Por Karen Berg
¡Feliz año
nuevo! Durante esta época del año, podemos sentir un llamado para cambiar y
comenzar de nuevo. Puede que no podamos continuar ignorando los susurros de
nuestro corazón que nos motivan a comenzar un nuevo capítulo en nuestra vida.
Algunos podríamos comenzar una nueva dieta o programa de ejercicios, mientras
que otros dan un salto de fe al cambiar de carrera o volver a estudiar.
Quizá hasta nos
sintamos atraídos a iniciar una nueva práctica espiritual. Sea lo que sea, a
menudo sentimos mucha emoción al inicio, pero más adelante en el camino, cuando
comenzamos a enfrentar obstáculos, podríamos comenzar a dudar de nosotros y
nuestras habilidades. Puede que nos preguntemos si realmente queremos continuar
o si somos lo suficientemente fuertes para realizar los cambios que buscamos.
Quizá hasta olvidemos por qué comenzamos en primer lugar. En estos momentos,
recordar la larga distancia que ya has recorrido puede asegurarte que tienes la
fuerza para perseverar. Esta semana se nos da la energía y la inspiración para
comenzar un nuevo camino y también recibimos la ayuda divina para superar los
obstáculos que podrían aparecer en el camino.
De niños nos
atrevemos a explorar el mundo. Todo es una nueva aventura. Ya sea nuestra
primera vez yendo solos al buzón o a la escuela. Quizá recuerdes una vez en la
que estabas en un lugar en el que te sentías solo y asustado lejos de casa. En
la vida, podríamos encontrarnos en espacios en los que nos sentimos inseguros,
abrumados y asustados. De niños aprendemos que al final lograremos regresar a
casa, a unos brazos amorosos, con sabiduría y fuerza. El universo nos ayuda a
todos en esta semana, nos da el gran entendimiento de que en efecto podemos
enfrentar el camino que tenemos en frente y llegar a casa, incluso si hay
baches en el camino.
En la porción
de Shemot de esta semana leemos sobre la nueva generación de descendientes de
Yaakov. La familia original de Yaakov, Yosef y sus hermanos ya fallecieron,
mientras que los integrantes de la nueva generación fueron esclavizados en
Egipto. Ellos también se sintieron con la necesidad de provocar un cambio en su
vida y buscar la libertad. Está escrito que oraron al Creador por muchos años
para que los ayudara. Hasta que finalmente el Creador escuchó sus plegarias y
envió a Moshé. Moshé fue enviado por el Creador para ayudar a la gente a
comenzar un nuevo camino de espiritualidad y liberar a los israelitas de la esclavitud.
Sus corazones los llamaban a cambiar y Moshé estaba allí para ayudarlos a
enfrentar las grandes pruebas y desafíos en el camino.
Está escrito
que en cada generación está presente una chispa del alma de Moshé, incluso en
la generación actual. Recuerda que, como Moshé, tu espíritu es poderoso y
sabio. Tu espíritu es tu vínculo con la energía del Creador, una energía que te
apoyará en cualquier camino hacia cualquier meta. Si damos un paso a la vez,
invocamos la ayuda de los ángeles y recordamos nuestro espíritu, haremos
realidad nuestros sueños. Hemos escuchado antes que el Creador nunca nos da más
de lo que podemos soportar. Los descendientes de Yaakov enfrentaron un difícil
proceso, al igual que nosotros. Cada uno de nosotros nació con una tarea
especial en la vida, una misión especial que fuimos enviados a cumplir en la
Tierra. Sin importar lo que estés buscando lograr en la vida, recuerda en el
camino que no estás solo. La fuerza, la Luz y la sabiduría del Creador están
dentro de ti, te guían, te empoderan y te llevan a casa. Al igual que Moshé,
¡nuestro espíritu interno está allí para recordarnos que el principio de la
mente sobre la materia es posible y que podemos lograr lo imposible!
Esta semana, da
la cara al sol y al futuro con optimismo. En tus meditaciones, visualízate
donde desees estar. Visualiza la vida que sueñas. Visualiza la mejor versión de
ti. Visualiza a tus ángeles guardianes guiándote a lo largo del camino. Escucha
la sabiduría de tu corazón.
Ten en cuenta
que las almas justas de las generaciones pasadas caminan contigo, te llevan de
la mano y te muestran el camino. Ten certeza en que, sin importar lo peligroso
que sea, vale la pena recorrer el camino a casa y que este podría ser la razón
por la que viniste a este mundo. Hay mucha felicidad esperándote al final.
No hay lugar
como el hogar, amigos míos, y junto a la ayuda del Creador, podremos llegar
allí.
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