Michael Berg
Al final de la porción de Shemot hay un momento muy especial en el que
parece que Moshé reclamara: “¿Por qué les has hecho cosas negativas a los
israelitas?”. Luego, la siguiente porción, Vaerá, comienza con el Creador
diciéndole a Moshé que todo se solucionará. El Creador envía a Moshé a los
israelitas para que les hiciera entender que la Redención, el fin de su
sufrimiento, llegará. Sin embargo, está escrito que los israelitas no
escucharon a Moshé.
Para entender esto tenemos una famosa historia que la mayoría de
nosotros ya hemos escuchado, el asesinato de Rav Akivá, el gran kabbalista y
maestro. En el Talmud dice que cuando los romanos estaban arrancándole la piel
con peines de metal, mientras sufría esa horrible muerte, Rav Akivá recitaba
el Shemá, la oración que conecta a los individuos con la Luz del
Creador. Los estudiantes que lo acompañaban, mientras veían esa horrible
escena, le preguntaron: “¿Cómo le puede estar ocurriendo esto?”. Rav Akivá respondió:
“Toda mi vida me ha interesado el versículo que dice que el individuo que ha
alcanzado el más alto nivel de conexión espiritual con la Luz del Creador está
dispuesto a entregarse completamente, a dar incluso su cuerpo. Yo pedía tener
ese momento en el que pudiera sacrificarme por mi conexión con la Luz del
Creador. Ahora que tengo esta oportunidad y que me están quitando mi cuerpo,
¿cómo no aprovechar esta oportunidad para, incluso ahora, estar conectado con
la Luz del Creador?”.
Hemos aprendido antes la importante enseñanza de que nada negativo puede
ocurrirle a una persona cuya conciencia está permanentemente conectada con la
Luz del Creador. Por ejemplo, cuando llegó el momento de que el Rey David
dejara este mundo, el Ángel de la Muerte quería ir y llevárselo, pero no pudo
porque, en su conciencia, el Rey David estaba constantemente conectado con la
Luz del Creador. Está escrito que lo que tuvo que ocurrir fue que el Ángel de
la Muerte creó una situación en la que el Rey David se equivocó y cayó, lo que
en consecuencia causó que la conciencia del Rey David, por ese momento, se
separara de la Luz del Creador, y por ende el Ángel de la Muerte pudo
llevárselo.
Llegar a un estado en el que estamos constantemente conectados con la
Luz del Creador es realmente el propósito principal de todo nuestro trabajo
espiritual. Lo que conecta nuestra conciencia con la Luz del Creador es algo
muy simple: el conocimiento, el pensamiento, de que la Luz del Creador está
allí con nosotros y que estamos conectados con ella. Puede que estemos
bebiendo, comiendo, trabajando, estudiando u orando, pero nuestra conciencia es
simple: la Luz del Creador está aquí y yo estoy conectado con la Luz del
Creador. Ninguna negatividad puede tocar a un individuo que es capaz de alcanzar
esta conciencia por completo.
Esto también significa que entre más grande sea la conciencia de alguien
en ese estado, menos oscuridad y negatividad puede entrar a su vida.
Eso nos lleva de regreso a Rav Akivá que llegó a ese nivel de conexión
consciente y completa con la Luz del Creador y, por ende, nada malo podía
ocurrirle. Nada negativo puede ocurrirle a un individuo que está en el estado
en el que Rav Akivá existió, el estado hacia el que necesitamos avanzar, el
estado en el que el individuo está en constante conciencia de conexión con la
Luz del Creador.
Ahora entendemos lo que los estudiantes le preguntaban a Rav Akivá.
Ellos sabían que él estaba en el nivel de conexión constante y consciente con
la Luz del Creador y que no le puede ocurrir nada malo a quien está en ese
nivel. Le preguntaron cómo alguien podría hacerle daño y por qué podía
experimentar la muerte como el resto de las personas.
Rav Akivá les respondió: “Es cierto lo que les enseñé y lo que saben,
que nada malo puede ocurrirle a un individuo cuya conciencia está conectada
constantemente con la Luz del Creador.
Pero eso es sólo si no quiere que ningún daño le ocurra. Si es algo que
no desea que le ocurra, será protegido. Esta protección que recibe el individuo
cuya conciencia está constantemente conectada con la Luz del Creador sólo lo
protege de lo que no quiere que ocurra. Lo que ustedes no entienden es que
quiero esta oportunidad para experimentar la muerte física y, aun en ese
momento, mantener mi conciencia, mi conexión y mi dedicación por la Luz del
Creador.
No es una situación en la que algo negativo me ocurre. Sí, por supuesto
que estoy en el nivel en el que nada malo me puede ocurrir, pero esa protección
es sólo de las cosas que no quiero.
En este caso, deseo esta situación y por eso está ocurriendo. El Creador
está cumpliendo mi deseo. Toda mi vida he esperado una oportunidad para
ubicarme en un estado de enorme dolor y, aún así, desear dar mi cuerpo para
mantener mi conexión con la Luz del Creador”.
Entonces, ¿cuál es la enseñanza más importante de esto? Que un individuo
cuya conciencia está constantemente conectada con la Luz del Creador nunca le
teme a nada y ninguna negatividad puede acercársele. El propósito principal de
nuestro trabajo espiritual es llegar a un estado en el que estemos conectados
de una forma tan constante con la Luz del Creador que recibamos la protección
total que viene con ella.
Ahora, con ese entendimiento, podemos regresar al inicio de la porción
de Vaerá para aprender lo que Moshé intentaba hacer cuando se dirigió a los
israelitas; él intentaba enseñarles esta lección. Habían pasado cientos de años
en dolor, sufrimiento y muerte, pero él les dijo que había un modo de liberarse
de eso. Al cambiar su conciencia por una de conexión constante con la Luz del
Creador, no podrían seguir siendo heridos por el faraón. Podían acabar con el
dolor y el sufrimiento en ese momento.
Nosotros también podemos decidir en este instante, del mismo modo en el
que Moshé les dijo a los israelitas, cambiar nuestra conciencia y trabajar por
mantener una conexión constante con la Luz del Creador; hacerlo significa que
todo dolor, sufrimiento y muerte debe terminar. Ya que, tal y como hemos
aprendido, no puede ocurrirle nada malo al individuo cuya conciencia está
constantemente conectada con la Luz del Creador. El mensaje que Moshé transmite
en la porción de Vaerá es: podemos acabar con este dolor y sufrimiento
inmediatamente.
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