. El Creador está con nosotros, nos ayuda y guía
a lo largo del camino.
Esta
semana puede que sientas que el universo te motiva a crecer y convertirte más
en quien viniste a ser en esta Tierra. La originalidad, esplendor y éxtasis de
tu verdadero ser se prepara para nacer. Permítete estar dispuesto a ser libre,
a sentir la calidez del sol en tu cara y el viento en tu cabello.
Esta
semana también recibimos el don de ver lo que nos inhibe. Identifica esos
aspectos con amor, afabilidad y, lo más importante, valentía. Escríbelos en un
pedazo de papel. ¿Le temes al fracaso? Quizá dudas de tus habilidades o te
falta deseo. Escríbelo todo y luego quémalo.
Siente
la mano del Creador en tu vida, siente cómo elimina, poco a poco, todo lo que
se interpone en tu camino hacia la vida que estás destinado a tener. Mantente
erguido y da la cara a la belleza del futuro y el nuevo amanecer en la
distancia. Y, tal y como la flor en su capullo, recuerda que el día, tu día, ha
llegado finalmente.
Ya que
se ha vuelo muy doloroso permanecer igual.
Ha
llegado el momento de florecer y, esta vez, nada se interpondrá en tu camino.
Con
todo mi amor,
Karen
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