Aries 2019
Por Carmen Santiago
Esa tendencia de separarnos los unos de los otros y ver al diferente
como enemigo está produciendo una cultura que atenta contra la gran verdad de
que somos una humanidad, en esencia iguales, sin importar el color de la piel,
la religión, la economía o la nacionalidad y por lo tanto con los mismos
derechos a la vida y a la paz. Nunca pensé que la xenofobia pudiera extenderse tanto
como la presenciamos hoy; y si muchos creen que el peligro más grande que
tenemos es el nuclear o el daño ecológico yo les diría que el peligro más
grande para la humanidad radica en esta conciencia de separación porque ella
produce todos los demás males.
En la separación está
escondido el odio y su subproducto, el desprecio. Estos sentimientos crean una
franja vibratoria que se opone a la vibración más elevada del amor y
desconectan al ser humano de su alma, su verdadera esencia inmortal, esa que
trasciende la muerte. En una sociedad “desalmada” cualquier cosa puede suceder.
Lo estamos viendo.
Cuando el ser humano vibra
en esa franja, la del mundo material sin acceso a la otra, puede ser manipulado
fácilmente. Se le pueden sembrar ideas, conductas violentas y aceptar como
bueno lo que perjudica a otros. Aplaudir invasiones, justificar las guerras,
defender el sistema económico mundial y sus grandes corporaciones que nos han
llenado el planeta de hambre, miseria y muerte, y tantas cosas mas…
Surge inmediata la
pregunta: ¿Quién estará detrás de todo esto? Yo no conozco la cara externa pero
les puedo asegurar que la cara interna es la Logia Negra. El Mal.
Por esto, mis amigos,
estemos atentos al nivel vibratorio que tenemos día a día. Si nos mantenemos mucho
tiempo en los niveles bajos del materialismo, repudiando y despreciando, no
importa a quién, nos pueden manipular la mente porque la luz que te permite
razonar con conciencia viene del alma. Ahora entiendo porque el Maestro D.K.
dijo en sus libros que la tercera guerra mundial se liberaría en el plano
mental. La estamos viendo.
Las nuevas tecnologías nos
conectan de una manera maravillosa. Aún recuerdo como pegaba las estampillas en
los primeros años de la Carta a los Grupos, allá en los años 80 y 90. Ahora con
un click les llega a tantos. Pero… cuidado con el abuso en el uso. Por ahí
también pueden atrapar nuestra mente. La vibración no se eleva en whatsaap, en
twitter ni en Instagram. Cuidado por favor, mis hermanos. La vibración se eleva
en el silencio, meditando, conectándonos con el alma. La vibración se eleva en
la acción altruista. Cuando amas. Cuando te unes de corazón a corazón. Cuando
eres bondadoso, amoroso, cariñoso. Cuando amas a tu prójimo como a ti mismo.
Cuando caes en esa franja
vibracional de la separación otros pueden pensar por ti. Temo que la tecnología
de introducirse en tu mente ya existe. Por lo que la tarea de todos los días es
elevar y mantener la vibración lo más alta posible como un servicio al Plan de
Dios.
A veces tengo la sensación
de que estamos atrapados por capas y capas de cosas que no son verdad,
fantasmas de la mente y las emociones que nos tienen dando vueltas en el mismo
lugar, haciéndonos creer que nos desplazamos y sólo estamos repitiendo patrones
que han sido fijados por una sociedad que no le encuentra sentido a la vida y
cubre esta carencia con el ansia de poseer cosas externas, como si eso fuera
posible... Las mortajas no tienen bolsillos…
Hay mucha confusión en el
mundo. Guíate por la luz de tu alma. La luz disipa las tinieblas. El amor
disuelve el odio. La paciencia te fortalece. El no juicio te permite ser uno
con tus hermanos humanos. Busca la gran aliada, la Naturaleza. Observa las
estrellas. En las noches, cuando el
intelecto duerme, cuando el sol descansa, podemos escaparnos a esa zona del
espacio sin límites. Si superar las distancias está condicionado por la
velocidad que se logre desarrollar en un tiempo determinado, me pregunto si en
alguna parte de nuestro ser seremos capaces de imprimirnos tal velocidad que
podamos tocar las estrellas con sólo mirarlas. Yo creo que sí, que es posible,
que algo en nosotros sale y está allá, en eso que al mirarlo lo amamos. La
mirada es un don divino. Cuando miramos algo con amor, le damos entrada en
nuestra vida y podemos percibir la sublime sensación de estar unidos,
conectados, en esa gran red de vida universal.
No te separes de nada ni de
nadie. Tienes que saber que tu expansión de conciencia llega hasta donde se
encuentra aquel o aquellos de quienes te separas.
El mundo necesita tu luz,
tu amor, tu generosidad. Mantengamos juntos la vibración del amor que es la más
alta, a la que el mal no puede llegar.
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